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Hay mucho por hacer y mucho por ganar

Mensajes Cristianos

Hoy quiero después de un tiempo de luchas y pruebas, decir: “Aquí estoy”, el enemigo no me venció, aunque caí me levanté, aunque el dolor fue profundo, Cristo me sanó y levantó; porque. ¿Quién puede decir?: Estoy libre de sufrimiento, aunque la paz de Cristo llena nuestro corazón, el dolor es latente y las heridas son fieles del que ama, Proverbios 27:6:

Fieles son las heridas del que ama; Pero importunos los besos del que aborrece.”

Pasamos la tormenta, salimos aprobados por Dios con nuevas fuerzas de su Espíritu, pero esas nuevas fuerzas de Dios son para crecer a través de las experiencias, son para seguir fiel al que nos llamó, son para avanzar en el propósito Divino, son para ser llenos del poder de Dios con una nueva y fresca unción del Altísimo.

Estamos a punto de finalizar un año mas de vida junto a Cristo y no quería dejar de llevarle una palabra de vida y poder de Dios, a usted que no le conozco, pero se que está allí, y quizás este mensaje cristiano sea parte de su propia vida como lo es para mi.

Leamos la palabra de Dios, Filipenses 3:7-14Pero cuantas cosas eran para mi ganancia, las he estimado como pérdidas por amor de Cristo. Y ciertamente, aún estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejantes a él en su muerte, si en alguna manera llegase a la resurrección de los muertos. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está adelante, prosigo a la meta al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”.

Este año para mí, como para muchos, ha sido un año de pruebas y victorias, muchos hemos sido despojados de la confianza, del amor, de bienes, de gozo; el enemigo quiso destruirnos completamente, pero Dios es quién peleo por ti y por mi, fueron del Señor las fuerzas y no las nuestras para vencer al enemigo.

Hubieron momentos en nuestras vidas que nos sentimos como se sintió Jesús antes de ser crucificado, (Juan 16:32), solos, cansados, sin fuerzas, tristes, defraudados, angustiados, abandonados por quienes les dimos de beber en medio de sus desiertos, le dimos el pan en su hambre, el abrigo en su desnudez, les dimos fuerzas para no bajar los brazos, extendiéndole la mano y sosteniéndoles para avanzar y salir victoriosos en las pruebas y aflicciones, pero esto fue, es y será necesario que pasemos para que nuestra confianza no este puesta en el hombre, sino en el que nos dio la vida.

Esto fue, es y será necesario para que depositemos nuestra confianza en aquél que pago el precio de su sangre derramada en la cruz por cada uno de nosotros para que la gloria, la honra y la alabanza solo sea para él,  al único dador de la vida, al que está siempre a nuestro lado, aquél que no se cansa, que nos tiene paciencia, que está atento a nuestras necesidades, que permanece fiel eternamente y para siempre:

Juan 16:33 “…Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo…”.

Solo a Jesús le debemos la vida y solo a Él será por siempre nuestra alabanza, en Él puede el justo esperar, y en Él hay recompensa eterna y por los siglos.

Cristo es quién nos devuelve la confianza perdida, el amor desgastado, la felicidad y la risa que se borró de nuestros labios, la esperanza y las fuerzas que en las pruebas nos hicieron desfallecer, el gozo y la alegría de servir, siguiendo sin esperar recompensa, 2 Crónicas 15:7

Pero esforzaos vosotros, y no desfallezcan vuestras manos, pues hay recompensa para vuestra obra”.

Amados, cada uno de nosotros tenemos que llevar una cruz en esta vida y debemos seguir llevándola hasta que Cristo aparezca y seamos levantados en gloria en su próxima venida; no importa cuanto pesa nuestra cruz, Cristo nos ayuda en nuestras debilidades y es Él quién nos alivia las cargas; Jesús nos dijo: Toma tu cruz y sígueme, Lucas 9:23

“…Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame…”.

Tu, y yo, y todos los que hemos sido llamados por Él, no estamos solos aunque muchas veces sentimos esa soledad, Jesús nunca nos dejo ni nos desamparó, siempre está y estuvo a nuestro lado, es por eso que seguimos y no abandonamos el camino.

Él nos dio las fuerzas para soportar todas las pruebas, es por su inmenso amor que no fuimos destruidos, que no nos dejó ser presa de las tentaciones en las garras del diablo, Santiago 1:12

“…Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios a prometido a los que le aman…”.

Es por su infinita misericordia que seguimos vivos, fuertes y victoriosos; Él nos amó, nos ama y nos seguirá amando y defendiendo, Cristo es nuestro escudo y fortaleza, Él nos dio y nos seguirá dando la victoria.

Hemos nacido para vencer, no para ser derrotados

A través de los mensajes cristianos aprendemos que hemos nacido para glorificar el nombre de nuestro Dios, Jehová de los ejércitos es su nombre, hemos nacido para ser bendecidos y para ser de bendición, hemos nacidos para ser herederos y coherederos en Cristo Jesús, hemos nacido para conocer la voluntad del Altísimo y ser herederos de la salvación y vida eterna:

Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, 4 para una herencia  incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, 5 que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.” 1 Pedro 1:3-5

Hemos pasado la tormenta, pasamos por el fuego de la prueba, salimos aprobados por Dios, pulidos y purificados y santificados, con nuevas y poderosas fuerzas de su Espíritu para llevar a cabo la obra y cumplir el llamado Divino; es tiempo de sacudirnos del polvo y desatar las ataduras que quizás todavía nos puedan  atar:

Despierta, despierta, vístete de poder, oh Sion; vístete tu ropa hermosa, oh Jerusalén, ciudad santa; porque nunca más vendrá a ti incircunciso ni inmundo. 2 Sacúdete del polvo; levántate y siéntate, Jerusalén; suelta las ataduras de tu cuello, cautiva hija de Sion.” Isaías 52:1-2

A través de los mensajes cristianos aprendemos que las pruebas no son eternas sino que solo son momentáneas, pero son necesarias para crecer en el conocimiento del Altísimo, en la fe, en el amor a Dios y a las almas; es tiempo de avanzar en el propósito divino, hay mucho para hacer y mucho por ganar.

A través de los mensajes cristianos aprendemos que Dios no se equivocó contigo ni en cada uno de sus hijos escogidos, Él conoce la fuerza interna, el poder y la autoridad que Él mismo depositó en sus hijos, Dios sabe cuanto puedes dar y hasta donde puedes avanzar, en tu interior, en tu mente y en tu corazón esta la fuerza para vencer.

Sigamos la carrera que hay recompensa en los cielos para los que perseveran y llegan a la meta, al supremo llamamiento de Dios, Filipenses 3:12-15

No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está adelante, prosigo a la meta al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”.

La bendición de Dios y  la paz, llene vuestros corazones en Cristo Jesús.

© Reenier Gonzalo Prado. Todos los derechos reservados.

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1 comentario en «Hay mucho por hacer y mucho por ganar»

  1. Maravillosa enseñanza, gracias padre x tu sabiduría y revelación en mi hermano, que Dios le siga usando, y gracias x compartir sus enseñanzas

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