Los Cuadros de Jesús – Parte IX

“Os conviene que yo me vaya” vers. 7.

No era nuevo el anuncio de Jesús sobre su regreso al Padre. Este asunto los discípulos no lo entendían. Más bien una honda tristeza les había invadido el anuncio de su muerte. Ellos no veían cual era la conveniencia de su partida.

Más bien estaban sacando la cuenta de lo que iban a perder sin la presencia de su Maestro, sobre todo cuando él mismo les había dicho la forma cómo los iban a tratar después de su partida vers. 2. No es fácil dejar que alguien salga de la vida, sobre todo si tal persona se ha constituido en el asunto central para la subsistencia.

Pero ¿por qué era conveniente que él se fuera?

“…porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros…” vers. 7.

Jesús le ha hablado de la conveniencia de su retorno al Padre a los discípulos. Lo que traería el otro Consolador manifestado en dones, ministerios y operaciones, sería tan grande que al final ellos entenderían por qué era necesario que Cristo se fuera y que luego volviera en la tercera persona de la Trinidad.

Así es que ellos tendrán que verse privado de la presencia corporal de Cristo para tenerle de una forma permanente en sus corazones. Mientras Cristo estuvo con ellos, no estaba en sus corazones porque lo tenían a su lado. Ahora, él seguía a su lado como Consolador, pero sobre todas las cosas, él vendrá para hacer morada en medio de ellos.

¿Cuál sería su trabajo una vez que llegara?

“Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio” vers. 8.

El Espíritu Santo es quien nos redarguye, dejándonos convicto de nuestras acciones. Él utiliza la palabra misma para traernos a una profunda contrición y arrepentimiento. Esto nos dice que él único que tiene la tarea de persuadir a la gente hacia ese arrepentimiento es el Espíritu Santo.

En la evangelización tenemos que dejar al Espíritu Santo hacer su trabajo. Note que el Señor destacó en primer lugar la labor evangelizadora del Espíritu. Su campo de acción sería el mundo. Allí, donde la iglesia también debe hacer primero su trabajo.

Tres áreas de convencimiento que tendría el Espíritu Santo

1. Convencer de pecado. La idea no es solo decirle que es pecador. El trabajo del Espíritu sería el de hacerle ver al pecador la naturaleza del pecado, su culpabilidad, su locura, su mancha, y sobre todo, sus consecuencias que es la muerte espiritual.

Deja un comentario