Mensajes Cristianos
Solo por curiosidad le pregunté a alguien que conozco por su hermano, y la respuesta que me dio me dejó reflexionando sobre las cosas que perdemos en esta vida, por el solo hecho de tomar malas elecciones.
La respuesta que me dio la persona a la que le pregunté fue; está en su casa grande. Confieso que porque conozco al muchacho en cuestión desde muy joven, pude darme cuenta que lo que el hermano trataba de decirme es que estaba nuevamente en prisión.
Qué triste nos resulta para aquellos que tenemos hijos, ver como muchos jóvenes una y otra vez entran a las prisiones en un círculo interminable, por el solo hecho de sentir satisfacción muchas veces en ser marginados de este mundo por su propia conducta, para entrar a un lugar donde la violencia impera, los vicios, la ley de la jungla, y en muchos casos se convierte en el lugar donde algunos encuentran la muerte en manos de asesinos que se deleitan en violentar La ley de Dios una y otra vez .
En contraste con la casa grande a la que hago alusión en este escrito para referirme a la prisión, Dios ha preparado una casa grande para todos aquellos que entregan su corazón al señor y se deleitan en servirle y adorarle.
Esa casa grande ha de recibirnos un día y Dios ha decretado que en ella estaremos permanentemente, no con una condena de cadena perpetua, sino como el cumplimiento de una promesa que Jesús nos hiciera antes de irse de este mundo:
“…en la casa de mi Padre, muchas moradas hay, voy pues a preparar lugar para ustedes, para que en el lugar donde yo estoy, ustedes también puedan estar...” (Juan 14:2).
Para lograr el cumplimiento de esta promesa en nuestras vidas, la Biblia dice que debemos “Temer” a Dios; eso significa obedecerle, amarle y respetarle.
Cuando guardamos (hacemos caso a) sus mandamientos, nuestra vida es más hermosa y agradable, porque Él nos creó, y sabe mejor que nadie, que es lo más adecuado para nosotros.
¿Quieres ser feliz y que todo te vaya bien? Sigue los consejos y las enseñanzas de Dios en su palabra y serás de los que tendrán acceso a la casa grande que Dios tiene para sus hijos.
Versículo para el día:
“…Porque como los cielos nuevos y la nueva tierra que yo hago permanecerán delante de mí, dice Jehová, así permanecerá vuestra descendencia y vuestro nombre…” (Isaías 66:22)
El cielo es la morada actual de Dios y sus ángeles, y el destino final de sus santos que están en la tierra. Esa es la casa grande a la que tendrán acceso todos los redimidos por la sangre del cordero de Dios. ¡Luchemos por alcanzar la promesa y proclamemos al mundo el señorío de Cristo!
© Francisco Medina. Todos los derechos reservados.
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