Los Cuadros de Jesús – Parte XI

La reacción de María. De acuerdo con el vers. 11

María vino al sepulcro, además de traer especies aromáticas para el cuerpo de Jesús, a llorar. Había sentimientos muy profundos por la obra que Jesús hizo en su vida. En la mente de María, como el de los demás discípulos, no cabía la posibilidad de una resurrección, aunque Jesús cuando habló de su muerte también habló de su resurrección.

Cuando ella vio la piedra removida, se llenó de una gran sorpresa. Lo había visto en la cruz, pero ahora no lo ve en la tumba. ¡Qué consuelo saber que no buscamos a un Cristo muerto, sino al que se levantó de los muertos!

Aunque ella no se percató del hecho al principio, ella hizo un gran descubrimiento; a lo mejor comenzó a pensar en la seriedad de la resurrección.

Una reacción humana. No debemos juzgar a María por su reacción. Hay momentos en nuestras vidas, sobre todo en esos días oscuros, donde nos olvidamos de las cosas obvias, como el hecho de ver el sepulcro abierto y vacío. A veces nos olvidamos que la tumba abierta podría ser la más grande consolación para esos momentos como los que vivió la fiel María Magdalena.

Y salieron Pedro y el otro discípulo, y fueron al sepulcro…”. Es interesante que solo fueron estos dos discípulos. La forma cómo corrieron nos revela el impacto de la noticia de María. ¿Estarían ellos pensando también que el cuerpo de Jesús se lo habían robado?

Pareciera que quienes están más favorecidos con la influencia de Jesús, son los que más pronto responde a su llamado. ¿Qué nos sugiere que corrieran uno más rápido que otro? Lo interesante es ver que en la vida cristiana, hay momentos, debido a la noticia misma, que tenemos que pasar del caminar al correr.

Y bajándose a mirar, vio los lienzos puestos allí, pero no entró”. Note que Juan no fue más de lo que la misma María había visto. La primera impresión de Juan es que vio la tumba vacía, pero por seguro vio algo que a lo mejor Maria no vio, “los lienzos puestos allí”.

Al principio Juan llegó hasta la primera parte, sin entrar. Hay que reconocer que el solo hecho de haber descendido es algo de mucha aplicación para la vida cristiana.

Quienes desean aprender más acerca del Señor deben estar preparados para descender. La falta de un descenso en esa búsqueda es lo que no has ha hecho descubrir la magnitud del mensaje de la resurrección.

Lo que vio Pedro verss. 6-7

Interesante que Pedro, aunque venía más lento, a lo mejor porque ya estaba más viejo que Juan, pasó de la largo. Así era Pedro. Su ímpetu lo llevaba hasta lo último; por eso se metió en muchos problemas. Y mire lo que vio. Toda la indumentaria del muerto, bien arreglada.

¿Qué nos muestra esto? Que Jesús todo lo hace bien. Al tercer día dejó la cama, pero la dejó arreglada. En esta carrera uno puede apreciar cómo en la vida cristiana son usados los distintos dones.

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