Siete fundamentos de una fe dinámica

Su vida prosiguió así, en medio de penurias por mucho tiempo, hasta que llegó al límite de sus fuerzas y regresó de nuevo al hogar. Reconoció que en sus fuerzas, sin estudio y con todo en contra, sólo podía agenciarse el fracaso en cada paso que diera.

Esa misma situación nos ocurre cuando tratamos de resolver los problemas a nuestra manera. Sólo cuando reconocemos que hemos llegado al final de nuestra capacidad, y nos volvemos a Dios, lo imposible se torna posible.

El relato bíblico señala que el Señor Jesús estaba junto al mar de Galilea: “Cuando Jesús regresó en la barca al otro lado del lago, se le reunió mucha gente, y él se quedó en la orilla.  Llegó entonces uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo, que al ver a Jesús se echó a sus pies  suplicándole con insistencia: –Mi hija se está muriendo: ven a poner tus manos sobre ella, para que sane y viva. ” (Marcos 5:21-23)

Cuando hay problemas o necesidades, se agotan nuestra capacidad y los recursos, no bastan los títulos o posición social; entonces, sólo nos queda reconocer la grandeza y poder de Dios.  Tenga presente que el Dios en el que hemos creído es un Dios de milagros. Si albergamos esperanza de que algo ocurrirá, esa esperanza fortalece nuestra fe, y avanzamos en la dimensión de los milagros.

2. La fe dinámica es una fe que rompe la lógica humana y vence el qué dirán

Sin duda habrá escuchado voces derrotistas cuando procura un milagro. “No pierdas tiempo”, le habrán dicho. Satanás es muy hábil y procura robarnos cualquier semilla de fe que anide en nuestro corazón. No obstante debemos afirmarnos en Dios y seguir adelante.

El Señor Jesús honra y alimenta nuestra fe: “Jesús fue con él, y mucha gente le acompañaba apretujándose a su alrededor.” (Versículo 24, versión Dios habla hoy)

No deje que los incrédulos le roben la bendición de los milagros. Siga adelante, sin prestar oído a los incrédulos.

3. La fe dinámica es una fe que crece por encima de las circunstancias

Hace pocos días viajé a una población distante del pacífico colombiano, a una reunión de pastores y líderes. De regreso a casa, en un desplazamiento por mal de 18 horas en buque, le dije al capitán dominado por la impaciencia:

–Lo más probable es que estamos muy lejos de Buenaventura porque no veo sino agua por todos lados–.

–Tranquilo, le aseguro que en una hora llegamos al puerto–, explicó.

–Pero si no veo más que mar…–, argumenté.

–Ya verá. Aunque solo haya mar aquí adelante, pronto llegaremos al destino–, dijo con seguridad. Él estaba convencido, guiado por los equipos de navegación, y así fue.

Cuando confiamos en Dios, ocurre lo mismo: “Todavía estaba hablando Jesús, cuando llegaron unos de casa del jefe de la sinagoga a decirle al padre de la niña: –Tu hija ha muerto. ¿Para qué molestar más al Maestro? Pero Jesús, sin hacer caso de ellos,   dijo al jefe de la sinagoga: –No tengas miedo. Cree solamente. ” (Marcos 5:35-36, versión Dios habla hoy)

1 comentario en «Siete fundamentos de una fe dinámica»

  1. Realmente mi fe hace buscar esta clase de lecturas, quiza me falta actuar porque hay momentos que no puedo mas, me siento tan debil y cobarde. Actuo con unos impulsos que no me reconozco, solo sé que Dios me ayudara porque estoy pasando días desesperantes, esto viene desde 15 años atras, los cuales me aferre a Dios. Gracias por esta lectura me ha dado fortaleza para seguir mi lucha. AMEN

    Responder

Deja un comentario