Las 70 Semanas de Daniel

Ungir al Santo de los santos

     Y entonces veremos a Cristo (Mateo 24: 29-31) “en su segunda venida sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria y enviará a sus ángeles con gran voz de trompeta y juntará a sus escogidos de los cuatro vientos desde un extremo del cielo a otro”. Que importante es para el mundo entero que Cristo venga al mundo a juntar a sus escogidos y tomar posesión de lo que le corresponde llevar a cabo una vez dada a conocer la profecía, debido a que representa un momento de cambio y perfección, la cual tomará vida para que la justicia perdure grandemente en la vida del ser humano y así poder comenzar de nuevo el diseño original dispuesto para el hombre desde el inicio de todas las cosas. Es en sentido práctico un nuevo amanecer con algunos acontecimientos antes de que las cosas cambien,  pero al fin la hora de la siega ha llegado como lo expresa Apocalipsis 14: 14-16 “Mete tu hoz, y siega; porque la hora de segar ha llegado, pues la mies de la tierra está madura” Es el tiempo de Dios y la hora de cumplir con la profecía. En ese tiempo Dios sabrá escoger entre sus amados para que habitemos con Él en Sión para siempre.

     En este sentido, la Enciclopedia Wikicristiano (2014) explica que “el verbo ungir proviene de ungir, untar, consagrar”. Este es un verbo común, tanto en hebreo antiguo como moderno, que también se encuentra en antiguo ugarítico. Aparece unas 70 veces en el Antiguo Testamento hebraico.

     Cristo, el título neotestamentario, se deriva del griego (Xristos, Jristos) que es el equivalente exacto del hebreo massiaj, pues también tiene el significado básico de untar con aceite, un elemento sorprendente de cómo esta palabra puede fundamentar el propósito de este hecho: Consagrar al Santo de los santos, posicionarlo y afianzarlo para siempre y así la justicia perfecta vendrá a ser parte de los hijos de Dios.

 

 

CAPITULO II

Momentos de la Profecía

Un decreto oficial para la reconstrucción de Jerusalén

      Artajerjes I (465-424 A.C.) desarrolló su mandato en el período en el cual se emite el decreto para reconstruir a Israel y se cree que fue, según lo eruditos en el 445 A.C. Además este monarca persa tenía un copero muy piadoso (Ver Nehemías 1:11-2:1). Permitiéndole a ir a Jerusalén para reconstruir los muros de la ciudad (Nehemías capítulo 2). Este hecho se hace necesario para comenzar a contar el comienzo de las siete semanas de años o los 49 años para la reconstrucción de Israel y su templo.

     Efectivamente, en este tiempo solo un remanente había vuelto a su patria a reconstruirla, Esdras 7:6-9. Sino que también se iniciaría un período el cual menciona claramente Daniel 9:24-27; explicando la estructura de las 70 semanas. Con sietes semanas de años para la reconstrucción de Jerusalén y su templo.

     En este orden de ideas, se puede tomar en cuenta Esdras 7:11, para analizar el escrito que le entregó Artajerjes; Dios en su sabiduría había hecho que Esdras recibiera todo lo que le pidiera al rey. Así Esdras logró salir de Babilonia el día primero del mes de Abib, del séptimo año del reinado de Artajerjes. Llegó a Jerusalén el día primero de dicho mes de ese mismo año. Lo acompañaba un grupo de judíos, entre los que había sacerdotes, sus ayudantes, cantores, guardianes y servidores del templo de Dios.

     Así mismo, Nehemías toma todas las precauciones en su petición al rey para que emitiese cartas a los gobernadores al otro lado del río, y franquearan el paso hasta que llegara a Judá.

Aparición y Ejecución de un Príncipe

     En este análisis se podría tomar una serie de elementos conducentes a definir sobre la aparición y ejecución de un príncipe; pero, ¿qué indicio será el conducente a ver a Jesús como aquel que debía morir? La respuesta está claramente en el versículo 26: “Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí;y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones,es decir después de 434 años se quitará la vida al Mesías, lo cual era necesario para poder llevar a cabo la profecía completamente, debido a que después en el año 70 el pueblo de Dios fue destruido como castigo por el rechazo de Jesucristo. Mateo 23:37 – 39 y 24:1 – 2; el cual explica claramente cómo Jerusalén rechazó a los profetas y cómo Dios quiso juntarlos como gallina a sus polluelos, sin embargo también explica la desolación del pueblo del Señor. De esta manera se juntan dos elementos: el amor de Dios por mantener unidos a sus hijos y por otra parte la reprensión a la desobediencia consumada mediante la muerte a los mensajeros de Dios; la muerte de Cristo estaba anunciada “Porque os digo que desde ahora no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor” Anunciaba su muerte dándole espacio a una segunda venida, es como una porción de tiempo para cambiar la conciencia de un pueblo, debido a que la palabra “Hasta” implica un espacio temporal, y ello conduce a la imperiosa necesidad de fundamentar el hecho insustituible de que los acontecimientos futuros serán dado por un condicional donde el Israel debe bendecir al que viene en nombre de Dios y ese es Jesucristo.

Deja un comentario