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¿Estás atado en las redes de la pornografía?

Estudios Biblicos – Predicas Cristianas

Comenzó como curiosidad. Esperó que todos salieran de la oficina y accedió a una página de pornografía. Sin que supiera cómo, pasaron dos horas antes que volviera a la realidad. Sudaba copiosamente y comprobó que estaba alterado, visiblemente excitado luego de tantas imágenes que almacenó su mente en esos furtivos momentos en la Internet.

Al día siguiente fue lo mismo y a los días le sucedieron las semanas y los meses. Cuando menos lo pensó, sentía una poderosa atracción a imágenes de desnudez y quería cada vez escenas más fuertes.

–No puedo controlarlo—le dijo a las autoridades de Washington–. Es más poderoso que yo. Cuando abuse de aquella joven, puedo jurarlo que no era yo sino alguien más–.

El oficial estadounidense arqueó las cejas, miró a su compañero y, tras unos segundos—sin decir más—salieron del cuarto de interrogatorios.

Ralph fue sorprendido por una patrulla que daba vueltas por un suburbio. Les llamó la atención una pareja que forcejeaba próxima a una cerca, junto a edificios de inquilinato. El joven de veintiún años estaba abusando de una estudiante que regresaba a casa.

–No quise hacerlo con una prostituta. Quería ver el sufrimiento en esa joven—explicó.

La defensa argumentó trastorno síquico. Un amigo pastor, quien conoció el caso y la enorme cantidad de tiempo que pasaba este empleado de una empresa de correos expuesto a la pornografía, hizo un diagnóstico con el que me identifiqué. “Satanás desarrolló en su mente una auténtica fortaleza que dominaba sus acciones. Más que tratamiento, necesita ser libre de una posesión”.

Resulta revelador el hecho de que un 86 e los violadores estudiados por investigadores canadienses en 1985, se describían a sí mismos como usuarios regulares de la pornografía. El 57 onfesó haber imitado escenas pornográficas en la ejecución de sus crímenes, según el informe de la Universidad de Queens en Kingston, Estado de Ontario, Canadá.

Durante la entrevista que les hizo el FBI (Oficina Federal de Investigaciones de Estados Unidos) en 1981, el 81 e los asesinos masoquistas en serie dijeron que la pornografía fuerte era su “mayor interés sexual”.

Uno de los entrevistados por el FBI era James Vachuska Jr, de Shreveport, Estado de Louisiana, después de raptar y violar a una niña de 11 años, le inyectó aire en las venas con una jeringuilla vacía, lo cual es fatal. Luego arrojó el cuerpo desde un puente. Vachuska dijo que la idea se le ocurrió por una película pornográfica que vio.

La pornografía genera adición

Científicamente está comprobado que la pornografía genera adicción que está íntimamente ligada con una alta carga de compulsión hacia prácticas sexuales repetitivas y cada vez más extremas. ¿Cuál es la relación? El cerebro, que es el más poderoso órgano de nuestro cuerpo, se ve afectado por las imágenes pornográficas lo que a su vez genera un estímulo exacerbado del deseo sexual. La reacción química que se produce es distinta de la que desencadena el amor profundo y la atracción a largo plazo.

Como recordará, cuando hay atracción natural, una de las sustancias que se genera es la Oxitocina, responsable de anidar sentimientos de conexión, unión y cariño. Esta sustancia se produce y libera en el cerebro cuando abrazamos a nuestra esposa o hijos, y cuando una madre esta lactando a su bebe. También hay otros, como la Serotonina y la Adrenalina, que juegan un papel de soporte. Pero es en esta caja de pociones de amor que la pornografía se mueve.

Es así que al exponernos a imágenes con contenido sexual, se liberan altas cargas de Dopamina, un neurotransmisor que provoca intensa energía, euforia, atención focalizada, y motivación para conseguir premios—representados por más y más Dopamina–.

Se produce literalmente una adicción.

Ahora, sobre estimular el cerebro con altas dosis de Dopamina hará que el cerebro se adapte e incremente los niveles de tolerancia. El resultado de incrementar la tolerancia es la de sensibilización, algo similar a lo que los alcohólicos o drogadictos experimentan después de un repetido uso y abuso de su droga de elección.

¿Comprende la gravedad del asunto? La pornografía ata. Se constituye en un vicio del que resulta muy difícil de salir libre. ¿Quién está detrás de esta adicción? No necesitamos mucho para descubrirlo: Satanás.

