Algunos conflictos entre Roma y la Reforma

La profundización de la fe en la maternidad virginal ha llevado a la Iglesia a confesar la Virginidad real y perpetua de María (Cf. DS 427) incluso en el parto del Hijo de Dios hecho hombre (Cf. DS 291; 294; 442; 503; 571; 1880). En efecto, el nacimiento de Cristo “Lejos de disminuir consagró la integridad virginal” de su Madre (LG 57). La liturgia de la Iglesia celebra a María como la “Aeiparthenos”, la “Siempre Virgen” (Cf. LG 52) (Negritas añadidas).

Por el lado Protestante, este dogma -el de la perpetua Virginidad de María- no cuenta con garantía Bíblica; la santa Biblia no lo enseña ni remotamente, pero sí lo contrario, es decir, que María tuvo varios hijos de su esposo José.

Veamos algunos argumentos que contradicen este dogma:

a) Pasajes como Mateo 12:46 y siguientes, Mateo 13:53-56- Juan 2:12- 7:3-5- 1 Corintios 9.5- Glatas 1:19; explicitan la maternidad de María de otros hijos, además de Jesús.

b) El alegato Católico de que estos hermanos de Jesús son en realidad parientes del Señor, carece de toda base Bíblica y etimológica; la Biblia sí sabe distinguir entre hermanos (Adelphós, Lucas 8:21- 16:28), y parientes (Synguenís, Lucas 1:36- Hechos 23:16).

Si este fuera el caso, relatos como el de Mateo 12:46-50, perdería toda su fuerza aleccionadora (Que la familia carnal palidece ante la espiritual).

c) De María no se requería un estado de perpetua Virginidad, solamente temporal; hasta la concepción de Cristo:

“He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo,y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros”. (Cursivas añadidas Mateo 1:23)

Mateo cita las palabras de la profecía de Isaías (Cap. 7:14), donde se subraya que la virgen debía concebir virginalmente, mas no le fue impuesto a María permanecer por siempre en estado virginal.

d) Por Mateo 1:25, se infiere que María no tuvo coito con José, hasta después del nacimiento de Jesús.

(Lo contrario significaría que el matrimonio de José y María era una innecesaria impostura).

iii. La Inmaculada Concepción de María

Este dogma fue definido oficialmente por el Papa Pio nono en 1854, en su bula “Ineffabilis Deus”, el catecismo Católico recoge las palabras del Papa quien declara de María:

…La bienaventurada Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de pecado original en el primer instante de su Concepción por singular Gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo salvador del género humano (DS 2803) (Paginas 166,67, párrafo 491, negritas añadidas).

La principal base Bíblica es Lucas 1:28, cuando el ángel Gabriel saluda a María como ¡Muy favorecida! o ¡Llena de Gracia!, que corresponde al participio “Kejaritoméne”; y significa ¡Colmada de la Gracia de Dios! (No dejando lugar al pecado, según entiende Roma).

Por otro lado, el teólogo escolástico Juan Duns escoto; sostuvo que existen dos vías para redimir al hombre, una liberativa; liberando al hombre del pecado ya contraído, y otra preservativa; como se dio en el caso de María, preservándola del pecado original, en previsión de la obra redentora de Cristo.

El participio griego “Kejaritoméne”, en realidad no da cabida a la doctrina de la ¡Inmaculada Concepción de María!; basta compararlo con Efesios 1:6 (En el original) para descubrir que ahí aparece el mismo verbo, en el sentido de que todos los Creyentes “Han sido agraciados en Jesucristo, y aceptados por el Padre” (La versión Reina-Valera 60, traduce ¡Aceptos!).

Sobre el razonamiento Católico inspirado por el franciscano Duns Escoto, sobre los dos tipos de redención, i.e. liberativa, y preservativa, aunque no es un imposible metafísico o teológico, no obstante, no es enseñanza Bíblica; ésta enseña que todos los hombres (Incluyendo a María) son pecadores (Romanos 3:9-23), siendo Cristo el único concebido sin macula de pecado original (Hebreos 4:15- 7:26); de todos los hombres se pide para su salvación simplemente que tengan fe, lo que hizo precisamente María (Lucas 1:45).

iiii. La Asunción corporal de María a los cielos

Esta creencia popular y legendaria -de vieja data-, fue finalmente proclamada como dogma (El último por el momento) el 1 de noviembre de 1950, por el Papa Pio XII:

“Finalmente, la Virgen inmaculada, preservada libre de toda mancha de pecado original, terminado el curso de su vida en la tierra, fue llevada a la gloria del cielo y elevada al trono por el Señor como reina del universo, para ser conformada mas plenamente a su Hijo, Señor de los Señores y vencedor del pecado y de la muerte” (Catecismo Católico pagina 336, párrafo 966, negritas añadidas).

La argumentación Católica es que María fue asunta a los cielos en cuerpo y alma, en virtud de su vida impecable y del beneplácito Divino.

Al no contar con respaldo Escritural; Roma no tiene más recurso que recurrir a la Tradición Apostólica.

Es obvio que este dogma como los otros (Excepto el de la maternidad Divina de María, con las salvedades hechas) es diametralmente opuesto al espíritu de la Palabra de Dios; la que tiene por flagrante idolatría la exaltación de cualquier criatura (¡Incluso María!) en vez del Creador, y es que la línea divisoria entre la legítima veneración a los hombres y la adoración debida sólo a Dios, es tan delgada; que la Iglesia de Roma se vuelve culpable de pulular la idolatría entre sus fieles.

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