Mensajes Cristianos – Predicas Cristianas
Las imágenes de la televisión le hicieron comprender la magnitud del drama que vivían decenas de personas desplazadas de sus campos a raíz de la violencia que azota a buena parte de Colombia. Martha Lucía Ramírez miró a sus hijos, luego a su esposo y por último, recorrió su casa con los ojos, humilde y sencilla, pero espaciosa. Pensó que –a su manera– podría contribuir en la resolución de los problemas.
–No podemos seguir aquí sin hacer nada. Desde mañana haremos algo—dijo con decisión y comenzó a construir el sueño que hoy es una realidad: un albergue temporal para quienes huyen de sus fincas y parcelas, amenazados por grupos al margen de la ley.
Como no tiene ayuda estatal, esta mujer de 48 años del oriente de Santiago de Cali, pide la colaboración de sus vecinos. Se convirtió en “El ángel de los necesitados”. Le dicen así con cariño, para testimoniar el agradecimiento por su ayuda. Ella se sonríe y explica que es un granito de arena para aliviar el dolor de quienes migran a las ciudades, sin un lugar seguro dónde pasar la noche, asearse y comer algo.
Su rostro refleja bondad, amor y un espíritu optimista que no se deja agobiar por las dificultades.
¿Qué lleva a una sencilla ama de casa a emprender una ambiciosa tarea de ayuda a los necesitados? Sin duda la sensibilidad humana. La misma que le falta a tantos que se dejaron dominar por la indolencia y que les importa poco el sufrimiento de los demás.
Sin embargo, es posible cambiar. Y con ese cambio, transformar el mundo que nos rodea. Basta con aplicar a la vida práctica la recomendación del apóstol cuando escribe: “Amaos los unos a los otros con amor fraternal… compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad” (Romanos 12:10, 13).
Si nuestra actitud frente al olor ajeno toma un rumbo diferente, estaremos dando un paso agigantado para una nueva sociedad en la que primen los valores cristianos. Usted puede emprender el camino hoy. Entre más rápido, mejor. Es una manera, sencilla pero eficaz, de mostrar al mundo el amor de Cristo en nuestro ser…
