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Principales discursos de Jesús.. Parte I

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Estudios Bíblicos Predica de Hoy: Principales discursos de Jesús.. Parte I

Estudio Bíblico Texto Bíblico:Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a Él sus discípulos. Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo… Mateo 5:1-2

Introducción

Las predicaciones de Jesucristo durante su ministerio en la tierra no las conocemos todas, en el libro de Juan encontramos un versículo donde se nos indica que muchas cosas más hizo el Señor, pero no están escritas o no cabrían en los libros. Pero los pasajes bíblicos que conocemos son suficientes para mostrarnos el poder y amor de Dios sobre la humanidad entera. 

Principalmente en el libro de Mateo encontramos cinco grandes discursos del Señor. No son los únicos, pero son los que tienen mayor relevancia en la escritura y son los más conocidos por todos.

Estas palabras que han llegado a nosotros gracias a la palabra inspirada por Dios es la que nos alimenta el espíritu y nos permite conocer de mejor manera el corazón del Señor y su voluntad para nosotros. 

Dice su palabra que “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” (2 Timoteo 3:16-17).

Es importante para nuestra vida el conocer la palabra de Dios, el alimentarnos de ella para que crezcamos espiritualmente hasta llegar a la estatura de ese hombre de Dios perfecto y preparado para hacer su obra.

1) El sermón del monte (Mateo 5-7)

Este es el discurso más largo y el más famoso de Jesús. En el primero de los evangelios se presenta este discurso que abarca muchos temas de la nueva vida que Dios desea en el ser humano y mucho se puede decir sobre el.

Aquí la motivación de Jesús para dar estas enseñanzas fue la multitud que se había reunido para escucharlo. Él había comenzado a predicar (Marcos 1:14-15) y a sanar a los enfermos (Mateo 4:23), su fama se había extendido, por eso la gente comenzó a seguirle pues predicaba con autoridad. 

Ahora Jesús se encuentra ante una multitud y decide dar un mensaje para todos para que comprendan que Dios busca los corazones, que Dios quiere una nueva vida, que hay un camino diferente para hacer las cosas, el camino de Dios.

a) Las bienaventuranzas (Mateo 5:1-12)

Las bienaventuranzas son una serie de nueve declaraciones de Jesús que nos enseñan que Dios nos bendice cuando le obedecemos. De estas nueve bienaventuranzas en el libro de Mateo se repiten cuatro en el libro de Lucas (Lucas 6:20-22) pero en el libro de Lucas encontramos que después de estas bienaventuranzas o bendiciones de Dios hay una serie de cuatro advertencias, o ayes, que Jesús nos da si no consideramos a Dios en nuestra vida.

Jesús conoce a cada persona, seguramente en esa ocasión la mayoría de personas que escuchaban el mensaje eran enfermos, pobres y necesitados. Al escuchar estas palabras debieron haberse llenado de gozo al saber que lo que habían aprendido de los religiosos, lo difícil que hacían acercarse a Dios no era como habían aprendido, sino que había un mejor camino, que era posible para ellos acercarse a Dios y recibir de Él las bendiciones.

b) Metáforas de la sal y la luz (Mateo 5:13-16)

En los siguientes cuatro versículos luego de las bienaventuranzas encontramos dos comparaciones que el Señor hace de sus seguidores. El Señor nos compara con la sal, pues esta es usada para sazonar las comidas, y sin ella no tendrían el sabor que se busca.

Pero las palabras de Jesús fueron que la sal es útil, pero si pierde su sabor no sirve para nada. Es por eso que debemos ser útiles en su obra, para sazonar este mundo, no debemos perder ese talento que nos ha sido dado por el Señor.

También nos compara el Señor con la luz, que debe alumbrar a los demás. Jesús quiere que seamos sus testigos fieles, pero el propósito de alumbrar a los demás se deja ver en el versículo dieciséis “para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”. El fin entonces de ser sal y ser luz es buscar la gloria de Dios.

c) Jesús y la ley (Mateo 5:17-48)

Algunos conocen este pasaje como la antítesis de la ley, pero Jesús indicó que no vino para abrogar la ley, sino para cumplirla (Mateo 5:17) pero deja ver que existe una justicia mayor que la religión como la conocían en aquel tiempo (versículo 20). Jesús lo que hace es expandir esta ley, completando lo que fue dicho por los antepasados. 

Estos temas en los que Jesús profundiza se encuentran en los siguientes versículos:

i) Jesús y la ira (Mateo 5:21-26)

Jesús va más allá que el cumplimiento literal de normas impuestas. Por ejemplo en el mandamiento de no matarás, Jesús indica que tan solo con enojarse contra el hermano es culpable de juicio. Jesús busca entonces que seamos perfectos en toda nuestra manera de vivir, que obedezcamos con el corazón y no siguiendo una serie de rituales por obligación.

ii) Jesús y el adulterio (Mateo 5:27-30)

De la misma manera que con la ira, Jesús expande el mandamiento y condena no solo el acto mismo del adulterio, sino que los pensamientos de pecado en cada uno. Nuevamente busca el Señor que seamos perfectos ante Dios.

iii) Jesús y el divorcio (Mateo 5:31-32)

