David y Abigail

Reenier Gonzalo Prado

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David y Abigail

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Aunque los tiempos actuales no son iguales que los que vivió Abigail, nadie debe dejar deslumbrarse por las riquezas a la hora de casarse, ni presionar a un hijo o hija porque la otra parte tiene grandes riquezas.

Lectura Biblica:

Y oyó David en el desierto que Nabal esquilaba sus ovejas. Entonces envió David diez jóvenes y les dijo: Subid a Carmel e id a Nabal, y saludadle en mi nombre, y decidle así: Sea paz a ti, y paz a tu familia, y paz a todo cuanto tienes. He sabido que tienes esquiladores. Ahora, tus pastores han estado con nosotros; no les tratamos mal, ni les faltó nada en todo el tiempo que han estado en Carmel. Pregunta a tus criados, y ellos te lo dirán. Hallen, por tanto, estos jóvenes gracia en tus ojos, porque hemos venido en buen día; te ruego que des lo que tuvieres a mano a tus siervos, y a tu hijo David.” (verss. 4-8)

David se hallaba en el desierto, un lugar con muy pocos recursos, pero debía alimentar a sus 600 hombres. David supo de Nabal y de la esquila de sus rebaños. El momento de la esquila era un tiempo de fiesta, donde se recogía la preciada lana que daría jugosas ganancias a su propietario. Sin duda, era un momento propicio para pedir algo para él y para sus hombres. David envió unos pocos hombres, probablemente para que Nabal no se sintiera intimidado.

La petición de David

La petición de David de que le diera “lo que tuvieres a mano”, puede ser interpretada de tres formas distintas:

  1. Es posible que David estuviera aprovechándose de las costumbres de hospitalidad en Medio Oriente, por lo que David podría tener una fundada expectativa de obtener algo. En este contexto el rechazo de Nabal en contra de dichas costumbres podría entenderse perfectamente como un insulto.
  2. Otra posibilidad es que David estuviera ejerciendo algún tipo de extorsión sutil y que Nabal la rechazara porque no se iba a dejar intimidar.
  3. La tercera interpretación, y más probable, es que David estuviera solicitando el pago a los servicios ofrecidos de protección de las ovejas y pastores de Nabal. La comitiva de diez hombres tendría entonces atribuciones para negociar una retribución.

David, pese a ser el rey ungido de Israel, es bastante diplomático a la hora de dirigirse a Nabal. David recuerda a Nabal que ha pastoreado junto con sus pastores a sus ovejas y las ha defendido de alimañas y otras amenazas. De acuerdo a la costumbre de la época era justo que David pidiera algo por ejercer esa labor.

Sucede lo mismo que le sucedió a Jacob que fue siervo de otro pastor Labán. Jacob es como David un pastor perseguido por Esaú, es tratado injustamente por su suegro Labán y tras un tiempo sale de su casa con abundantes bendiciones y con esposas.

David es perseguido por Saúl, tratado injustamente por Nabal, pero finalmente Dios lo bendice abundantemente dándole todas las posesiones de Nabal, incluso la más preciada, su esposa Abigail y finalmente el reino. Incluso los nombres Esaú y Saúl, Labán y Nabal parecen tener semejanzas fonéticas.

Relato paralelo

Es importante entender en toda esta historia un relato paralelo escrito en forma simbólica con los siguientes elementos:

  • David es un rey legítimo, pero todavía sin reino y que está oculto en el desierto. De la misma forma Jesús es el rey legítimo que aún no ha tomado posesión de su reino hasta su regreso. Jesucristo permanece oculto en el cielo y su reinado está aún en disputa.
  • Nabal representa al diablo o bien a las autoridades mundanas e insensatas que se oponen a Cristo, especialmente el anticristo del tiempo del fin.
  • Abigail es la iglesia, sujeta a Nabal por la ley, pero al morir éste queda libre para casarse de nuevo. La iglesia debe obedecer las leyes humanas, pero ello no implica no hacer la obra de Dios.
  • Los diez hombres enviados por David son los cristianos que traen el mensaje de salvación y anuncian al rey.
  • La casa de Nabal es la tierra donde hay trigo (Abigail) y cizaña (el propio Nabal). La labor de David es no recoger la cizaña (Mateo 13:24-30) a destiempo (matar a Nabal y a su casa de forma indiscriminada), sino a esperar a que Dios indique el tiempo señalado, hasta poder llevar el trigo a su granero (esperar a que Dios haga justicia y poder quedarse con Abigail).

Lectura Biblica:

“Cuando llegaron los jóvenes enviados por David, dijeron a Nabal todas estas palabras en nombre de David, y callaron. Y Nabal respondió a los jóvenes enviados por David, y dijo: ¿Quién es David, y quién es el hijo de Isaí? Muchos siervos hay hoy que huyen de sus señores. ¿He de tomar yo ahora mi pan, mi agua, y la carne que he preparado para mis esquiladores, y darla a hombres que no sé de dónde son?” (verss. 9-11)

La respuesta a los hombres de David

La respuesta a los hombres de David parece cuestionar el derecho de David de buscar hospitalidad.

Nabal pregunta: “¿Quién es David, y quién es el hijo de Isaí?” Estas son las mismas preguntas que David se hace a sí mismo cuando Saúl le pide ser su yerno, aunque David se ve a sí mismo como “un pobre hombre sin reputación” e indigno de tal honor. Nabal evidentemente no trata a David como el rey de Israel, sino como un pobre fugitivo, indigno de hospitalidad. Su respuesta es cruel, sin afecto, ni humanidad alguna.

La realidad es que en un territorio tan pequeño como Israel no era posible que Nabal no supiera de las hazañas de David (1 Samuel 18: 5-7) derrotando a Goliat y sus victorias contra los filisteos. Por eso el menosprecio hacia David era bastante mayor.

Nabal también demostró ser muy materialista y egoísta no queriendo dar nada a David y a sus hombres. Esto está claramente en contra de las costumbres de hospitalidad en Medio Oriente imperantes en esa época.

“Y los jóvenes que había enviado David se volvieron por su camino, y vinieron y dijeron a David todas estas palabras. Entonces David dijo a sus hombres: Cíñase cada uno su espada. Y se ciñó cada uno su espada y también David se ciñó su espada; y subieron tras David como cuatrocientos hombres, y dejaron doscientos con el bagaje.” (verss. 12-13)

David se pone furioso

David se pone furioso y prepara un ataque junto con 400 hombres, dejando 200 protegiendo el bagaje de las bandas de salteadores y de los ataques de los filisteos, por lo que la protección que ofrecía a los rebaños de Nabal parecía estar plenamente justificada.

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Reenier Gonzalo Prado
Autor

Reenier Gonzalo Prado

Amante de la palabra de Dios y nuestro Señor Jesucristo. Mi pasión es redactar mensajes cristianos para evangelizar a las naciones.

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