Principales parábolas de Jesús

No seamos pues de esos labradores malvados que rechazan a los mensajeros de nuestro Señor, sino que podemos recibir al Hijo con toda confianza, pues es por medio de quien tenemos recompensa de Dios. Debemos recibir a Hijo de Dios en nuestro corazón.

5. Parábolas de Jesús – Parábola de la higuera

(Lucas 21:25-33; Mateo 24:29-35; Marcos 13:24-31)

Jesús habló con sus discípulos acerca de los tiempos finales. Les habló de señales en el sol, la luna y las estrellas, pero también el la tierra angustias y las potencias de los cielos serán conmovidas. Esto acontecerá durante la segunda venida de nuestro Señor. Pero el nos invita a estar tranquilos, a levantar la cabeza pues nos juntará de los cuatro vientos, nuestra redención habrá llegado.

Pero luego de enseñarles estas señales les da la parábola de la higuera, la cual cuando su rama está tierna y brotan las hojas podemos saber que el verano está cerca. Esto nos invita a estar atentos y conocer los tiempos, el Señor nos enseñó las señales que habrían de suceder antes que Él regrese por su iglesia. Debemos pues estar atentos y reconocer los tiempos de Dios, tomando en cuenta que el tiempo de Dios es diferente al tiempo humano. Pero debemos velar y estar atentos, esperar su segunda venida.

Conclusión

Hay otras parábolas y comparaciones que encontramos en los tres evangelios como el vino nuevo y odres viejos (Lucas 5:36-39; Mateo 9:16-17; Marcos 2:21-22); del hombre fuerte con las manos atadas (Lucas 11:21-23; Mateo 12:29-32; Marcos 3:27-29) entre otras.

También en los tres evangelios encontramos como Jesús nos compara a una lámpara que alumbra un lugar, o cuando Jesús nos pide que seamos como niños para entrar en el reino de los cielos.

Debemos estar atentos a estas comparaciones que el Señor hace de su palabra, del reino de Dios y de la vida espiritual en general. Estos ejemplos de la vida diaria, de cosas que los que escuchaban conocían muy bien, encierran verdades poderosas en Dios. No por ser cosas conocidas debemos tenerlas en poco, pues estas verdades nos pueden llevar a la vida eterna o a la muerte eterna.

Dios pues quiere que conozcamos su palabra y que seamos buena tierra y llevemos fruto, que su palabra crezca en nuestro corazón y cuando Él venga le entreguemos ese fruto. También debemos ser como ese siervo vigilante que estemos atentos y esperemos la venida del Señor, que no seamos siervos infieles sino que aguardamos con esperanza esa redención que esperamos. 

El Señor también quiere que su reino sea en nosotros como esa semilla de mostaza sembrada en nuestro corazón, que ese reino crezca hasta convertirse en un árbol grande, y que hasta las aves vengan y hagan sus nidos ahí. Dios quiere que seamos de bendición para los demás. Que el reino de Dios crezca en nosotros. 

No quiere el Señor que seamos como ese siervo infiel, mucho menos como los religiosos que rechazan la palabra de Dios y buscan sólo su propio bien. Debemos buscar el reino de Dios, buscarle a Él y obedecer en todo lo que nos envíe a hacer. No seamos pues como los labradores malvados que rechazaban el mensaje de Jesús.

Estemos pues atentos, esperando la venida del Señor, comprendiendo las señales que Él nos advirtió que pasarían. Continuemos aprendiendo de la palabra de Dios, leamos la biblia, escuchemos los mensajes de su palabra y que esa palabra nos permite perseverar con fe en la obra de Dios.

© Mauricio Alvarez. Todos los derechos reservados.

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