Estudios Biblicos
Estudios Biblicos Texto Biblico: “Te ruego, oh Jehová, te ruego que hagas memoria de que he andado delante de ti en verdad y con íntegro corazón, y que he hecho las cosas que te agradan. Y lloró Ezequías con gran lloro.” (2 Reyes 20:3)
Introducción
En estos días en los que el mundo entero siente aflicción por el incierto futuro que nos espera, donde miles de empleos se pierden y la salud de todos corre peligro, los hijos de Dios debemos brillar ante las almas sin esperanza.
Para los cristianos estos tiempos a la verdad son difíciles también, pero tenemos nuestra confianza puesta en Dios y esperamos en Él. Pero en el mundo, quienes no tienen su confianza en Dios están sufriendo y no tienen en quien consolarse.
Muchas veces ni los mismos cristianos saben cómo acercarse a Dios o simplemente no lo tienen a Él en primer lugar. Las dificultades no son nada nuevo, a lo largo de la historia hemos pasado por diferentes etapas y cada una ha llevado su aflicción. Pero de lo que debemos estar conscientes es que sea cual sea la dificultad, Dios tiene el control de todas las cosas y solo a Él podemos acudir para obtener ayuda.
Un ejemplo de cómo debemos acercarnos a Dios nos lo da la palabra en 2 Reyes, cuando el rey Ezequías recibe un mensaje de Dios en el que se le indicaba que iba a morir. Ezequías no tomó el mensaje como mentira ni lo negó pues sabía que era de parte del Señor. En su lugar clamó a Dios y el Señor le dio respuesta.
1) La conducta de Ezequías (2 Reyes 18:3)
La biblia nos indica cual era el comportamiento del rey. Los antepasados de Ezequías fueron reyes que, algunos hicieron lo bueno ante los ojos de Dios, pero otros hicieron lo malo. La primera lección que podemos aprender de este relato es que el pasado no define nuestro futuro.
Bien pudieron ser nuestros antepasados malvados, pero eso no significa que nosotros tengamos que seguir el mismo camino. Cada uno tiene un destino en Dios que cumplir y Él es poderoso para romper maldiciones generacionales.
Ezequías no se conformó con ser igual a sus antepasados sino que propuso en su corazón andar en los caminos de Dios. Bien lo dice la biblia en 2 Reyes 18:3a “Hizo lo recto ante los ojos de Jehová…”
Esto demuestra que cada quien tiene en sí el obedecer a Dios como el apartarse de Él. Dios nos ha dado esa libertad para elegir el camino que queramos. Pero Dios nos advierte las consecuencias de nuestra elección, para bien o para mal.
a. Verdad
Ezequías vino delante de Dios, inmediatamente después de haber recibido la noticia que moriría. Comenzó su ruego haciéndole mención al Señor de que considerara cómo él había andado en sus caminos. Inicia diciéndole a Dios que ha andado en verdad, pero ¿qué es la verdad? La respuesta la encontramos en la misma palabra de Dios.
i) La verdad es Dios (Juan 14:6)
Jesús lo confesó, Él es la verdad. En este mundo cada quien dice tener la verdad y hay demasiadas verdades manifestadas a los hombres. Pero solo una verdad es digna de ser considerada como tal, Jesucristo. Sabemos que Jesús es Dios, por lo tanto la verdad es Dios. Y es la única verdad absoluta que conocemos.
ii) La verdad es su palabra (Santiago 1:18)
Cuando Dios habla el universo entero se mueve para obedecer a su voz. Ejemplo de ello lo encontramos en el relato de la creación, cuando Dios de la nada creó todo por el poder de su palabra. Nosotros mismos somos hechos hijos de Dios por medio de su palabra de verdad.
Ezequías entonces fue obediente a la palabra de Dios, fue obediente al Señor, por lo tanto anduvo en su verdad. Contrario a andar en verdad es estar en mentira, pero Dios aborrece la mentira y la castiga.
b. Integridad de corazón
Ezequías anduvo delante de Dios con integridad de corazón. Esto significa que todo le pertenecía a Él. No dejó el rey en su corazón a nada ni nadie que ocupara el lugar de Dios. Un corazón entero es lo que Dios demanda de sus hijos, no un corazón a medias o compartido con alguien más. Jesús lo declaró cuando dijo que no podemos servir a dos señores. Dios demanda de sus hijos estén con un corazón dispuesto a obedecer.
i) Confiar en Dios con todo el corazón (Proverbios 3:5)
Dios nos advierte que debemos confiar en Él con todo nuestro corazón y no apoyarnos en nuestras fuerzas. Cuando pensamos que nuestras capacidades pueden significar algo en la solución de las dificultades estamos relegando a Dios a un segundo lugar en nuestra vida. Pero cuando ponemos a Dios primero Él es quien nos dará la fuerza, la capacidad y riqueza que necesitemos. Dios usará el medio que a Él le parezca para darle solución a nuestra petición.
