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La fortuna personal de dar a quien lo necesita

Mensajes Cristianos – Devocionales Cristianos

El primer golpe que recibió en un cuadrilátero no sólo le llevó a la lona sino que le hizo pensar –apenas tuvo la fuerza suficiente para levantarse– que esa no sería su profesión. Aquél día fue uno de los más difíciles porque aterrizó sus sueños y proyectos. Entendió que una idea no sirve de nada a menos que demos los pasos necesarios para materializarla.

Mario Moreno Reyes (1911-1913), a quien el mundo conocería como “Cantinflas”, emprendió desde entonces una carrera maratónica que le llevó a desempeñarse como lustrabotas, aprendiz de torero, mensajero, taxista. Y también bailarín. Como la noche en que improvisó un espectáculo sin par ante decenas de curiosos que lo aplaudieron, gritaron y rieron a más no poder, en tanto él parodiaba a su manera las tonadas del momento.

No se dejó vencer por la adversidad. Y aunque siempre soñó con ejercer la medicina –que fue el gran sueño de su padre– entendió que desde las tribunas y las pantallas de cine también podía hacer mucho por quienes le rodeaban. Por eso transmitía alegría. Era su sino personal. Un entusiasmo desbordante que se contagiaba entre quienes estaban cerca.

Y algo que tampoco olvidará Méjico jamás: su generosidad. La plasmó en hechos. Sabía que quien mucho habla, a veces hace poco. Esa vocación de servicio le llevó a unirse a grandes causas y a oficializar su ayuda a los más necesitados.

Hay quienes, como Mario Moreno “Cantinflas”, jamás pierden de vista su condición de hombres sencillos así lleguen a tener mucha solidez económica y posición social. Otros, por el contrario, apenas comienzan a prosperar vuelven la espalda a quienes siempre estuvieron cerca. Sencillamente no estaban preparados para ser mejores en todos los ámbitos.

En el protagonista de nuestra historia se encarna el proverbio que dice: “Hay quienes reparten, y les es añadido más; y hay quienes retienen más de lo que es justo, pero vienen a pobreza” (Proverbios 11:24).

Si no atenemos a este principio bíblico para tornarlo práctico en nuestra existencia, aprendemos que la generosidad es una semilla para recibir. Nos ayuda a crecer. Desde hoy, sin importar su condición social, académica o económica, ayudar al necesitado debe ser uno de los elementos que caractericen su existencia. ¡Es hora de comenzar!

1 comentario en «La fortuna personal de dar a quien lo necesita»

  1. si, muy cierto, Jesucristo nuestro Señor nos invita a imitarle , que seamos generosos como El lo ha sido con nosotros , dándonos lo más excelso como es su vida y solo quiere que le imitemos .

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