Inicio » Mensajes Cristianos » Los malos tiempos se acercan parte #2

Los malos tiempos se acercan parte #2

Mensajes Cristianos… Predicas Cristianas

Esto es una realidad hoy en día:

Los inconversos están disfrutando de las maravillas que la vida les ofrece sin preocuparse de lo que pasara mañana, ni se dan cuenta que hay un Dios. Ellos creen que es una fábula que se cuenta por allí y que hasta que lo miren con sus propios ojos lo creerán.

Mientras que la iglesia anuncia la venida del Mesías y como sucederá, otros están pensando en sobrevivir el día final.

Cristo advirtió a sus discípulos en cuanto a la destrucción de Jerusalén y las señales que ocurrirían antes de la venida del Hijo del hombre. Todo el capítulo 24 de Mateo es una profecía concerniente a los acontecimientos que preceden a este evento, y se usa la destrucción de Jerusalén para tipificar la última gran destrucción del mundo por fuego.

“…Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará…” Marcos 8:35

La glotonería y la intemperancia se hallan en el fundamento de la gran depravación moral de nuestro mundo.

Satanás está consciente de esto y constantemente tienta a hombres y mujeres para que satisfagan sus gustos a expensas de la salud y hasta de la vida misma.

En el mundo, comer, beber y vestirse se convierten en el blanco de la vida. Precisamente tal estado de cosas existió antes del diluvio. Y este estado de disipación es una de las evidencias sobresalientes de la pronta terminación de la historia de esta tierra.

Jesús nos habla en Mateo 13:13 “…Por eso les hablo en parábolas; porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden…”

En la actualidad estamos viviendo lo que está escrito está en la biblia en el libro de revelaciones los últimos días en donde la segunda venida del hijo del hombre es un hecho.

El libro de Daniel 12.4 nos dice: “…Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará…”

Cristo nos advirtió de las señales que habrá en el sol y la luna y en las estrellas; y sobre la tierra angustia de naciones” (Lucas 21: 25, Apocalipsis 6:12-17). “…Cuando viereis todas estas cosas, sabed que está cercano, a las puertas…” Estas señales han aparecido, podemos saber con seguridad que la venida del Señor está cercana.

Nadie escapara ese día, las naciones están en desasosiego. Nos aguardan tiempos de perplejidad.

Sobre el monte de las Olivas, Cristo explicó los temibles juicios que habrían de preceder a su segunda venida: “…Oiréis guerras, y rumores de guerras… Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestilencias, y hambres, y terremotos por los lugares. Y todas estas cosas, principio de dolores…” (Mateo 24:6-8).

Aunque estas profecías se cumplieron parcialmente con la destrucción de Jerusalén, se aplican más directamente a los postreros días.

Muchos hombres han fijado una fecha para este gran acontecimiento, el mundo considera con disgusto el fracaso de los que fijaron fechas; y porque hubo hombres que se dejaron seducir de este modo, muchos se apartan de la verdad presentada por la Palabra de Dios según la cual el fin de todas las cosas está cercano.

Pero sabemos que como el Dios de amor que es nuestro Padre celestial; La larga noche de lobregueces es angustiosa, pero se posterga la mañana por misericordia, porque si el Maestro viniese muchos serían encontrados sin preparación.

Los ángeles de Dios en sus mensajes dados a los hombres representan el tiempo como algo muy corto.

Es cierto que el tiempo ha sido más largo de lo que habíamos esperado en los primeros días del mensaje.

Nuestro Salvador no apareció tan pronto como lo esperábamos. ¿Pero ha fallado la Palabra de Dios? ¡Nunca! Debiera recordarse que las promesas y las amenazas de Dios son igualmente condicionales.

Tal vez tengamos que permanecer aquí en este mundo muchos años más debido a la insubordinación, como les sucedió a los hijos de Israel; pero por amor de Cristo, su pueblo no debe añadir pecado sobre pecado culpando a Dios de las consecuencias de su propia conducta errónea.

Cristo espera con un deseo anhelante la manifestación de sí mismo en su iglesia. Cuando el carácter de Cristo sea perfectamente reproducido en su pueblo, entonces vendrá él para reclamarlos como suyos.

Así que hermano, velad porque no sabemos cuándo ni a qué hora el hijo del hombre vendrá por su iglesia; una iglesia pura y sin mancha, el apóstol Pablo nos dice que no nos confiemos, no sea que alcanzando la promesa algunos parezcan no haberla alcanzado.

¿Está usted listo? Ven a Cristo hoy y deja que sea Él el dueño de tu vida.

¡Dios me los bendiga!

© Carmen Garcia 

Deja un comentario