¿Qué hay de malo con el evangelio de la Prosperidad?

IV. ¿Soy pobre porque tengo falta de fe?

Hay otra falta muy grave que comete el evangelio de la prosperidad. Además de ofrecer dinero fácil, hace pensar a las personas que su pobreza es porque “no han dado lo suficiente”. O en su defecto, porque “no tienen fe”.

Sin embargo, la pobreza tiene muchísimas causas razones. La negligencia, malas decisiones financieras, los vicios, formas de pensar antibíblicas, y hasta razones providenciales.

La realidad es que el evangelio de la prosperidad no hace “más prosperas a las personas”. Antes bien, les quita su dinero mediante el engaño. Y no los ayuda a salir de la pobreza. Y es peor aún, porque hacen pensar, sin importar qué, que la gente es pobre porque no tiene fe.

Bajo esa afirmación hasta el mismo Señor Jesucristo tenía falta de fe. El Señor Jesucristo ni siquiera tenía en dónde recostar su cabeza (Lucas 9:58). El Señor se hizo “pobre” por amor a nosotros (2 Corintios 8:9). ¿Significa eso, entonces, que Jesucristo era pecador? ¡Qué gran blasfemia implicaría esta enseñanza!

Es por eso que la pobreza no necesariamente es mala. Los profetas y apóstoles no fueron precisamente los hombres más ricos adinerados (1 Corintios 4:9-14).

Lo que es puede ser malo son las causas de la pobreza. Si somos pobres, a pesar de amar a Dios, ser sabios, y diligentes, descansemos en Dios. Si la causa de nuestra pobreza es la negligencia, el pecado, o el estar alejados de Dios, arrepintámonos. Pero el ser pobre no es necesariamente malo.

Realmente, la gente necesita arreglar su pobreza espiritual, en vez enriquecerse. Que como se dijo antes, el enfoque principal del evangelio. Hacernos ricos creyendo en Jesucristo, y obedeciendo sus mandamientos.

V. ¿Promete el evangelio una prosperidad económica?

Como vimos en un punto anterior, el evangelio de la prosperidad centra el evangelio en las riquezas. No obstante, el evangelio nunca promete que recibiremos riquezas materiales. Muchos de los pasajes utilizados por sus profetas han sido muy sacados de contexto, y tergiversado para su beneficio.

Sin embargo, hay algo mucho más interesante, y es que la Biblia, en ocasiones, dice que recibiremos pobreza por el evangelio. Lucas 14:26-27 propone la idea de que, en ocasiones, tendremos que dejarlo riquezas y propiedades para seguir a Cristo.

En Marcos 10:27-30 dice algo parecido. Este texto parece apoyar la idea de que nos dará todo, si le damos todo lo que tenemos. Pero nada más lejos de la realidad. Es cierto que, la piedad puede tener una ganancia en esta vida (1 Timoteo 4:8). Pero el texto dice que en este mundo estaremos bajo “persecuciones” (vers. 30).

De hecho, muchos cristianos perdieron no sólo propiedades, sino hasta sus vidas por estas persecuciones. En este mundo tendremos aflicciones, y nuestro consuelo no es que tendremos todo, sino que Cristo estará con nosotros (Juan 16:33).

La Biblia su promete riquezas y prosperidad, pero estas son espirituales, y no materiales. La salvación, el perdón de los pecados, la santidad, la vida eterna, todas esas son bendiciones del evangelio. ¿Dónde promete Dios que nunca enfermaremos y que tendremos todo lo que queremos?

Es más, el evangelio enseña a los ricos que deben ser ricos en buenas obras, y no propiedades (1 Timoteo 6:18-19). En vez de dar comprar carros lujosos, y casas multimillonarias, debemos ayudar a los pobres, y a la causa del evangelio. Lo contrario a los predicadores de este “evangelio”.

VI. ¿Va Dios a realmente darnos todo lo que queremos, si se lo pedimos?

Otro gran error es que prometen que, si pedimos con fe, Dios nos dará todo lo que pedimos. Y utilizan varios pasajes para apoyar esto. Uno es Mateo 18:18-20, que “enseña a atar y desatar” riquezas en el cielo, y que Dios está con nosotros cuando lo hacemos. Otro muy utilizado también es Marcos 11:24, que supuestamente dice que Dios nos dará todo lo que pidamos.

¿Pero esto es realmente lo que enseñan esos pasajes? Bueno, en Mateo 18:18-20, Jesús está hablando sobre la disciplina de uno que está en pecado, no sobre riquezas. De modo que, todo lo dicho tiene que ver con la disciplina.

De hecho, el término “atar” y “desatar” entre los judíos significaba “imputar” o “absolver” de la culpa en un juicio. Lo que está queriendo decir el Señor es que, Dios nos acompañará en el juicio que hagamos uno que vive en pecado. Claro, si es que con buen juicio.

1 comentario en «¿Qué hay de malo con el evangelio de la Prosperidad?»

  1. Mi querido Pastor se olvido mencionar Malaquías 3.10. Los hijos financiamos la obra de nuestro PADRE. Podemos medir la apertura de las ventanas de los cielos y la sobreabundancia? No descarto los que puedan torcer para su favor. Espero su respuesta.

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