El Espíritu Santo

Roy Cascante Calvo

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La necesidad del Espiritu Santo

El Espíritu Santo

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El Espíritu Santo, sin embargo, intercede de nuestra parte indirectamente, enseñándonos como orar. Se compara su obra con el trabajo de un abogado que instruye a su cliente acerca de lo que debería decir en la corte.

En esto es interesante notar que la palabra “parakletos” tiene una connotación legal y es traducido “abogado” en 1 Juan 2:1. Es bueno saber que cuando nos arrodillamos en la oración tenemos a alguien que nos guía y que conoce la voluntad de Dios y puede dirigirnos en nuestros deseos y peticiones (Romanos 8:27; Zacarías 12:10; Efesios 6:18).

C. El Espíritu sella a los cristianos.

En Efesios 4:30, encontramos que los creyentes son sellados con el Espíritu hasta el día de la redención. El hecho de que el Espíritu mora en nosotros y estará para siempre en los creyentes fue usado por Cristo como base fuerte de consolación (Juan 14:16-17).

Estas Escrituras parecen contrastar la presencia permanente del Espíritu de Dios con la naturaleza temporal de la presencia física de Cristo.

D. El Espíritu nos asegura a los cristianos que Dios nos ama.

El Espíritu Santo consuela a su pueblo elegido al hacerles entender en sus corazones el amor que Dios tiene hacia ellos (Romanos 5:5). El Espíritu nos revela todo lo que Dios nos ha preparado (1 Corintios 2:9-10) como resultado de su amor.

E. El Espíritu produce fe en los cristianos.

El Espíritu Santo es el proveedor de toda fe y esperanza en el creyente. El produce las gracias que actúan como un ancla para nuestras almas (Romanos 15:13; Gálatas 5:22; Hebreos 6:17-19).

F. El Espíritu produce gozo en los cristianos Romanos 14:17; Gálatas 5:22.

G. El Espíritu santifica a los cristianos.

El Espíritu Santo consuela al creyente por medio del fortalecimiento de sus gracias y le da victoria sobre el pecado. El Espíritu no permitirá que la obra iniciada en la regeneración sea superada o destruida por Satanás (Filipenses 1:6; Romanos 6:14).

H. El Espíritu da poder al evangelio.

El Espíritu Santo consuela al creyente al darle éxito en su obra de la Gran Comisión. No hemos sido dejados solos para hacer una tarea imposible, sino que somos dotados con poder celestial (Hechos 1:8. 1 Pedro 1:12; 1 Tesalonicenses 1:5).

I. El Espíritu equipa a la iglesia.

El Espíritu Santo es un consuelo y una ayuda al pueblo de Dios al poner en las iglesias los dones que son necesarios para la edificación (1 Corintios 12:1-31; Efesios 4:11-12). La próxima vez que seamos bendecidos por el ministerio de otro creyente, debemos recordar quién le habilitó a aquella persona para que fuera una bendición.

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Roy Cascante Calvo
Autor

Roy Cascante Calvo

1 comentario en «El Espíritu Santo»

  1. Bendiciones, por el extenso blogs en relación a la promesa que dejo el Señor Jesucristo,sin duda alguna es la fuerza sobrenatural poderosa que tenemos para enfrentar las embestidas del enemigo y la fuerza de poder para poder realizar la obra evangelizadora.

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