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El vencedor en Cristo que hay en nosotros

Mensajes Cristianos – Predicaciones Cristianas

Por muchos años el sueño de Henry M. Stanley fue el de llegar hasta los lugares remotos de África, a los que con frecuencia aludía su profesor de geografía y, viajando en las alas de la imaginación, cubría la enorme distancia que le separaba de ese continente paradisíaco, con enormes playas, aguas de un azul intenso, desiertos interminables y territorios hasta los que aún no había llegado el fantasma abrumador de la civilización.

Todos sus esfuerzos –desde la niñez– estuvieron orientados hasta el momento que muchas veces construyó bajo el encanto de la fantasía, cuando pudiera embarcarse rumbo a su más caro anhelo. Y fue esa meta la que le llevó a pensar que su país natal, Gales, era infinitamente pequeño ante la inmensidad de mundo por conquistar.

Nada impidió que llegara a culminar su propósito. Ni siquiera la pobreza en que creció, al amparo de un orfanato que no le hizo perder sus ilusiones.

Y con los años se adentró en el corazón de África. Henry llegó a ser conocido entre los aborígenes como “Bula matarí”, que traducido es “Rompedor de rocas”. De esta manera aludían a su condición de vencedor, que no se dejaba doblegar fácilmente por la adversidad.

Cuando volvemos las páginas de la historia nos encontraremos –a boca de jarro– con decenas de hombres y mujeres que entraron a formar parte de la galería de los vencedores. Ellos se trazaron una meta en la vida y volcaron todas sus fuerzas hasta convertirla en realidad. No les importaron las condiciones económicas, académicas o los impedimentos físicos que pudieran tener en contra.

Usted y yo fuimos concebidos para vencer. Jamás olvide que los vencedores son aquellos que luchan por sus sueños. Así se levanten obstáculos frente a sus ojos, persisten hasta sobreponerse a la adversidad.

¿Cómo lograrlo? En primera instancia, asumiendo en nuestra vida un principio pequeño pero eficaz. Se llama “perseverancia”. Y segundo—a decir verdad, el principio más importante— depositar todos nuestros planes y proyectos en manos de Dios. Al referirse al Creador, el salmista escribió: “En Dios haremos proezas…”(Salmos 18:13 a).

Sin duda, tomados de la mano del Señor Jesucristo, seremos invencibles, alcanzaremos nuestros objetivos y la realización personal en la vida. ¡Es hora de comenzar…!

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