Mensajes Cristianos – Devocionales Cristianos
Con cada día que pasa, las condiciones en el mundo empeoran. El mundo de hoy se halla cercado cada vez más de graves y grandes problemas, que causan que la vida de muchos se vuelva más difícil.
Problemas de todo tipo, como son las enfermedades incurables, la violencia y oído de los seres humanos, la corrupción de principios morales básicos, y la drogadicción que esta robándose a nuestra juventud, y causando la muerte de tantos.
Problemas serios y graves que podemos encontrar en todas partes del mundo, que no discriminan la raza, nivel de educación, o posición social.
A través del tiempo el hombre ha buscado las soluciones a estas cosas, a través de programas educativos, actividades comunitarias, reuniones, pero por mucho que lo ha intentado no lo han podido lograr. ¿Por qué no lo han podido lograr?
No lo han podido lograr porque la solución a todas estas cosas no puede ser hallada en las manos del hombre, sino solo en las manos de Dios. Lo que estamos viendo suceder hoy en día no es más que el resultado de lo que el hombre ha cosechado. Es como nos dice la palabra en Gálatas 6:7:
“…No os dejéis engañar, de Dios nadie se burla; pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará…” (Biblia de las Américas)
A través del tiempo el hombre ha sembrado odio, división, y corrupción, y esto es exactamente lo que estamos cosechando. A través del tiempo el hombre se ha separado de Dios, y ha escogido olvidarse de Él, y es por esto que el mundo de hoy se encuentra en las condiciones que esta.
La respuesta a toda situación, y solución a todo problema le fue dada al mundo hace dos siglos;
“…Venid a mi todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar…” Mateo 11:28.
La palabra de Dios no cambia, esto significa que continúa y continuara vigente en el futuro, y le presenta las soluciones a los problemas que aquejan al mundo hoy. Jesucristo es la respuesta tanto para la pobreza material como la espiritual (Filipenses 4:19; Mateo 6:33); problemas en el hogar (Hechos 16:31; Lucas 19:9); enfermedades y sufrimientos (Mateo 9:35; Lucas 1:37); vicios y principios corruptos (Efesios 4:22-24; 1 Corintios 6:9-11).
Jesucristo es la única repuesta, solo Él es capaz de solucionar todo problema, calmar nuestras penas, y fortalecer nuestro espíritu, y lo único que tienes que hacer es volverte a Él. Acude a Él ahora mismo con un corazón arrepentido, y humillado; acude buscando su gracia y misericordia, y Él la derramara sobre ti (Lucas 11:10).
Entrégate a Él y siempre encontrarás la respuesta que has buscado.
