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La atmósfera de la luz y la tinieblas

Estudios Biblicos… Predicaciones Cristianas

Hay una gran diferencia entre lo que es luz y tinieblas, oscuridad y claridad. Sabemos que el contraste o el antítesis de la luz son las tinieblas, (Salmo 139:12Juan 1:5) y el de la claridad son la oscuridad. Pero debemos tomar en cuenta, que la luz y las tinieblas desde la perspectiva teológica es una atmósfera, mientras que la claridad y la oscuridad es un efecto.

La claridad y la oscuridad como efecto, solo se pueden percibir con el sentido de la vista, no se pueden palpar, saborear, escuchar. Mientras que la luz y las tinieblas no se puede apreciar con ninguno de los sentidos físicos, solo se puede percibir por el Espíritu. Es decir, solo se puede detectar con la intuición o percepción espiritual, cuando se vive una vida en el Espíritu.

La luz o las tinieblas como atmósfera, crean un ambiente donde se van a mover quienes lo representa.

Dicho mover, traerán resultados positivos o negativos, que serán de bendición o de maldición, todo depende la atmósfera que se crea, y el ambiente que se dé. Debemos tomar en cuenta, que satanás aunque está en tinieblas, no puede crea la atmósferas de las tinieblas. En el caso de Dios, se da algo casi similar, Él no crea la atmósfera de la luz, Él es luz, (1 Juan 1:5) y donde Él esté está la atmósfera de la luz, creando un ambiente de gloria, donde se puede percibir la presencia del Gran Yo Soy.

Te doy varios ejemplos. La luz o las tinieblas como atmósfera, viene siendo como el agua para el pez, cuando sacas el pez del agua se muere por la razón de que esta fuera de su atmósfera, el pez fue creado para habitar en el agua.

Cuando un astronauta entra al espacio sideral, tiene que usar trajes especiales que se adapten a la atmósfera sideral, por la razón que está fuera de la atmósfera para lo cual fue creado. Igual pasa si alguien se sumerge en el océano, debe proveerse de trajes adecuados para el buceo por estar fuera de su atmósfera.  Como ciudadanos del reino de la luz, debemos cerciorarnos y entender de una vez por todas, que nuestro redentor, nos ha trasladado de las atmósfera de las tinieblas en donde estábamos sumergidos y nos ha trasladado a la atmósfera de la luz (Colosenses 1:13).

¿Quién crea la atmósfera?

El hombre con su determinada decisión, es el encargado de crear la atmósfera, produciendo un ambiente que lo bendecirá o lo maldecirá. En esto está en juego la voluntad del hombre para conducirse en obediencia, Adán con su desobediencia nos condujo a una atmósfera de tinieblas, llevándonos a un ambiente de maldición; esto es: de muerte, enfermedad, miseria, pobreza.

Pero Cristo con su obediencia nos trasladó a la atmósfera de la luz, creando un ambiente favorable de mucha bendición.

Lo ilógico del caso y la ironía más grande del asunto es, que tenemos el tipo de creyentes, redimidos por el Creador, trasladados de las tinieblas a la luz, y todavía están moviéndose en una atmósfera de tinieblas, creando un ambiente desfavorable cercenando la posibilidad de ser promovidos y bendecidos por el gran Yo Soy, con sus riquezas que están en gloria y que nos pertenecen en Cristo por ser el heredero llevándonos a ser coheredero.

El estar sumergido en el pecado, o estar en sus prácticas de forma deliberante con premeditación y alevosía, es crear una atmósfera de tinieblas, que nos llevará al estancamiento y a la destrucción total. Nunca podremos disfrutar de la presencia manifestada del Gran Elohim, mientras estemos fuera de su atmósfera, ya que creamos un ambiente que está en contraste con su naturaleza. Bien dejó escrito el apóstol Juan cuando dijo: “Si decimos que tenemos comunión con Él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad...” (1 Juan 1:6)

Este es el caso de creyentes, que viven desprovistos del favor de Dios, no por causa del Creador, sino por la limitación que Él tiene para bendecirlos. Creyentes que viven enfermos, sin provisión financiera, algunos perdieron sus hogares, sus ministerios, el propósito de Dios; y en el peor de los casos tuvieron una muerte trágica y prematura. Todas estas maldiciones, llegaron como resultado de crear una atmósfera de tinieblas.

El deseo de Dios es, traer bendición hasta que sobre abunde, proveernos de los más grandes recursos financieros, manteniéndonos en salud, preservando nuestros hogares, velar por nuestros seres queridos y por nuestros bienes, cumplir en nosotros su propósito, y llenarnos de larga vida. Pero todos estos beneficios se dan, cuando a causa de nuestra obediencia creamos una atmósfera de luz, llevándonos a un ambiente de gloria, donde podamos disfrutar de su presencia.

Debemos persuadirnos que estamos en una dispensación llamada gracia, donde tenemos libertad para elegir entre lo bueno o lo malo, lo puro o lo impuro, la bendición o la maldición. Este es la causa por la cual el apóstol Pablo dejó escrito cuando dijo: “…Ni deis lugar al diablo…” (Efesios 4:27)

El término lugar viene del griego topo de donde se deriva el término topografía. El vocablo topo, significa terreno, por lo cual Pablo lo que quiso decir fue: “No le cedas terreno al diablo”. Somos nosotros los encargados de crear la atmósfera que producirá un ambiente bien sea de bendición o de maldición.

Si nos ocupamos de crear y mantenernos en la atmósfera de luz a causa de nuestra obediencia, viviremos en un ambiente de gloria, estaremos siempre bajo el favor de Gran Yo Soy, y como resultado sus inmensas bendiciones nos alcanzaran, no habrá necesidad de buscarlas. Hoy puedes entender después de haber leído este escrito, cual es la causa de tus fracasos y las tragedias en las que vives, ¿por qué no levantas cabeza?, ¿por qué te va tan mal?

La causa es, por estar en el pecado en forma descarada deshonrando al Creador, has creado una atmósfera de tinieblas que tarde o temprano acabaran con tu vida sino tomas la decisión seria y abandonas el estado en la que estas. No olvides esta verdad: al pecado debes erradicarlo lo más pronto de tu vida, no le des prórroga.

///BENDICIONES///

© José N. Briceño Aldana

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