Inicio » Mensajes Cristianos » El amor es benigno en relación con Dios

El amor es benigno en relación con Dios

Mensajes Cristianos

En la lección anterior hemos analizado con bastante amplitud el significado de esta palabra griega “CHRĒSTOS”, o benigno y creo que ha sido muy edificante, yo he aprendido mucho; pero como siempre digo, la Biblia es como un mar sin fondo, por más que extraes de ella, siempre tiene algo nuevo para ti.

En esta oportunidad quiero que estudiemos un poco sobre:

BENIGNO, EN RELACIÓN CON DIOS.

La palabra benigno como tal, no aparece mucho en la Biblia, sin embargo encontramos varios sinónimos de ella, tales como bueno, bondadoso, amoroso y misericordioso; todas ellas, cuando aparecen en la Biblia, nos hablan de la benignidad de Dios.

Dios es benigno, por naturaleza. Encontramos en toda la Biblia muestras de su benignidad para con los hombres. Por ejemplo, Dios muestra su bondad a:

1. LOS AFLIGIDOS QUE CONFÍAN EN ÉL. Nahum 1:7Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían”.

2. A LOS POBRES QUE LO SIGUEN: Salmos 68:10Los que son de tu grey han morado en ella; por tu bondad, oh Dios, has provisto al pobre”.

3. A LOS QUE ESPERAN Y HAN CONFIADO EN EL: Salmos 34:8Gustad, y ved que es bueno Jehová; dichoso el hombre que confía en él”.

4. ES PARA TODOS LOS HOMBRES: Lucas 6:35-36Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos. Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso”.

5. SE MANIFIESTA EN LA GRACIA DE SU HIJO QUE ES PARA SALVACIÓN. Tito 3:4-7Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia…”

6. EXTENDIDA PARA LOS SIGLOS. Efesios 2:7Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús”.

7. NOS GUÍA AL ARREPENTIMIENTO. Romanos 2:4 “¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y generosidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?

Cuando Pablo escribe este capítulo a los Romanos, lo estaba haciendo para darle una enseñanza a los judíos legalistas que se consideraban a si mismos como justos, como también a los griegos moralistas que se creían puros y sin manchas delante de Dios. Pablo les habla muy fuerte y les dice a través de los versículos del 1 – 3 (leer) que están sin defensa legal porque al juzgar a los demás, ellos se condenaban a si mismos.

Si ellos se consideraban justos y buenos, entonces no tenían necesidad de arrepentimiento y es por eso que Pablo les dice en este versículo 4, que su benignidad, su paciencia y longanimidad son PARA guiarles al arrepentimiento.

Muchas veces pensamos que la gracia, misericordia y benignidad de Dios con nosotros, es una licencia para pecar y esto es peligroso porque nuestra vida puede convertirse en un constante ciclo de: Peco, clamo a Dios por misericordia y Él me perdona, así que momentos después vuelvo a pecar, vuelvo a clamar y Dios me perdona nuevamente y tomamos la sangre de Cristo como un lavabo donde me lavo las manos cada vez que me haga falta.

Es cierto que “si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”, así nos lo enseña la epístola de Juan, pero es esta misma epístola que nos dice que “todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado” (1 Juan 3:9), es decir, no permanece pecando, o el pecado no es la norma de vida. En el creyente el pecado es accidental no normal.

Ha habido en los últimos años un mover “teológico” que enseña estamos en la gracia y por lo tanto está permitido todo; han malentendido la gracia de Dios, su misericordia y su paciencia y lo han convertido en una oportunidad de pecar, en vez de arrepentirse.

2 Pedro 3:9. “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento”.

El arrepentimiento es crucial para tener una relación de fe y de pacto con Dios. Es tener la disposición o voluntad de cambiar la existencia centrada en uno mismo a una vida guiada por la voluntad y la dirección de Dios. Se necesita un cambio de las prioridades y de la esclavitud del yo. Básicamente es una nueva actitud, una nueva manera de ver el mundo, de tener un nuevo dueño. El arrepentimiento es el deseo de Dios para los hijos caídos de Adán, hechos a la imagen de Dios (ver Ez. 18:21,23,32 y 2 Pedro 3:9).

¿QUÉ ES EL ARREPENTIMIENTO?

