Llamados con GPS divino | Estudios Bíblicos
Estudios Bíblicos Lectura Bíblica Principal: “Yo soy el camino, la verdad y la vida…” Juan 14:6
Guía, Propósito y Seguridad: Jesús es el camino. Éxodo 3–4
El llamado personal de Dios a los jóvenes, basado en Su presencia, no en nuestras habilidades, con énfasis en que Jesús es nuestro camino seguro. Así como Dios llamó a Moisés en medio de su inseguridad, hoy sigue llamando a cada joven, no por su perfección, sino por Su propósito y acompañamiento. Jesús mismo es el camino, la verdad y la vida. Nuestra respuesta debe ser disponibilidad, no excusas.
Objetivo
Que los jóvenes reconozcan que Dios los llama personalmente a seguir su camino, incluso cuando se sienten incapaces o inseguros. Al igual que Moisés, el llamado inicia con la confianza en la presencia fiel de Dios más que en nuestras propias habilidades.
Introducción:
Dinámica de entrada:
Pregunta:
“¿Alguna vez les han encargado algo tan grande que pensaron: ‘yo no puedo con esto’?”
Comparte una anécdota tuya sencilla y real donde hayas sentido algo similar (ej: hablar en público por primera vez, mudarte a un lugar nuevo, asumir una responsabilidad inesperada).
Dividir al grupo en parejas (o tríos si es muy grande)
Cada pareja debe representar una excusa creativa para evitar una tarea (ejemplo, no puedo hablar bien, no tengo tiempo…)
Conecta con Moisés:
Moisés fue un hombre que vivió hace uno 3,500 años, no era un líder militar ni un hombre influyente. Era un pastor que huía de su pasado. Y fue justo ahí, en el desierto a la edad de aproximadamente 80 años, donde Dios lo sorprendió con una zarza que ardía sin consumirse y lo llamó por su nombre.
Estudio bíblico
Lee Éxodo 3:1–12 juntos
- ¿Qué detalles destacan del encuentro? ¿Qué ves sobre el carácter de Dios?
- En el verso 4, Dios llama a Moisés por su nombre… ¿Qué significa eso para ti?
- ¿Por qué crees que Moisés respondió “¿Quién soy yo?” (v.11)? ¿Te has sentido así?
Lee Éxodo 4:1–17
- Haz una lista con las excusas de Moisés:
- “¿Y si no me creen?”
- “No sé hablar bien”
- “Elige a otro”
- Luego agreguen juntos las respuestas de Dios:
- “¿Quién dio la boca al hombre?”
- “Yo estaré contigo”
- “Tu hermano te ayudará”
Mensaje central:
Dios no espera perfección, sino disposición. Porque Él capacita a quienes llama.
El relato del llamado de Moisés nos introduce en el mundo de la tensión que experimentamos los seres humanos cuando somos llamados por Dios: ¿qué ocurre cuando la voz de Dios interrumpe nuestra cotidianidad con una misión que nos parece más grande que nosotros?
Moisés, un exiliado, pastoreando ovejas en el desierto, escucha su nombre desde una zarza ardiente. Lo que está sucediendo es insólito y desconcertante. Pero además Dios le dice a Moisés que debe regresar al país, del cual había huido cuarenta años atrás, porque lo querían matar, esto se pone cada vez más difícil. Por eso la respuesta de Moisés no es entusiasmo, sino resistencia. “¿Quién soy yo para ir…?” La historia recoge excusa tras excusa, desde la duda sobre su propia identidad hasta el temor a no saber hablar.
Este retrato de Moisés es la representación de muchos jóvenes hoy, quienes también enfrentan inseguridades sobre su valía, capacidades y futuro. Moisés representa a todo aquel que se siente inadecuado frente a un reto que va más allá de sus fuerzas.
Sin embargo, el énfasis del texto no está en Moisés, sino en Dios. A cada objeción humana, Dios responde con su nombre, su presencia y su acción: “Yo estaré contigo” (Éxodo 3:12), “Yo soy el que soy” (Éxodo 3:14), “Yo he puesto palabras en tu boca” (Éxodo 4:12).
El llamado de Dios nunca es una condena que nos obliga a hacer todo por nuestra cuenta, sino una invitación a caminar sostenidos por su presencia. Lo que Dios demanda, lo acompaña con provisión. Moisés será el libertador, sí, pero sólo porque Dios será el Dios que actúa en medio del proceso.
Conexión con Jesús (Juan 14:6)
Así como Moisés tuvo miedo, también nosotros dudamos. Pero Jesús nos invita a confiar: “No estás solo, Yo soy el camino. Ven conmigo.”
Este llamado no se basa en cuánto sabes, ni qué tan fuerte eres… sino en quién está contigo. Jesús no nos ha dado un mapa, tampoco una app para guiarnos en el proceso, sino que se ha entregado a sí mismo, garantizándonos que en cada paso que nosotros damos en la vida, Él estará presente, porque Él es el camino. Y este camino es seguro incluso para quienes se sienten perdidos, incapaces o confundidos.
Jesús no es solo el guía del camino; Él mismo es el camino.
Preguntas para conversar
- ¿Qué excusas damos hoy cuando sentimos miedo?
- ¿Por qué crees que Dios llama a personas como tú y yo, con miedos e inseguridades?
- ¿Qué significaría para ti decirle hoy a Dios: “Aquí estoy”?
- ¿Cómo cambiaría tu vida si vivieras con la convicción de que Dios camina contigo?
Actividad creativa
Tarjeta “Aquí estoy”
- En una cara: escribe “Aquí estoy, Señor”
- En la otra: escribe un área de tu vida donde necesitas valor para obedecer a Dios (ej: hablarle a un amigo sobre Jesús, perdonar, tomar una decisión difícil, etc.)
© David Lopez. Todos los derechos reservados.