Elías y los profetas de Baal

Era crucial mostrar al pueblo que solamente Jehová enviaba la lluvia sobre la tierra. Al reunir a todo el pueblo de Israel en el Monte Carmelo, Elías quería que su pueblo fuera testigo de la victoria que iba a obtener ante Baal y Acab.

Los malvados profetas de Asera comían a la mesa de Jezabel, lo que implica que los tales profetas eran una especie de funcionarios religiosos auspiciados por Jezabel y Acab. Permitir la idolatría está mal, pero promover la idolatría es mucho peor.

Llama poderosamente la atención el enorme número de profetas paganos que participaron en este desafío. 850 profetas contra uno solo. Como en los tiempos de Elías, existen muchos más falsos profetas que profetas verdaderos (predicadores, pastores, maestros).

Los cristianos de sana doctrina son una minoría dentro del mundo evangélico y aún una minoría mucho más pequeña en relación a la población en general, creyente o no creyente. El cristianismo parece ser un movimiento de minorías.

Dios comunicó o inspiró esta estrategia a Elías

Parece que Dios comunicó o inspiró esta estrategia a Elías, y que no actuó enteramente por su cuenta.

El Monte Carmelo es una montaña al norte de Israel, cercano a la ciudad costera de Haifa. El Monte Carmelo se levanta en un terreno agreste y lleno de cuevas. Carmelo quiere decir en hebreo “viña de Dios”.

“Profetas de Asera” puede traducirse también como profetas de las arboledas. Dios había prohibido en su ley plantar árboles cerca del altar (Deuteronomio 16:21). Los israelitas adoraban a Asera en forma de tronco sin ramas, un símbolo fálico asociado a los rituales de fertilidad. Los druidas y otras religiones, adoran también a troncos y a árboles.

1 Reyes 18:20-21Entonces Acab convocó a todos los hijos de Israel, y reunió a los profetas en el monte Carmelo. Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra.”

Elías consigue que se prepare el desafío y aprovecha para predicar al pueblo.

Elías reprende al pueblo por su idolatría y su insensatez: pretendían servir a Dios y a Baal. Jesucristo mismo dijo que no era posible servir a dos señores (Mateo 6:24).

Tal y como una mujer no puede amar a dos hombres, así sucede igual en lo espiritual. Si una mujer trata de amar a dos hombres acabará teniendo problemas con ambos. La iglesia es una mujer prometida a un hombre (Jesucristo) y le debe fidelidad absoluta, no puede comportarse como una prostituta yendo en pos de otro porque Dios es un Dios celoso.

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