El oír en nuestras vidas es parecido al de la parábola del Sembrador (Mateo 13:18-23). En la explicación que Cristo hace de la parábola, habla de cuatro maneras de oír en las personas y todo referente a la salvación.
El primero oye la palabra, pero no la entiende y el malo le arrebata lo entendido (vers. 19). El segundo, la oye con gozo, pero no tiene raíz (vers. 20). El tercero, oye la palabra, pero los afanes de la vida lo ahogan, y el cuarto, oye la palabra, la entiende y da frutos (vers. 23). Permanecer en lo oído es una prueba irrefutable de mi salvación.
2. Permanecer para recibir a Cristo sin avergonzarnos (vers. 28)
Permanecer es el reto continuo del creyente. Las cartas dirigidas a las siete iglesias en el Apocalipsis plantean esta constante: El que venciera, y esto se repite en las siete iglesias. Y el sinónimo de vencer es “permanecer”. Cristo lo dijo en Mateo 24:13. Juan da por sentado los momentos difíciles por los cuales pasamos en la vida cristiana; nadie está exento de ellos, pero el imperativo es “permaneced”.
He aquí una de las razones más poderosas para probar si somos realmente hijos de Dios. ¿Cuál es? Que cuando Cristo venga todos tengamos confianza, y permanezcamos, sin alejarnos avergonzados cuando él venga (vers. 28).
Si nuestra fe está puesta en Jesucristo no debiera haber dudas en cuanto al tema de la seguridad de mi salvación. De acuerdo con Juan, la razón por la falta de permanencia en la vida cristiana es porque no hubo un real encuentro con Jesucristo.
Porque la experiencia con él ha sido más emocional que una entrega absoluta. La prueba, pues, para sus seguidores radica en estas palabras: “El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo” (vers. 6).
CONCLUSIÓN:
Juan nos habla de cuatro cosas que debemos saber como pruebas de la salvación. La obra de Cristo como mi mediador. Si guardo su palabra para ser perfeccionados en el amor. Si amo más el mundo estaré en una competencia con el amor de Dios. Y si estoy permaneciendo firme en el Señor.
¿Y cómo se de esto es así? Juan dice de esta manera:
“Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre. Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que es desde el principio. Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al maligno. Os escribo a vosotros, hijitos, porque habéis conocido al Padre. Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno” (vers. 12-14). Esta es una certeza mi salvación.. Usted debe saber esto.
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