Jesús fue más allá de lo que las personas conocían en ese entonces con relación al divorcio. Jesús les indico que no podían dar carta de divorcio a su pareja, pues si se vuelven a casar estarán cometiendo adulterio. Esto debido a que Dios es perfecto y Él creó varón y hembra, así desde un inicio, el plan perfecto de Dios.

iv) Jesús y el juramento (Mateo 5:33-37)

En estos versículos el Señor nos invita a no hacer juramentos. Existe un refrán que indica que un hombre honesto no necesita de juramentos. El Señor nos invitó también a que nuestro sí sea sí y nuestro no sea no. Es decir a hablar siempre con la verdad. En el libro de Santiago leemos también que no debemos jurar, para no caer en condenación (Santiago 5:12)

v) El amor hacia los enemigos (Mateo 5:38-48)

En esta parte el Señor contrapone el ojo por ojo por el amar a los enemigos. Dios quiere que vayamos más allá, que no seamos como el mundo, pues si hacemos lo que debemos no tenemos recompensa, pero si hacemos lo que no es común, sino que sobrepasa lo normal, tendremos recompensa de Dios. Al final del capítulo cinco de mateo leemos que Jesús nos invita a ser perfectos como nuestro Padre lo es. Seamos pues hijos de Dios. 

d) Jesús y la limosna, la oración y el ayuno (Mateo 6:1-18)

Esta parte podría denominarse la justicia delante de Dios, como lo indica el versículo uno del capítulo seis. Ya que estas cosas no debemos hacerlas para ser vistos por los hombres, sino hacerlas de corazón como para el Señor.

De esta manera obtenemos de Dios la recompensa, pues es a quien realmente servimos. El Señor nos enseña a ofrendar, a orar o ayunar de una manera que pueda ser de agrado a Dios y no a los hombres. Los religiosos de la época por el contrario hacían estas cosas para ser vistos por la gente.

En estos versículos cobran relevancia la manera que Jesús nos enseñó a orar. No quiere el Señor que usemos vanas palabrerías sino que sea nuestra oración directamente a Dios. Este es pues un ejemplo de cómo debemos acercarnos al Señor Dios Todopoderoso.

e) Buenos hijos (Mateo 6:19-34)

A partir del versículo diecinueve el Señor motiva a la multitud para que no se conformen a lo que han aprendido de los escribas y fariseos, sino que empiecen una nueva vida en Dios no siendo como ellos. El Señor quiere que transformemos nuestra vida y no nos conformemos  a este siglo. 

Continúa el Señor motivándonos para hacer tesoros en el cielo y no en la tierra. también a servir solo a Dios y no tener dos señores, Dios y las riquezas. Por último el Señor nos invita a tener paz en Dios y dejar los afanes del mundo. El objetivo de estas palabras es que busquemos primero el reino de Dios y todo lo demás vendrá por añadidura pues Dios cuidad de sus hijos.

f) El trato con los demás (Mateo 7:1-12)

En estos versículos el Señor nos enseña a relacionarnos con los demás. Principia este capítulo siete enseñando que no debemos juzgar a los demás, sino empezar por juzgarnos a nosotros mismos. Dios es el único que puede emitir un justo juicio, por lo tanto dejemos al Señor actuar y procuremos nosotros estar a cuentas con el Señor antes te juzgar a los demás. 

En el versículo doce nos da la regla de oro, que debemos tratar a los demás como queremos ser tratados. Sabemos que Dios quiere que busquemos la paz con todas las personas, aquí de la boca del Señor Jesús quien nos da la indicación para que apliquemos esta regla de oro.

g) Escoger la puerta, llevar fruto y no ser hipócritas (Mateo 7:13-23)

Jesús había dejado claro en este mensaje que es necesario esforzarse, hacer las cosas para Dios y no para los hombres. Nos invita a escoger la puerta de Dios, no la que fácil que el mundo sigue.

También nos indica que debemos llevar frutos y guardarnos de aquellos que sirven a Dios pero son siervos del enemigo, a los cuales conoceremos por los frutos. Ya que no todos los que se dicen seguidores de Dios lo son. Por lo tanto debemos estar atentos y no seguir falsas doctrinas. 

h) Epílogo (Mateo 7:24-27)

Para terminar el discurso el Señor usó una comparación de dos hombres que construyen una casa cada uno, el primero prudente que la construye sobre la roca. Vienen tempestades pero no pueden derribar la casa al estar bien fundamentada.

El otro hombre vino y edificó la casa sobre arena, este es el hombre insensato. El Señor quiere pues que seamos prudentes y que no sólo escuchemos su mensaje, sino que seamos hacedores de lo que Él nos manda.

Conclusión

Este es el discurso más largo de Jesús y aprendemos en el que debemos obedecer a Dios, no de forma religiosa, sino de corazón. Debemos pues ser ese hombre prudente y poner por obra la palabra del Señor. Seamos obedientes y aprendamos acerca de cómo debemos comportarnos con los hombres y cómo debemos comportarnos delante de Dios. A Él le agradamos y estará dispuesto a darnos de sus bendiciones.

© Mauricio Alvarez. Todos los derechos reservados.

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