Llenos del Espíritu Santo

El Espíritu Santo construye y fortalece los muros de defensa contra las tentaciones, fortalece nuestra voluntad, y da dirección a las emociones; pero el vino quita los frenos que la conciencia aplica a la conducta.

El Espíritu inspira al creyente a expresar su alabanza y adoración a Dios, y le da gracia para proclamar con denuedo la palabra de Dios; mientras que el alcohólico delira y emite improperios y necedades. [5]

Analicemos este mandamiento bíblico dado a todos los cristianos y a las iglesias como cuerpo de Cristo.

I. LA LLENURA DEL ESPÍRITU SANTO (Efesios 5:18-20)

Existen varios criterios acerca de lo que es estar llenos del Espíritu Santo. Pero nosotros vamos a considerar lo que tradicionalmente se interpreta de este versículo de Efesios 5:18.

Primero. Ser llenos del Espíritu no es lo mismo que ser sellados o asegurados por Él. Ese es un hecho ya realizado. En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa (Efesios 1:13).

Sellar es algo que Dios hace en el momento de nuestro nuevo nacimiento. El Espíritu Santo es el sello de Dios de que le pertenecemos y su depósito o arras nos garantiza de que El hará lo prometido. (Efesios 1:14).

Segundo. Ser llenos del Espíritu no es lo mismo que ser habitado por el Espíritu Santo. La biblia enseña que bajo el nuevo pacto hecho en la sangre de Cristo (Mateo 26:28; Marcos 14:24; Lucas 22:20) los creyentes han reemplazado la estructura física del templo (AT) como el lugar donde reside el Espíritu de Dios. Pablo le recuerda a los corintios que somos templo del Espíritu Santo.

El Espíritu de Dios habita en la vida de los creyentes “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?” (1 Corintios 6:19) (cf.; 1 Corintios 3:16-17; 2 Corintios 6:16).[6] Una persona que no tiene al Espíritu Santo no tiene a Cristo. (Romanos 8:9).

Tercero. Ser llenos del Espíritu no corresponde a un proceso en el que se recibe su presencia y poder por grados o en dosis progresivas. Cada cristiano posee al Espíritu Santo en toda su plenitud. La biblia no dice que Dios parcela al Espíritu, como si pudiera dividirse en varios segmentos o partes. Jesús dijo: “Dios no da el Espíritu por medida” (Juan 3:34).[7]

Cuarto. Sed llenos del Espíritu se trata de un mandato bíblico que se refiere al concepto de continuidad consciente de estar siendo llenos del Espíritu de Dios.

Es bueno precisar que esta exhortación no es una opción, fue dada a toda la iglesia en forma imperativa. No es un mandato solamente individual, sino para toda la iglesia. Todos, de forma individual y como iglesia, debemos ser llenos del Espíritu en forma progresiva y constante.

La forma verbal de la palabra griega que usa Pablo y que se traduce llenos del Espíritu en Efesios 5:18, indica que este llenarse es una acción que se repite en el tiempo una y otra vez. Es lo que Pablo le está pidiendo a los creyentes que hagan.[8]

De manera que la llenura del Espíritu es una experiencia que puede repetirse cada día (Hechos 2:4; 4:31) y está conectada con gozo, denuedo (valor), espiritualidad y carácter cristiano. Queda claro entonces que el ser llenos del Espíritu no termina con una sola experiencia, sino que el creyente y la iglesia se mantienen «siendo continuamente llenos» del Espíritu, como Pablo lo enseña aquí.[9]

Nosotros creemos que el creyente puede y debe experimentar la llenura del Espíritu Santo para hacer frente a dificultades, salir de momentos de depresiones, impartir valor para predicar el evangelio, elevar el nivel espiritual individual y de la congregación y fortalecer el carácter cristiano.

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