El concepto de arrepentimiento es clave para entender el Nuevo Testamento y lo que significa andar con Dios. Ese fue el mensaje de Juan el Bautista, Mateo 3:2. “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”, y del Señor Jesús, y también está enfatizado en las epístolas y en el libro de Apocalipsis. Puesto que el arrepentimiento es un tema tan prominente en las Sagradas Escrituras, es fundamental que entendamos lo que es y lo que produce.

Comencemos con tres palabras griegas que expresan la idea del arrepentimiento en el Nuevo Testamento.

1. Metamelomai comunica el sentimiento de remordimiento por el pecado, pero no necesariamente resulta en volverse a Dios. Por ejemplo, cuando Judas sintió remordimiento por traicionar a Jesús, miró atrás con remordimiento, pero nunca se volvió a Cristo con arrepentimiento genuino (Leer Mateo 27:3-5).

2. Epistrephó es traducido como “girar” o “volverse”, y se refiere a la conversión. Implica una transformación total de la vida de una persona por la influencia del Espíritu Santo. Vemos utilizada esta palabra cuando Pablo fue comisionado por Cristo para abrir los ojos de los gentiles para que pudieran “(convertirse) de las tinieblas a la luz, y del poder de Satanás a Dios” (Hechos 26.18 NVI).

3. Metanoeó es la palabra dominante del Nuevo Testamento para arrepentimiento. Expresa un cambio de mente, de sentimientos y de voluntad en cuanto al pecado. Esto supone asumir la plena responsabilidad por nuestras malas acciones, sentirnos afligidos por nuestro estilo de vida pasado, abandonar intencionadamente el pecado y volvernos a Dios. El resultado es la conversión verdadera (Leer Hechos 2:37,38).

Mateo 3:1-9 y Hechos 26:19-20. Estos pasajes hablan del arrepentimiento que lleva a la salvación. Lo que se requiere es un cambio de mente basado en la verdad recién descubierta en cuanto a Cristo. Si hay arrepentimiento verdadero, esto producirá el fruto de un estilo de vida, acciones y actitudes transformadas. Toda la vida anterior es sustituida por una vida para Cristo.

“El arrepentimiento basado en el temor nos hace odiarnos a nosotros mismos. El arrepentimiento basado en el gozo nos hace odiar el pecado”. -Timothy Keller

El arrepentimiento es al mismo tiempo una llamada a un cambio de vida y un regalo de Dios (Hechos 5.31;11.18). Detrás de la llamada al arrepentimiento está la promesa del perdón del pecado, el don del Espíritu Santo y una nueva relación con el Padre celestial. En realidad, nos convertimos en nuevas criaturas con una nueva naturaleza (2 Corintios 5.17). El resultado es un abandono progresivo de las viejas costumbres, y el vestirse con actitudes, maneras de pensar y comportamientos que corresponden con Cristo (Efesios 4.22-24). Esto es lo que la Biblia llama santificación.

Leer 2 Corintios 7:9,10; 12:21. Pero el arrepentimiento tiene además el propósito de dar salvación. También es necesario en la vida del creyente para la limpieza frecuente del pecado en su vida y para la restauración continua de su comunión con Dios. La buena tristeza, es la tristeza que nos lleva a ver nuestra conducta de la misma manera que la ve el Señor, y aborrecer no solo las consecuencias del pecado sino además el pecado mismo. El arrepentimiento verdadero es más que sentirnos mal por lo que hemos hecho, lamentarnos por eso, o desear cambiar. Si no somos impulsados a la obediencia, nuestro arrepentimiento no está completo.

ANÁLISIS PERSONAL.

¿Cuál ha sido tu experiencia con el arrepentimiento? ¿Cómo ha abierto Dios tus ojos para ver el pecado en su vida desde la perspectiva de Él?

¿Vuelves a caer en un pecado que has confesado repetidamente? Si es así, ¿qué efecto podría tener el gusto por ese pecado en tu capacidad de obedecer a Dios?

C. S. Lewis, dijo en el libro de Mero Cristianismo “Humillarnos, rendirnos, decir que lo lamentamos, comprendiendo que hemos estado en el camino equivocado y decidiendo volver a comenzar desde abajo, esa es la única manera de salir de nuestro “hoyo”. Este proceso de rendirse —este movimiento a toda máquina— es lo que los cristianos llaman arrepentimiento. Por tanto, el arrepentimiento no es divertido en absoluto”.

© Moreiba Cabrera. Todos los derechos reservados.

Central de Sermones… Mensajes Cristianos

Deja un comentario