En el magistral capítulo siete del libro de los Proverbios, el rey Salomón describió de qué manera nuestro Adversario espiritual procura envolver en una peligrosa red a las personas, hasta el punto de llevarlas a una espiral sin fondo:

“Me puse a ver a los inexpertos, y entre los jóvenes observé a uno de ellos falto de juicio. Cruzó la calle, llegó a la esquina, y se encaminó hacia la casa de esa mujer. Caía la tarde. Llegaba el día a su fin. Avanzaban las sombras de la noche. De pronto la mujer salió a su encuentro, con toda la apariencia de una prostituta y con solapadas intenciones. (Como es escandalosa y descarada, nunca hallan sus pies reposo en su casa. Unas veces por las calles, otras veces por las plazas, siempre está al acecho en cada esquina.) Se prendió de su cuello, lo besó, y con todo descaro le dijo: «Tengo en mi casa sacrificios de comunión, pues hoy he cumplido mis votos. Por eso he venido a tu encuentro; te buscaba, ¡y ya te he encontrado! Sobre la cama he tendido multicolores linos egipcios. He perfumado mi lecho con aroma de mirra, áloe y canela. Ven, bebamos hasta el fondo la copa del amor; ¡disfrutemos del amor hasta el amanecer! Mi esposo no está en casa, pues ha emprendido un largo viaje. Se ha llevado consigo la bolsa del dinero, y no regresará hasta el día de luna llena.» Con palabras persuasivas lo convenció; con lisonjas de sus labios lo sedujo. Y él en seguida fue tras ella, como el buey que va camino al matadero; como el ciervo que cae en la trampa, hasta que una flecha le abre las entrañas; como el ave que se lanza contra la red, sin saber que en ello le va la vida..”(Proverbios 7:7-23, Nueva Versión Internacional)

Sutileza, engaño, destrucción. Tres peligrosos componentes que se unen y convergen en una estrategia de Satanás: destruirnos mediante hábitos que –si lo permitimos—terminan dominándonos.

Un joven me escribió desde Chicago para relatarme su drama: no podía escapar de la pantalla de su portátil. Pasaba largas horas, especialmente cuando comprobaba que sus padres dormían, frente a imágenes de pornografía. “Muchas veces me encontraron las primeras luces del día viendo fotografías de desnudos.”, describía.

Aumento de la consulta de porno en la Internet

En la década de los 30’s del siglo pasado, la pornografía se popularizó en revistas, especialmente en Europa y Estados Unidos, gracias a enormes emporios de publicaciones. Desde 1991 entró a formar parte de una de las ofertas de la Internet.

Alrededor del 75Þ la pornografía disponible en Internet se produce en Estados Unidos y cerca del 15 en Europa.

Semanalmente alrededor de 60 millones de personas visitan sitios pornográficos de la red y por lo menos 20 millones de estos usuarios, se encuentran en Canadá y Estados Unidos.

En el último año ocuparon los primeros lugares de consultas a páginas porno usuarios de Alemania, Gran Bretaña, Francia, Italia y España.

El promedio mensual de exposición individual a este material disponible en la red, fue de 60 minutos.

El mayor volumen de consultantes son personas mayores de 50 años, seguido por un segmento que va entre personas de los 20 a 35 años y un tercer grupo de usuarios entre los 35 y 50 años. El 70 e quienes acceden a estos sitios, lo hacen en el día, escogiendo entre la variedad de 100 mil sitios de Internet que ofrecen pornografía con material escrito, audiovisual y fotográfico de todas las categorías.

Pornografía y satanismo

Los descubrimientos de crímenes ligados a la filmación de películas para adultos así como la elaboración de material de alto contenido sexual, pone de manifiesto que existe una estrecha relación entre la pornografía, especialmente aquella que se conoce como “Hard” o pesada, y las prácticas ocultistas.

La Comisión sobre Pornografía Fiscal General en los Estados Unidos, elevó una voz de alarma en 1986—calcule cuántos años atrás—por la proliferación de material “pesado” al que fácilmente podían acceder jóvenes en librerías de material para adultos.

La Comisión estudió e hizo un listado de 5,420 títulos distintos de libros, filmes y revistas que se encontraban en estas tiendas. Debemos señalar que, prácticamente en todos los casos, el título del material pornográfico en cuestión se ajusta con bastante exactitud a su contenido. Aproximadamente la mitad de los títulos examinados por la Comisión incluían obscenidades.

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