Mujer moderna – Hija de Dios

3. Somos cuidadas por nuestro Hermano Mayor “Jesús”

“El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados” (Romanos 8:16-17).

Describimos a Jesús como nuestro hermano, significando en realidad, que “hermandad” es solo una semejanza en términos de personalidad y estilo de vida, lo que nos lleva a permitirnos imitar a Jesucristo su comportamiento , también puede ser más profundo como que seremos miembros de la familia del Dios Omnipotente y ser hermano literalmente de Jesucristo en el mundo espiritual.

Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios“. (Romanos 8:14).

Aprendemos a tener una relación personal, calidad e íntima con Dios.  Una que va mucho más allá de simplemente reconocerle como nuestro Creador, que Dios nos ve como sus hijas y nos permite disfrutar de la conexión y el amor que solo puede existir entre un Padre y sus hijos. Ahora no solo como siervas de un Señor; somo hijas de un Padre amoroso.

Somos hijas de Dios, debemos reconocer que tenemos un gran valor, porque el gran creador nos hizo perfectas, sabias, únicas, libres, pensantes,y sobre todo a imagen de él en todo. Aunque que nos faltaría para ser más unidas a nuestro padre, ser obedientes en sus mandamientos y el aprender a esperar en la voluntad de Dios.

La espera es esencial para vivir en obediencia y para cosechar bendiciones. Recordemos que nuestro gran error es hacer las cosas pensando o creyendo que complacerá a nuestro Padre Jehová. Es cierto que pensamos que esperar o tener paciencia es una ociosidad. Pero no lo es así, ya que el esperar es aprender a confiar y entender que el amor del padre va a ser único en cada respuesta que nos de.

Conclusión

Oremos: Padre Jehova, permite ser la hija que tu creaste según tu voluntad y pueda ser llena de tu gracia por medio del Espíritu Santo para ser testimonio de tu obra en mi.

© Jackie Prewett. Todos los derechos reservados.

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