Mensajes Cristianos… Devocionales Cristianos
“…Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas…” Mateo 11:29
Miguel, quién era pastor de una iglesia y estaba en ese momento tomando su almuerzo, vino un joven y se sentó en su misma mesa sin pedir permiso, hizo mucho escándalo con la silla al arrastrarla, y Miguel solo observaba.
Finalmente el joven se sentó y comenzó a comer sin dar gracias a Dios, de la misma forma que se sentó de esa misma forma comenzó sus alimentos. Miguel con su tono de voz de paz y educación le dijo: tenga buen provecho joven. El joven no dijo nada ni se inmutó. Miguel, sintiendo que debía darle las buenas nuevas de salvación le dijo mientras el joven comía mirando su plato: ¿Sabe joven que Jesús le ama?
Miguel al no ser respondido se empezó a molestar con aquel joven que estaba invadiendo su mesa, y le dijo: ¿No le han enseñado buenos modales en su casa? En ese mismo momento una de las meseras del lugar se acercó a Miguel, y le tocó su hombro y le dijo: Perdone señor, pero él es sordomudo.
Miguel con su cara de vergüenza le dijo: si ya lo sabía. Y ella le dijo: recuerde no debemos mentir. Miguel sintiéndose aludido le dijo: usted no debe meterse señorita, le agradezco su consejo, gracias puede retirarse. La joven se fue de ese lugar a seguir atendiendo sus clientes.
Miguel se levantó molesto de su silla, y se fue, y solo le dio una palmada en el hombro al joven que consideraba muy rústico. El joven se levantó de inmediato y se le inclinó, y con su puño derecho se tocó el pecho en el lado izquierdo donde está el corazón y sonrío alegremente.
Miguel iba con un signo de admiración e interrogación en su cabeza. Miguel no dejó ninguna propina ese día por sentirse incómodo con la mesera. Pasaron los meses, y la iglesia que él dirigía decidió salir y poder evangelizar en determinado lugar un domingo en la mañana hasta el mediodía.
Miguel fue acompañado de varios jóvenes en su grupo y les dijo: quiero que vean cómo se evangeliza en esta vez para que lo sigan haciendo ustedes, pues una de las cosas más importante es evangelizar a todas las personas.
La primera casa que tocaron el timbre en la cual había un lindo jardín, y estaba estacionado un automóvil de lujo y se veía la grama verde recién regada, y había una mesa de jardín y sillas que daban ganas de sentarse. Al tocar el timbre salió una joven; ellos le saludaron y le dijeron: queremos darle una buena noticia. En ese momento Miguel le dijo para poder empezar un diálogo: me parece conocerle a usted, se que la he visto en otro lado pero no recuerdo. Ella le dijo, no, no creo.
Miguel insistió en que su rostro le era familiar, entonces ella le dijo: bueno, yo veo mucha gente todos los días. Miguel le preguntó: ¿donde trabaja disculpe? Ella le dijo: soy mesera en el restaurante del Centro que se llama el Obelisco.
En ese momento Miguel terminó de reconocerla, y ella también empezó a reconocerle y ella dijo: oh sí creo recordarle, usted estaba la vez pasada hablándole a un sordomudo ¿verdad? Miguel se sintió contrariado y le dijo: si claro, pero en este momento venimos a decirle que Jesús le ama y tiene un plan para su vida.
Ella les dijo: gracias, por sus palabras, pero por ahora no puedo atenderles, pues no quiero ser mentirosa, pero pueden venir la próxima semana, estaré aquí para poder escuchar esas buenas noticias. Esa fue la primera clase que recibió el Pastor Miguel en la salida a evangelizar.
Los jóvenes no sabían de lo que había en verdad pasado, pero Miguel se sentía muy mal en su corazón por su forma de querer a veces abordar a las personas para darles el evangelio, olvidando que cada persona es tan diferente y necesita escuchar las buenas noticias con el mismo contenido pero en diferente forma de acuerdo a su entorno.
Debemos estar preparados para presentar el evangelio, no nos apeguemos a un régimen cuadrado, primero cuadremos nuestra forma de proceder, pues las personas también nos ven, y por dicha razón nuestra mala actitud no nos respalda ante otros que posible si están deseosos de escuchar una buena noticia en un mundo lleno de caos y tanta maldad.
No actuemos en automático por mandato solamente, el evangelio es un estilo de vida; es vivir a Jesús a diario, y eso implica una vida en comunión diaria con Él y el poder de Jesús fluirá a través de nosotros hecho por el Espíritu Santo a quien muchas veces ponemos triste (Efesios 4:30), por nuestra mala forma de proceder con nuestros vanidosos deseos de tratar de ser importantes al momento de que nos escuchen para presentar dicho evangelio, pero cuando Dios nos ama Él permite que podamos ver nuestro errores, y nos avergüenza para poder así seguir siendo genuinos y no seguir con una máscara ante los demás.
El sordomudo y la mesera dieron el mejor mensaje a Miguel, y le enseñaron la clase que no se lleva en los institutos de enseñanza teológica, el mensaje de la humildad.
“…Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, Y da gracia a los humildes….” 1 Pedro 5:5
Señor ayúdanos a dar tu mensaje con nuestra vida derramada a tus pies.
© Mauricio Loredo