Mensajes Cristianos
Dios desea que seamos sensibles al dolor ajeno, necesita a sus hijos, porque en el mundo cada vez hay más sufrimiento, destrucción, desigualdad social, y la raíz de tanta dolencia es que no conocen de Dios.
Estamos llamados a no ser espectadores, sino a que plantemos una semilla de amor con las personas que hay en nuestro alrededor a orar por ellas y darles a conocer la palabra de Dios.
La palabra de Dios, en Mateo 9:35-38 nos dice como Jesús recorría los pueblos y aldeas enseñando en las sinagogas, anunciando las buenas nuevas del reino, y sanando toda enfermedad y dolencia; la cosecha es abundante pero son poco los obreros.
Todo ministro de la palabra de Dios, y/o pastor de una iglesia, deseamos que más personas trabajen para la obra de Dios, ya que Él quiere que nos congreguemos (Hebreos 10:25). Nuestro padre celestial nos llama a congregarnos para que el conocimiento que adquirimos de Su palabra nos ayude a realizar Su obra, y que estemos listos para trabajar en las cosas de Dios, es decir servir a los demás.
En lo personal, mi familia y yo somos muy bendecidos porque cuando me levanto tengo una cama, una familia, porque Dios ha suplido todo, pero muchas personas no cuentan con la misma bendición, se despiertan en hogares divididos, en conflicto, sin esperanzas, o los hijos tienen problemas de drogas o alcohol o no hay paz.
Cada persona es un mundo, y hay muchas situaciones que cada persona atraviesa que inclusive nadie sabe, pero Dios si las conoce (Mateo 6:8).
Hay personas que materialmente tienen todo, hasta fama, y se suicidan o son desdichados, parece ilógico pero así pasa, no disfrutan lo que tienen, no buscan ayuda porque son orgullosos no quieren que se enteren lo que viven, son herméticos, es decir es difícil entrar a empatizar con ellos, y cuando buscan una solución no la encuentran y siguen igual o peor, cuando realmente necesitan es a Dios (Mateo 11:28).
Todo lo que hizo Jesús, fue por los demás y no solo para sí mismo, fue nuestro salvador y con gran humildad y amor nos dejó sus enseñanzas. Los cristianos debemos movernos, no podemos permanecer en una posición de observadores, Dios nos invita a obrar; permitirnos ser luz que brilla a todos, para que vean lo que Señor ha realizado con nosotros y sal que no se corrompe (Mateo 5:13-16).
La responsabilidad no es con el pastor o con los líderes de tu iglesia o grupo de oración, es contigo hermano, no eludas el compromiso.
No podemos ser egoístas, solo pensar en nosotros, sería una actitud totalmente opuesta al corazón de Jesús (Mateo 20:28). Muchos problemas se solucionarían si pensáramos más en los demás, y no en nosotros mismos.
Cada uno de nosotros recoge lo que siembra (Gálatas 6:7-8), es como un bumerán, si cosechas por ejemplo justicia eso recibirás, perdona y Dios lo hará, ama a tu esposo y el té amara, ama a tus hijos y ellos lo harán, si estas en problemas económicos ayuda alguien económicamente y dispara la bendición de Dios, pero no lo hagas buscando recompensa, hazlo por ti, es más gratificante dar que recibir (Hechos 20:35).
Día tras día revisa tu vida, ¿cómo eres con tu familia? Marca tú la diferencia así sea poco, no esperes que los demás den el primer paso, hazlo tú.
No vivamos con la ley del mínimo esfuerzo, queremos estar cómodos.
Invirtamos tiempo en los demás, muchas veces no darán las gracias, pero Dios valora tu esfuerzo y tu intención (1 Corintios 15:56-58), ora a nuestro Padre celestial para que te de la fuerza y sobre todo la sabiduría para decir las palabras precisas (Marcos 13:11).
Que sea el Señor colocándonos en el corazón las personas que podemos ayudar, y sea Él obrando por medio de nosotros.
Al principio nos puede costar trabajo, pero hazlo, no lo dudes. En la palabra de Dios en 2 Timoteo 4:2, nos dice: “…Predica la Palabra; persiste en hacerlo, sea o no sea oportuno; corrige, reprende y anima con mucha paciencia, sin dejar de enseñar…” (NVI); el Señor te guiara, ora por ellos.
Demos gracias al Señor por permitir ser un instrumento de la Fe, gracias porque al querernos parecer más a Él, cumplimos una de las misiones más importantes que tenemos aquí en la tierra, que es el servir a los demás como Él lo hizo (Marcos 10:45).
Pensemos si alguna vez hemos actuado con egoísmo, y pidamos perdón; queremos Señor un corazón sensible al dolor ajeno, gracias por cambiar nuestras vidas para el bien de los demás.
© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.
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Muy bueno y muy oportuno en este tiempo de egocentrismo y desinteres por nuestros semejantes, Dios te siga usando.