La Vida en el Milenio

2. Un ambiente de santidad perfecta (Zac. 8:3).

Esta será la parte más visible después de la gloria del Señor en el reino milenial. El estado de santidad del reino no tiene parangón con algo parecido en ninguna otra parte. Una de las características de muchos reinos pasados y aún presentes ha sido la corrupción en todos sus niveles y la inmoralidad permitida por los mismos gobernantes. No será así en el reino del Señor. Lo que si va suceder es que por el hecho que todos los redimidos tengan un cuerpo glorificado, eso los excluye de todo pecado. Por cuanto la iglesia que descendió con el Señor, así como los creyentes del Antiguo Testamento, estará allí con cuerpos resucitados, no es posible que reine el pecado. En todo caso allí por primera vez se contemplará un reino de santidad. Vea usted la profecía de Zacarías 8:3. En la visión futura del reino milenial, al profeta se le revela el nombre de la ciudad y el nombre del monte de la ciudad. “Ciudad de la Verdad” y “Monte de Santidad” describen un ambiente de santidad perfecta. Jerusalén, la capital del mundo, teniendo a Jesús como su Rey será la ciudad de donde saldrá la verdad al resto de las naciones. La verdad y la santidad solo podrán vivirse a través de Jesús.

III. LA VIDA ECONÓMICA DURANTE EL MILENIO

1. Un ambiente de prosperidad económica (Is. 35:2).

Las economías mundiales se tambalean por la crisis mundial, aún las más prósperas. El sueño de una economía saludable, estable y que les asegure el mayor bienestar a nuestros pueblos, no ha sido posible. Hay muchas variantes que hacen que los países entren en un “default” de su economía, que no es sino la falta de capacidad de pago por no tener liquidez para afrontar sus deudas con sus acreedores. Esto no pasará en el reino milenial. La fotografía que nos presenta el profeta Isaías en el capítulo 35, es muy precisa sobre la economía durante el reino de los mil años. Habla de un desierto y la soledad alegrándose v. 1. Ese lugar y ese estado cambiarán porque serán llenos de agua, rocío y de sembradíos. La frase “florecerá profusamente” denota un estado de dicha y prosperidad jamás visto v. 2. El versículo 7 le pone un toque de progreso a la economía de ese tiempo cual nunca se ha visto hasta el día de hoy: “ El lugar seco se convertirá en estanque, y el sequedal en manaderos de aguas; en la morada de chacales, en su guarida, será lugar de cañas y juncos.La tierra del milenio será fértil para toda la producción. No habrá escasez de alimentos para ninguna familia.

2. Un ambiente de prosperidad familiar (Am. 9:13-14).

La nota distintiva del milenio será la gran prosperidad familiar que se dará en todo los órdenes. Imagínese un país donde no existan clases sociales, compuestas por ricos o pobres. La producción de la tierra, convirtiendo a los desiertos en lugares de fecundos cultivos, es un ejemplo de la prosperidad con la que se adornará la vida en aquel paraíso. La ansiada búsqueda de la “teología de la prosperidad”, donde plantean que cada creyente no debiera ser pobre, sí será posible durante el milenio. Imagínese una real sociedad donde exista igualdad para todos. Donde no sólo habrá abundancia de todos los productos, sino donde cada familia no tenga la zozobra de sus deudas, y donde el sueldo siempre para escaso. Vivir en un lugar donde trabaje para vivir y no donde solo viva para trabajar. El profeta Joel, quien como tantos otros profetizó acerca del milenio, vislumbró el día para el pueblo de Dios, a quienes se les aseguró: “Comeréis hasta saciaros… y nunca jamás será mi pueblo avergonzado (Joel 2:26). Esta promesa no se ha cumplido. La prosperidad no es la norma distintiva de esta sociedad injusta. Pero el día llegará cuando todos viviremos en la abundancia.

IV. LA VIDA INTELECTUAL DURANTE EL MILENIO

Un ambiente de conocimiento completo (Is. 11:9). Hay una teoría que afirma que el ser humano desarrolla solo el 10% de su cerebro mientras vive. Y si bien es cierto que muchos afirman lo contrario, lo cierto es que, por nuestra condición caída, no logramos desarrollar toda nuestra capacidad intelectual para la que fuimos creados. Pero cuando el pecado ya no forme parte de nuestra naturaleza, usaremos nuestro cerebro al 100%. Una película llamada “Lucy” explora la posibilidad de usar el cerebro en toda su capacidad. La única cosa es que, de acuerdo a la interpretación que le da el autor, la persona podría hacer cosas que están más allá de un comportamiento humano natural.

Nuestra vida en el milenio nos permitirá vivir con un cuerpo nuevo con el que hemos resucitado, que tendrá un nuevo cerebro para ser usado en su total dimensión. Cuando la profecía nos dice que “la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar”, es una referencia a lo que será el conocimiento completo acorde con lo que será una vida de total desarrollo. Imagínese usando el 100% de su cerebro dirigido por el Espíritu Santo. Si el hombre ha explorado el espacio y la ciencia ha avanzado a niveles inimaginables, ¿sabe usted lo que pasará con el conocimiento pleno en el milenio?

CONCLUSIÓN:

Lo anterior escrito pareciera como algo fantástico para algunos. No estamos acostumbrados a pensar en un gobierno terrenal distinto a los que ya hemos conocido. Pero los profetas, los salmos y tantos otros escritos, nos hablan de la vida que se desarrollará durante esos mil años. Dándole un repaso a la profecía de Isaías 11, nos encontramos con esta descripción del reino de los mil años.

La sociedad de ese tiempo será dirigida a través de una justicia inquebrantable, pues la justicia será el “cinto de sus lomos” v. 5. Él no juzgará “según la vista de sus ojos…” v. 4. La vida armónica de aquel reino se describe así v. 6. Nada puede ilustrar mejor la vida del milenio que el imaginarse a la vaca y a la osa pastando juntas, con sus respectivas crías v. 7. Pero lo que es más insólito será ver que el niño de pecho acercarse a la “cueva de áspid” y tener como juguete la víbora de la caverna v. 9. El mal no formará parte de ese reino, pues Satanás, el incitador del mal, estará atado en el abismo.

En el reinado de los mil años habrá una paz total que será vista en la santidad de los habitantes. La economía será prospera. El conocimiento ilimitado. Y la gloria del Señor será para bendición de las naciones, quienes vendrán para reconocerlo. Será, pues, una vida de dicha y prosperidad total. Pero para pertenecer a ese reino, Jesús debe reinar en el corazón. ¿Será usted parte de ese reino?

(571) 251-6590

Deja un comentario