II. ESTA BODA REAL TENDRÁ UNA CELEBRACIÓN CONSUMADA
1. “Han llegado las bodas del Cordero” v. 7a.
Las palabras “han llegado” tienen una sensación de alivio porque un evento muy esperado esta por consumarse. ¿Sabe usted lo que implicará ese momento en las Bodas del Cordero? Cuando llegue ese tiempo, el plan de Dios que se había desarrollado por todas las edades, habrá sido completado. Dios no ha cesado de trabajar desde que el hombre pecó en el Jardín del Edén. Su eterno propósito es restablecer la comunión perdida con él. Cuando Jesús murió en la cruz por los pecados de la humanidad logró reconciliar al hombre con Dios. Así, pues, todos los que ponen su fe en Jesús son salvados por la gracia de Dios. De esta manera, los que duermen o estemos vivos, cuando Jesús llega a recibir a Su Novia para sí, sabremos que el tiempo esperado llegó. Nada superará ese acto en toda la historia de la humanidad. Nada es más emocionante en una boda que anunciar la llegada de los novios.
2. “La esposa está preparada” v. 7b.
En las bodas orientales había tres etapas: la del compromiso, presentación y celebración. La del compromiso era un acto legal, arreglado por los padres donde ni siquiera ellos elegían a su pareja. Era el tiempo del “desposorio”, donde la pareja estaba separada. José y María vivieron eso. En la etapa de la preparación el papá del novio lo enviaría junto con sus amigos a la casa de la novia, que ya la habían negociado, con una gran fiesta y un intercambio de regalos. Allí el novio tomaría a su novia y se unirían para siempre. Esto es lo que ha sucedido con la iglesia. Ya estamos casados con el Señor, pero estamos en la etapa de presentación. Las Bodas del Cordero nos llevarán a esa consumación. Ahora solo esperamos que llegue el Novio para que su Esposa venga a su encuentro. La celebración será parte de ese encuentro ¿Estamos listos para recibir al que viene a buscar a su Novia?
3. Vestida de lino fino v. 8.
Note esta distinción: “A ella se le ha concedido”. Esto es gracia soberana. El más grande don de su propio Amado. Note usted esta declaración: la iglesia recibió una concesión proveniente del trono, como un derecho indiscutible de su Amado. ¿Y quién de nosotros merece el cielo, sino por esa concesión divina? Entraremos allí simplemente por gracia, pues no hay méritos de ningún tipo que nos haga merecedores de tan alta distinción. Pero además, a esa “esposa”, que es el estado consumado después de haber sido la Novia, se “le ha concedido que se vista de lino fino”. Este vestido, a diferencia del que se pone “la gran ramera”, es muy sencillo. La ostentosidad es propia del capítulo 18 de Apocalipsis. Sin embargo, la esposa del Cordero se viste con sencillez. ¿Puede haber algo mejor que el lino fino, limpio y resplandeciente? Ese vestido con el que se ha ataviado para su marido son “las acciones justas de los santos”. La justicia que exhibirán los santos ese día no será la suya propia, sino la imputada, la que les concedió el Señor. La iglesia ha de vestirse para agradar a su Señor. El término “radiante” será la manera como ella se presentará delante de él. ¿Es así su vestido?
III. ESTA BODA REAL TENDRÁ UNA CELEBRACIÓN CONTINUADA
1. Los invitados a la Cena de la Boda Real v. 9.
Para aquellos hermanos que han tenido cierta preocupación sobre las “comidas celestiales”, aquí hay una respuesta. No me pregunte cómo será el “arte culinario” de esa Cena. Solo le digo que después del enlace nupcial de aquella Boda Real, habrá un gran banquete. También este texto nos recuerda que serán muchos los invitados a esta Cena, pero que a su vez serán muchos los que no estarán allí. El libro de Apocalipsis nos presenta varias “bienaventuranzas”, esta es una de las más importantes. La pregunta que surge en este pasaje es, ¿quiénes son los invitados a esta cena? ¿Quiénes formarán parte de semejante banquete celestial?Bueno, serán los santos del antiguo testamento y los que hayan salido de la tribulación. Será un grupo compuesto por todos los judíos y gentiles quienes fueron salvos antes del Pentecostés y después del rapto. Esa será una de las más grandes asambleas jamás vista. ¿Se imagina usted una cena con todos esos santos juntos y al Señor Jesucristo sirviéndonos?
2. La gloria de la Cena en esa Boda Real v. 7.
La declaración “gocémonos y alegrémonos” ponen de manifiesto una invitación a celebrar la gloria de aquel momento. Toda boda oriental estaba seguida de una gran fiesta. Lo prolongado y la opulencia de la celebración dependían de la riqueza del esposo. Por lo general eran siete días de gran fiesta. ¿Cuánto durará la celebración de esa Boda Real? Pues nada menos que mil años. Después de la fiesta de boda regresaremos con él a la tierra. Sus enemigos serán puestos bajo el estrado de sus pies y Cristo establecerá su trono, el que fue profetizado como el “trono de David”. ¿Se imagina usted un reinado con Cristo por mil años de absoluta paz? Muchos de nosotros recordamos la boda del príncipe Carlos de Gales y la princesa Diana. Aunque fue un espectáculo sin precedente, visto por millones de personas, no mucho tiempo después el mismo mundo que vio aquella fastuosa unión, fue testigo de la separación que terminó en un divorcio. Qué bueno que en esta Boda Real será para siempre. El Novio ha amado tanto a su Novia que es imposible una separación. Y la cumbre de esa Boda Real se verá cuando veamos al mismo Novio sirviendo a su Novia como el más grande de los Amantes. La iglesia que hoy sufre le espera una dicha que jamás la había conocido.
CONCLUSIÓN:
“Estas son palabras verdaderas de Dios” v. 9c. Por lo tanto son nuestra más grande demanda para vivirlas. Como son las “bodas del Cordero”, ya él fue sacrificado por nuestros pecados para que seamos parte de Ella.
Asegúrese que su nombre esté registrado en libro de la vida para ser parte de esta celebración eterna. ¿Estará usted en las Bodas del Cordero? ¿Será uno de los invitados a la Cena de las Bodas del Cordero? ¿Tiene el vestido de boda? ¿Está su lámpara llena de aceite para cuan el venga el Novio? Venga a recibir a su Amado hoy.
(571) 251-6590