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Fijando la mirada en Él

Mensajes Cristianos – Bosquejos Biblicos

Texto: Colosenses 3:1-17

Texto Clave: Hebreos 12:2

Introducción:

En el capítulo 3 de Colosense el Apóstol Pablo explica la verdadera conducta cristiana:

a) Revestirse con la nueva Naturaleza, aceptando a Cristo.
b) Dejando morir la antigua Naturaleza.

Pablo dice que cambiamos nuestra conducta moral y ética al dejar que Cristo viva en nosotros. Moral (nuestras costumbres y normas) ética (los valores, y el comportamiento humano). Nos habla de buscar las cosas de arriba poner la mirada arriba.

El escritor de hebreos hace una referencia también en poner la mirada fija en Jesús. Esto significa que nuestro deseo por este mundo debería ser como el de una persona muerta. ¿Por qué? Porque el verdadero hogar de los cristianos es donde vive Cristo.

Puesto los ojos en Jesús significa mirar la vida desde la perspectiva de Dios.

Hacer lo que al él le agrada. Desde que apartamos la vista de el titubeamos no podemos hacer nada sin él.
Porque tenemos que poner la mirada en él. El hombre natural es débil por naturaleza, somos dados a inclinarnos al pecado, cualquiera cosa nos debilita. Estamos expuestos a muchas cosas durante el día. El pecado no mira: costumbre, edad, circunstancias. Por eso tenemos que estar pendiente a quien estamos siguiendo.

¿A quién estamos oyendo? El pecado sea cual sea le impedirá al creyente correr la carrera cristiana. Porque le quita la motivación y da entrada al desánimo.

Ahora, Jesús es el autor (porque autor. porque realizó la obra de salvación en nosotros sin su muerte no habríamos de ser perdonados y nos dio la vida). Jesús es consumador: (completa la fe en el creyente, nos justificó). Quien sufrió en la cruz y fue menospreciado, sufrió vergüenza pública.

Pero ahora está sentado a la diestra del Padre. El Espíritu santo es quien nos guía siempre a poner la mirada en Jesús y quitar la vista de las cosas de este mundo, pero Satanás siempre anda dice la Biblia como león rugiente, tratando de apartar la visión celestial del cristiano a una visión mundanal. Es quien nos susurra al oído.

El espíritu Santo es quien nos hace quitar los ojos de este mundo y fijarla en Jesús.

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