Coloca tu casa en orden

Mensajes Cristianos

Como hijos de Dios mostramos nuestra fidelidad con las obras.  El Señor nos da favor y nos multiplica lo que hacen nuestras manos cuando ayudamos a nuestros seres queridos. En la palabra de Dios en 1 Timoteo 5:8 encontramos que se nos dice: “El que no provee para los suyos, y sobre todo para los de su propia casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo”

Si el Señor nos da prosperidad económica, apoyemos a nuestros padres y hermanos cuando su situación no es la mejor, no solo en  lo material sino con compañía, respeto y consejo.  El Señor nos enseñó amar y nuestro amor hacia Él lo mostramos con misericordia y ayudando a nuestro prójimo.

La palabra de Dios en 1 Juan 3:17 nos declara: “Si alguien posee bienes materiales y ve que su hermano está pasando necesidad, y no tiene compasión de él, ¿Cómo se puede decir que el amor de Dios habita en él?”.

Esta fue una palabra que una hermana en la fe le mostró el Señor en oración.  Le pedía al Señor una respuesta a su petición y no había sido concedida porque no estaba cumpliendo  sus preceptos.  El amor no es orgulloso, es bondadoso, no es envidioso, ni jactancioso ni orgulloso (1 Corintio 13:4), y esta fue una prueba de su amor y fidelidad a nuestro Señor. La respuesta de Dios a su obediencia fue sacarla victoriosa de su aflicción y en gran bendición para su familia.

(Éxodo 20:12) “Honra a tu padre y a tu madre”. Este mandamiento como todos los demás hace que tu vida sea de bendición si lo obedeces. Hermano mira a tu alrededor o  en tu   familia, como  es de diferente los hijos que aman, honran y respetan a sus padres, se ve el favor de Dios, en varias áreas de su vida.   Además si cumples este mandamiento tus días serán alargados aquí en la tierra.

Amar a nuestros hijos es enseñarles sobre el Señor, a cumplir sus mandamientos, inculcándolos continuamente, en todo momento de día y de noche  (Deuteronomio 6:7). Somos la autoridad delegada por Dios (Colosenses 3:20), y el Señor nos concede a sus hijos sabiduría para encaminar a los niños hacia una vida en Jesús que es la verdad y la vida.

Los conyugues “Sométanse unos a otros, por reverencia a Cristo” (Efesios 5:21) “porque los dos llegaran a ser un solo cuerpo. Así que ya no son dos, sino uno solo”. Si los esposos honran a Dios, sus hijos mediante su ejemplo lo  harán, es la única forma de  grabar en sus corazones la palabra de Dios.

Hermanos he visto personas que tienen  doble cara, en su trabajo, estudio o amigos son muy amables, bondadosos, tienen las mejores cualidades pero cuando llegan a su casa, pareciera que se cargaran de mal humor o intransigencia. Si somos amables con nuestros conocidos, debemos serlo aún más con nuestra familia. Cuando atravieses por una situación difícil ellos siempre estarán a tu lado, la familia es uno de los más preciados tesoros que El Señor nos ha dado y como tal debemos cuidarlo.

Nuestra familia no la  escogimos, Dios lo hizo con un propósito. A veces no son como quisiéramos, pero no contribuyas en sumarte a eso que no te gusta.  Es decir, sin son personas que no brindan amor fácilmente, no  lo hagas tú también. Los propósitos son innumerables, crear por ejemplo en ti más dominio propio ante las diferencias, en salir adelante cuando naciste en una familia de pocos recursos, a no repetir errores que marcaron tu vida porque aprendiste de ellos para no repetirlos con los tuyos…

Nuestra familia es la  prueba que debemos superar, para demostrarnos a nosotros mismos y sobre a todo a Dios que sus enseñanzas las guardamos y practicamos. Estando nuestra casa en orden podemos dar testimonio, hablaremos con convicción y autoridad  porque somos testimonio en Cristo.

En (1 Timoteo 3:4-5) “…que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad 5 (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?)“.

Bueno finalmente nosotros, somos templo en el que mora el Espíritu Santo (1 Corintios 6:19), y hay que cuidarlo. ¿Cómo te alimentas, ejercitas, estudias la palabra de Dios, en que ocupas tus pensamientos y cuidas lo que Dios te dio? Es importante estemos sanos en cuerpo, mente y espíritu, limpios para que nuestro Espíritu permanezca en nosotros. “Ustedes no son sus propios dueños” (1 Corintios 6:19) “Por tanto honren con su cuerpo a Dios” (1 Corintios 6:20).

Conclusión

Hermanos pidamos a Dios que nuestras palabras, pensamientos y acciones agraden a Dios, que sean consecuentes con nuestros consejos y forma de vivir.  Ordena primero tu casa y que este mensaje te haga reflexionar si llevas una conducta que agrada al Señor. No somos perfectos, pero si persistimos, el Espíritu Santo nos crea conciencia en el momento de lo que no debemos hacer.

Que cuando llegues a tu hogar seas de gran alegría para los tuyos, deja tus problemas y preocupaciones afuera, porque tu casa y familia son regalos que Dios te ha dado, si todavía no tienes tu hogar joven cristiano, entenderás con este mensaje la forma en que Dios quiere que lo lleves en Cristo Jesús.

¡Dios los bendiga!

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