La pérdida de un ser querido

En momentos así, en los que se confunden las emociones, lo más probable es que la persona reaccione con molestia ante las instrucciones para conservar la serenidad. Incluso, es posible que interprete esos consejos como una manifestación de incomprensión e intolerancia por parte de su interlocutor.

Una inclinación, muy natural, es a querer morirse también. En medio del dolor, el mundo se torna gris y llegan a concebir que nada tiene sentido, ni siquiera la existencia. Pueden incluso razones que nadie alrededor alcanza a imaginar siquiera lo que está experimentando.

Para ser sinceros, usted y yo jamás dimensionamos lo que está sintiendo el otro. Es probable que hayamos pasado por situaciones similares, pero no habremos sentido lo mismo.

Recuerde que cada uno tiene su propia forma de asumir los períodos de dificultad. Con ese precedente, lo más aconsejable es permitirle que se desahogue, bien sea hablando o llorando. No interrumpirle, simplemente permitirle que saque todo el dolor que lleva dentro. Es esencial que vivan el duelo particular a su drama.

La pérdida de un ser querido – ¿Cómo podemos ayudar a alguien en momentos de dolor?

Cuando alguien atraviesa por el dolor de perder un ser querido, lo esencial es que le brindemos acompañamiento. No juzgarle, señalarle o indicarle qué es lo que debe hacer. Simplemente acompañarle, estar a su lado, que sea que hay alguien que desea brindarle su respaldo.

Otras sugerencias en casos así son:

a. Escuchar sin interrumpir.
b. No procurar que cambie de tema.
c. Aconsejarle—en caso que haya lugar—pero midiendo mucho cada palabra.
d. No colarnos como ejemplo de alguien que sí sabe manejar situaciones traumáticas.
e. No imponerle tiempos o un cronograma para que haya “resuelto” su situación de duelo.
f. No espere que la persona resuelva el conflicto de la noche a la mañana.
g. En caso que la persona reaccione agresivamente, comprenda que está viviendo un momento difícil.

Todos hemos pasado o tal vez atravesaremos por situaciones traumáticas, que desencadenan un conflicto interno.

En nuestra condición de cristianos, es a Dios a quien recurrimos en momentos complejos, para pedirle sabiduría, que nos ayude a encontrar las palabras apropiadas para aconsejar a quien vive una etapa de dolor emocional.

La pérdida de un ser querido – El manejo del dolor emocional a la luz de la Biblia

Las Escrituras, que siempre tienen una respuesta a nuestros interrogantes y nos brindan principios prácticos y sencillos para avanzar hacia la superación de los conflictos, enseña que es natural sentir que todo alrededor se vuelve gris cuando el dolor embarga nuestro corazón. El rey David escribió: “El dolor me nubla la vista; ¡se me nubla por culpa de mis enemigos!.” (Salmo 6:7)

En momentos así, enfrentamos desánimo, y la concepción de que todo en torno nuestro no constituye más que un laberinto sin salida: “¡El dolor y los lamentos acaban con los años de mi vida! La tristeza acaba con mis fuerzas; ¡mi cuerpo se está debilitando!.” (Salmo 31:10)

Aunque los pasajes bíblicos se escribieron muchos siglos antes de que la sicología hiciera los modernos descubrimientos en el manejo de las situaciones de conflicto, los autores sagrados tenían claro que es fundamental el proceso del desahogo: “Cuando pienso en estas cosas, doy rienda suelta a mi dolor. Recuerdo cuando yo iba con la gente, conduciéndola al templo de Dios entre gritos de alegría y gratitud. ¡Qué gran fiesta entonces!.” (Salmo 42:9), sobre todo cuando se experimenta la sensación de amargura, desánimo y profundo dolor, difícil de describir con palabras (Cf. Salmo 39:2; 73:21; 116:3; 119:28)

La pérdida de un ser querido – Entregar el dolor emocional a Dios

El paso más apropiado, tal como lo enseña la Biblia, es entregar a Dios toda nuestra angustia y tristeza: “El Señor le dará fuerzas en el lecho del dolor; ¡convertirá su enfermedad en salud!”(Salmo 41:3). Nuestro amado Padre, promete cuidarnos: “…pues te cubrirá con sus alas y bajo ellas estarás seguro. ¡Su fidelidad te protegerá como un escudo!” (Salmo 91:4)

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