3. El fuego lo manifestará todo (vers. 13)
Cuando estemos en el “tribunal de Cristo” cada uno de nosotros será examinado. Nadie me representará. La “obra de cada uno será manifiesta”, porque lo que se va a revelar si nuestras obras fueron buenas o malas, es el fuego que saldrá de la presencia del Señor.
En esta vida los hombres ven las obras que hacemos. Casi todas ellas son calificadas por la vista. Hay elogios a algunas de las “buenas” cosas que hacemos. Pero cuando estemos en el tribunal de Cristo, allí sabremos cuál fue la real intensión con la que servimos al Señor.
¿Cuáles son las obras que serán manifiestas por el fuego aquel día? Piense un poco en lo que ha hecho con su testimonio y verá lo que el fuego revelará en ese momento. Todo va contar ese día para ser examinado. Allí sabré cómo traté a mis hermanos en la fe.
Cómo utilicé mis dones y habilidades para el Señor. Qué tan fiel fui con mis diezmos y ofrendas para la obra del Señor. ¿Le di siempre lo que le perteneció? En aquel día el fuego probará mi constancia, mi fidelidad y mi entrega al Señor. ¿Amé más al mundo que a mi Señor? La advertencia bíblica a este respecto nos dice: “No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo”.
II. EL TRIBUNAL DE CRISTO MOSTRARÁ LA MÁS GRANDE DESILUSIÓN QUE PRODUCEN LAS MALAS OBRAS
1. Hay obras que se quemarán (vers. 15ª)
El presente texto nos indica que el creyente ha sido salvo por Jesús para “buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Efesios 2:10).
Y si esas “buenas obras” no pasan la prueba del fuego, entonces pudieran pasar dos cosas: una, que no hubo tales obras o que las obras eran malas. Si esto fuere el caso, entonces esas obras serán quemadas. Esto tiene que ser una gran preocupación para el creyente.
La Biblia nos habla del fuego por lo menos unas quinientas veces, y de esas, el 90% está conectada con la intervención de Dios. Esto pudiera dar lugar a pensar que siempre que escuchamos del fuego bíblico, lo asociamos con el castigo y la destrucción. En este sentido, uno de los textos que más recordamos es cuando nos referimos a Dios como “fuego consumidor” (Hechos 12:29).
A través de estudios biblicos aprendemos que la presencia del fuego como el instrumento para revelar todas las cosas es una prueba que no falla. Lo contrario a los trabajos que permanecerán, como aquellos donde intervienen el oro, plata y las piedras preciosas, son las obras que al final se quemarán. Esta es una dolorosa verdad que presagia una gran tristeza. Qué sorpresa será encontrarme ese día con una gran desilusión.
2. Habrá una pérdida en aquel día (vers. 15b)
Una de las difíciles verdades de este pasaje es que no habrá galardones para algunas personas. Aquel momento será de gran decepción. ¿Puede haber tristeza ese día? La respuesta es sí. El día de aquella premiación habrá gozo y también tristeza. La pérdida de los galardones simplemente se debe a mi falta de fidelidad en la obra del Señor.
No puede esperar un premio quien nunca hizo nada para ganarlo. Hay creyentes demasiados indiferentes para el servicio del Señor. Para algunos, la meta fue conocer a Cristo como su salvador, asistir a la iglesia como un “religioso” más, y así vivir hasta que Cristo regrese. E
n este orden aparecen los que solo levantan su mano, se bautizan y se hacen miembros de la iglesia, pero el resto de sus vidas lo pasan enredados en el mundo. Quien así vive no puede pretender galardones ese día.
El texto dice que el tal “sufrirá pérdidas”. Parece cosa extraña que el creyente estando delante del Señor sufra pérdidas. ¿Cómo hacer para no tener esa pérdida de mis galardones cuando esté en el tribunal de Cristo? Jesús nos ha dicho: “Sobre podo has sido fiel, sobre mucho te pondré”. Mi fidelidad determinará lo que recibiré en el tribunal de Cristo.
3. Habrá una salvación por fuego (vers. 15c)
Una mejor traducción de este texto sería: “Salvo, pero no sin fuego”. Lo primero que hay que decir aquí es que en el aspecto espiritual no está en juego la condenación eterna, sino que se trata de la evaluación de nuestro servicio en la obra del Señor.
Una traducción contemporánea diría que algunos van a ser salvos “sin pena ni gloria”. Eso nos parece muy extraño del Dios de amor y gracia infinita. En efecto, seré salvo porque mi salvación no depende de mis obras. Pero la entrada al cielo no será según Pedro la describe, como “amplia y generosa”.
Hermano Julio, Dios me lo siga bendiciendo.
A pesar de que tambien contribullo en este medio, me complace en el señor al leer estudios biblicos de esta indole.
Es una bendicion poder contar con obreros de alto rango.. para edificar nuestra vida por medio de la enseñanza.
Dios es fiel y claro que estaremos alli para recibir nuestro galardon.. es nuestra meta como creyentes. Bendiciones
excelente mensaje hermano, Dios les siga dando sabiduria y discernimiento de su palabra. bendiciones!!!
Que Dios te bendiga hermano pastor, desde Ecuador saludos, siga en su ministrio su publicación si mi ayuda para tener mas claro sobre el tema.