Los Cuadros de Jesús – Parte IX

Y todo esto, su mayor énfasis sería que la persona acuda a Cristo para poder tener perdón de su pecado. Note que él mismo dijo: “… por cuanto no creen en mí”. Esta es la tarea más difícil en la evangelización

2. Convencer de justicia. En todos los hombres que al final le recibieran, les convencería de la justicia de Cristo. Él fue justificado en gloria. Aunque muchos le rechazarían al final otros comprendería que la justicia de Cristo tuvo que ver con su resurrección.

Si el mundo lo rechazaba, el cielo le daría la más grande bienvenida. No hay dudas ahora hacia donde vamos. El mundo, el pecado y el diablo ahora saben que Cristo es un triunfador.

3. Convencer de juicio. Cuando los judíos sentenciaron a Cristo a morir en la cruz, estaban sentenciando el juicio a Satanás (Apocalipsis 12:9; 20:8, 10). El mentiroso y acusador ha sido sentenciado. Con la muerte de Cristo se acabó su reinado. Ahora es un “príncipe” con sus días terminados.

“Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad…” vers. 13.

Note que Cristo llama al Consolador que viene “Espíritu de verdad”. Como “Espíritu de verdad” guiará a la verdad. Mientras al mundo le convence, al creyente le guía en el conocimiento de la verdad. Ningún maestro podrá igualar al Espíritu Santo en su ministerio de enseñanza de la palabra. No puede nadie conocer la verdad a menos que conozca al Espíritu de verdad.

“El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber” vers. 14

La función por excelencia del Espíritu Santo es glorificar al Hijo. Note la forma cómo Jesús habla del Espíritu Santo y su estrecha relación con el Padre y con él. Este es un texto muy explícito sobre la Trinidad.

Mire la manera cómo Cristo habla del Padre y del Espíritu en la más sublime confianza y en la más completa revelación. El Espíritu Santo morando en su iglesia y en sus creyentes tiene la tarea de hacer que Jesucristo sea glorificado en y a través de sus vidas.

El Espíritu Santo vino a confirmar y afirmar lo que Jesucristo comenzó. No vino a establecer algo contrario a lo que el mismo Cristo inició. En esto podemos ver la armonía divina. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, unidos en la misma misión de salvación de la humanidad.

LOS CUADROS DE JESÚS –   CAPÍTULO 17

ESTUDIOS BIBLICOS TEXTO BIBLICO: JUAN 17:1-26

Jesucristo, el gran intercesor

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