¿Cómo nos llegó la Biblia?

Se puede decir que los manuscritos originales de todos los libros sagrados han desaparecido y es que desde el comienzo, estos por el uso se envejecieron y amenazaban con desaparecer.

Surgió entonces la profesión singular del copista. Este era el encargado de copiar celosamente el manuscrito divino. Estas eran reglas muy estrictas cuando su labor consistía en hacer nuevas copias, vea usted:

1. Bañarse cuando iniciaban los trabajos y se tenían que poner una ropa especial.

2. Usar rollos preparados por hebreos de animales ceremonialmente limpios.

3. Usaban solo tinta negra preparada de acuerdo a una receta secreta.

4. Guardar completo silencio durante las horas de trabajo.

5. No deberían escribir una palabra o letra de memoria.

6. Entre cada letra, tenía que haber el espacio de un cabello.

7. Cada columna debería de tener de ancho 30 letras y de longitud de no menos de 48 renglones, ni más de 60.

8. No escribir el nombre de Dios con una pluma acabada de untarle tinta.

9. Aunque el rey le hablara mientras escribía el nombre de Dios, no le prestaban atención.

10. Usaban una copia auténtica sin desviarse en lo mínimo.

11. Debían de contar las letras del texto y si a la copia le sobraba o le faltaba, era quemado ese pergamino.

Este trabajo era hereditario. No cualquiera podía copiar un texto sagrado. Por eso se dice que las copias son fieles a las primeras. Una de varias pruebas es el descubrimiento de los rollos del mar muerto en 1947.

2 comentarios en «¿Cómo nos llegó la Biblia?»

Deja un comentario