Dios me llama, ¿qué hago?

José R. Hernández

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Dios me llama, ¿qué hago?

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La Biblia relata el resto de la gran historia de este personaje, que si no lo ha leído, le invito que lea y sepa las formas en que fue probado y como aprobó. Pero todo comenzó cuando Dios llamó y el respondió.

Moisés

Ahora bien, estudiemos el caso de Moisés, es un gran hombre de Dios, llegó a ser gran profeta y líder de toda una nación. Era un hombre extremadamente capacitado para gobernar dado a su crianza estudio y desarrollo como príncipe de la potencia mundial de la época (Egipto). En su encuentro cara a cara con Dios, su respuesta no fue como en el caso de Abraham que obedeció inmediatamente.

Moisés venía de ser desterrado de la nación donde era príncipe, posible heredero al trono. Esto por haber matado a un egipcio para defender a un hebreo, cosa que para aquel entonces era un absurdo y un crimen (no por el asesinato en sí, sino por haber preferido salvar a un hebreo antes que a un egipcio). Moisés quiso defender a su pueblo por sus propios medios pero fracasó, y como consecuencia fue llevado al exilio, donde consiguió esposa y paso a vivir con su suegro Jetro pastoreando.

Como nota curiosa veamos que los egipcios tenían por menos a los hebreos por dedicarse a ser pastores, tarea que para ellos era algo indigno y bajo. Y Moisés pasó de Príncipe de lo egipcios a pastor en el desierto, siendo esto un proceso guiado por Dios para llenarlo de humildad. Porque para servirle a Dios hay que ser humilde.

Estando pastoreando un día llegó al monte Horeb (llamado Monte de Dios), donde se encontró una zarza encendía en candela (esto era una manifestación del Ángel de Jehová que se le revelaba a Moisés). Un fuego que ardía pero no consumía a un arbusto que era seco, y fácil de quemarse. Al acercarse a ver esta visión el Señor habló: “!!Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí.Éxodo 3:4.

Llama la atención el hecho que Dios se le presentara a Moisés indicando quien era, (verss. 6), da a pensar que este no conocía a Dios. Quizás había oído del Dios de sus antepasados, la fascinante historia de Abraham. Pero para alguien que era príncipe de Egipto, una nación politeísta, quizás su concepción de Dios era la misma que podía tener de cualquiera de esos otros dioses. Quizás por esa misma razón Dios le expone quien Es, cuál es Su plan para la nación israelita, y el papel que este jugaría en todo esto.

Moisés venia de un fracaso, por tratar de liberar por sus medios a sus hermanos israelitas. Protestó y argumentó en varias ocasiones con Jehová Dios con pretexto como estos: “¿Quién soy yo, para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel?” (Éxodo 3:11). Y luego argumentó “¡Ay Señor! yo no soy hombre de palabras de ayer ni de anteayer, ni aun desde que tú hablas á tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de lengua” (Éxodo 4:10), entre otros. Fue tanto que Jehová se enojó (vers. 14). Pero al final, después de tanto argumentos obedeció al llamado.

De este llamado aprendemos muchas cosas, y lo primero que debemos tener en cuenta es este verso bíblico: “¿Es sabiduría contender con el Omnipotente? El que disputa con Dios, responda a esto.” Job 40:2 (RVR 1960). No hay excusas validas ni argumentos que valgan cuando Dios llama a un hijo suyo a servirle. Podemos evitarlo, podemos contender pero su propósito será cumplido.

Vemos también que los parámetros se cumplen, quizás no los tres. Pero vemos que los parámetros en regla general se cumplen. Vemos en Éxodo 4:18-20, que Moisés deja su parentela (Familia de Jetro). Toma su esposa e hijos, deja su tierra y se fue a Egipto a donde Jehová Dios lo había guiado. El llamamiento de Dios requiere renuncia, sacrificio y poner la mira en la meta.

Pedro

Vayamos ahora al nuevo testamento, y veamos uno de los llamados de un pilar de la iglesia naciente. Aquel discípulo tosco y apasionado, que con su temperamento impulsivo vivió aciertos y desaciertos, un pescador de profesión, apóstol por llamado, hijo de Dios por Gracia, mártir de Cristo por amor, quien se llamaba Simón y Jesús le cambió el nombre a Pedro. El llamado de Jesús para Simón se realiza en  medio de todo un acontecimiento, uno de los milagros icónicos del Mesías, la pesca milagrosa.

No era la primera vez que se encontraban, ya Jesús había hecho un milagro en la casa de Simón, le había sanado la suegra. Pero en este nuevo encuentro, la vida de Simón cambiaría por completo.

Este era pescador con años de experiencia, y aunque era experto en su oficio había tenido una noche terrible. Venía con las manos vacías, mientras limpia las redes ya para volver a casa, Jesús pide prestada su barca para predicar. En recompensa a esto Jesús, le dice que vaya mar adentro a pescar. Esto fue algo totalmente ilógico (si, ilógico, porque los milagros de nuestro Señor sobrepasa la lógica y lo normal de la vida, adema se creía que Jesús era carpintero al igual que José), pues era de día y esa no son horas de pescar.

Los peces se ocultan de día, además ya habían trabajado los profesionales en el oficio durante  toda la noche. Pero lo que Simón aun no sabía es que el dueño de todo era el que le decía donde echar las redes. No sabemos si Jesús obro en su omnisciencia al saber que iba a haber peces allí, o si su omnipotencia mandaría a los peces hacia allá (aun cuando era 100% humano, Jesús siendo El Verbo de Dios posee en su naturaleza divina estos atributos).

Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red.Lucas 5:5 (RVR 1960) Después de esto ocurre un milagro que muestra la misericordia, el amor y el poder de Jesús. Y con ese gran milagro la vida de Simón cambió, veamos cuál es su concepto ahora de Jesús. “Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador.Lucas 5:8 (RVR 1960). Y Jesús no era solamente su Maestro, ahora le reconocía como Su Señor.

El llamado de Jesús vendría de esta forma: “No temas; desde ahora serás pescador de hombres.Lucas 5:10. La promesa del llamado venia implícita en esa frase, y esta fue tomada también por los que estaban con él. Y la respuesta de Pedro fue sin lugar a dudas un acto de fe total: “Así que llevaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, siguieron a Jesús.Lucas 5:11 (RVR 1960). Los parámetros una vez más se cumplieron.

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José R. Hernández
Autor

José R. Hernández

José R. Hernández; educación cristiana: Maestría en Teología. El Pastor Hernández y su esposa son ciudadanos de los Estados Unidos de América.

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