¿Falto de amor?

Mensajes Cristianos… Devocionales Cristianos

Hay personas que conozco a las cuales amarles me resulta fácil,  siempre hay personas con las que congeniamos y que hacemos un ¡click! Incluso si nos llevan la contraria en algo ó nos lo debaten, es sencillo llegar a un común acuerdo. Es fácil amarlos ¿no es así?  Pero para ser honesto contigo también conozco a otros que realmente solo con verlos, mi carne empieza a tratar de salir a luz.

Como si dijera:

• Mira allí está ese.
• El que te engaño la otra vez, allí está.
• Dile en voz alta esas palabras que solo piensas.
• Ese es el que te quito el puesto.
• Esa fue la que tomo a tu esposo y te lo quito.
• Págale mal por mal.
• Y un largo y casi infinito etcétera.

Bueno, creo que me entiendes.

Ahora te quiero preguntar, ¿tú le entregarías a la justicia a tu hijo o a quien más amas para que pague por esa persona que te robo? O a alguien que arrancó la vida de un familiar,  ¿tú darías la vida de tu hijo para que en vez de ser ejecutado él, fuera tu hijo? Todo esto para que estén en paz.

Ni yo lo haría,  pero allí nos damos cuenta de cuanto nos amó Dios, que para que Él pudiera escuchar con sus oídos tus oraciones y mis oraciones. Envío a su amado Hijo a que recibiera en la cruz todo el peso del pecado, que Él voluntariamente y por amor decidió recibir toda la ira de Dios, para que tú y yo pudiésemos tener esa relación preciosa  con Dios. (Juan 3:16, 1 Juan 2:2). Pero tanto Él nos ha amado, que no sólo se entregó por nosotros sino que incluso nos vio restaurados.

Si estás pasando un momento en el cual no sientes el amor de Dios. Un tiempo de sequía,  esos momentos difíciles de soledad en que pareciera que el piloto automático está encendido.

• Despertarse
• Orar
• Trabajar
• Comer
• Orar
• Dormir

Pero y ¿el amor?

Tiempo antes de que mi esposa, fuera mi esposa ella tenía un teléfono de la misma compañía que la mía y podías pagar una cierta cantidad mensual y le podías hablar de manera ilimitada a ella. Wow era la gloria, recuerdo que le llamaba hasta para preguntarle si ya se había cepillado los dientes (solo bromeó) Pero le llamaba y hablamos tanto tiempo y de tantas cosas. Pero llego un punto en el cual todo se volvía tan tedioso, tan monótono,  ya era un como: Ah, Aló.

Y posiblemente ya llegaste al punto en el cual ya solo te has quejado e incluso le estas dando la quinta vuelta a las quejas, se volvió un ¡ah tengo que orar! O un ¡tengo que ir a la iglesia! Pero hoy quiero compartirte algo muy importante para tu vida.

A pesar de que no lo sientes, el amor de Dios está allí rodeando te como un escudo. (Salmos 18:2)

A pesar de que estas en el medio de la tormenta y todo se está destruyendo, el amor de Dios está allí guardándote y dándote paz. (Salmos 29:11)

A pesar de que estas en el medio del fuego y que sientes que te estas quemando vivo, el amor de Dios no permite que pase a mas, aun aunque pases por las aguas cenagosas de la duda, el amor de Dios nunca te abandonara. (Isaías 43:2)

Su amor es el que pone fin a todo temor. (1 Juan 4:18) Y es que el Dios que hizo los cielos y las estrellas, el Dios que le da de comer a las aves y que ha jurado que también te alimentará a ti, Es el mismo que ha dicho que con amor ETERNO te ha amado. (Jeremías 31:3)

El Dios de Abraham, Isaac y Jacob es el mismo que te dice que desde antes que nacieras Él ya había puesto sus ojos en ti para amarte y para nunca cansarte de verte el bien. (Salmos 22:10, Salmos 139:16, Jeremías 1:5)

Qué mejor que decirle

• Necesito de tu amor más que el aire que respiro.
• Por un instante de tu amor, todo daría.

El mismo Dios que en la cruz murió por ti y por mí, hoy te dice que te ama.

¿Qué seríamos sin Su amor?

Dado que Dios es amor, tú con toda seguridad le puedes entregar tu vida en todos los sentidos. Sabiendo que sus planes son mejores que nuestros planes, vamos entrégale esa área que te ha estado alejando de Su Amor. Que este mensaje sea de bendición a tu vida, pero te suplico que las citas bíblicas las puedas leer en tu biblia, estoy seguro que allí el Espíritu Santo de va a hablar.

© 2016. Oscar Montenegro