Mensajes Cristianos
1 Corintios 4:2 “Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno, sea hallado fiel.”
Hoy quiero hablarte querida hermana de la mayordomía en la mujer, para comenzar veremos que significa mayordomo; proviene del termino Griego “Oikómos” que significa: Ecónomo, Administrador, Mayordomo.
Lucas 12:42-44 “Y dijo el Señor: ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente al cual su señor lo pondrá sobre su casa, para que a tiempo les dé su ración?. Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. En verdad os digo que le pondrá sobre todos sus bienes.”
Mayordomo es uno que administra los bienes ajenos, es decir, una persona que administra lo que no es suyo con la responsabilidad de cuidar, proteger y mantener lo que está a su cargo como si fuera propio.
Él mayordomo, como nos dice la palabra, es necesario que sea un buen administrador, que sea fiel en su tarea y a su Señor, prudente, trabajador, sabio, diligente, responsable, perseverante y cuidadoso en su trabajo; Proverbios 10:4 “La mano del negligente empobrece. Mas la mano de los diligentes enriquece.“
Hoy es el momento oportuno para hablar de la mayordomía de la mujer. Dejamos atrás un año para comenzar uno nuevo realizando un balance de tu vida, quizás este año no fue tan fructífero como tu esperabas. Fuiste defraudada en tu buena fe, tuviste pérdidas en lugar de ganancias.
Quizás el balance no te dio positivo; pero hoy comienzas un nuevo año y tu decides como comenzarlo, con los malos recuerdos, las malas experiencias, con tus pocas fuerzas, etc. Pero también puedes comenzarlo con nuevas expectativas, nuevas fuerzas, cambiando tu lamento en gozo y proyectando éxito para tu vida, tomándote fuertemente de la mano del Señor y avanzando hacia la victoria que Cristo te ha entregado.
Sin sabiduría y sin fidelidad es imposible que seas una buena administradora de las cosas que Dios, en su infinito amor y misericordia, ha puesto en tus manos; hablaremos ahora de la mayordomía de la mujer en el hogar, administrando bien el tiempo, el dinero y los bienes como así también en las riquezas espirituales tales como dones, talentos y ministerios.
En el hogar: (Proverbios 31:1-31), Dios te ha puesto como ayuda idónea al lado de tu esposo, debes estar junto a él en las buenas, cuando todo vaya bien, disfrutando de todos los momentos felices que Dios les regala, pero también debes estar junto a él en los momentos malos que le toque vivir, fortaleciéndolo y brindándole el apoyo cuando las cargas sean mas pesadas sobre sus lomos.
Dios a llenado tu hogar de hijos los cuales debes amarlos, protegerlos y guiarlos, ellos son tu corona querida hermana. Dios te pedirá cuenta de todo lo que Él ha puesto en tus manos, todo lo que tienes es de Él y lo que Señor espera de ti es que seas una buena administradora de tu hogar, de tu esposo, de tus hijos, y de todo lo que Él ha depositado en tus manos.
En el tiempo: (Efesios 5:16), Dios te ha dado el tiempo para que tu sepas como administrarlo, el tiempo es un regalo de Dios y debes aprovecharlo al máximo, tu vida debe ser vivida con intensidad, con equilibrio, con sabiduría y con responsabilidad, sabiendo que todo tiene su tiempo y cada cosa su lugar, debes saber que el tiempo que tu desperdicias no lo recuperas, cada día que pasa no vuelve atrás.
Debes compartir y disfrutar el tiempo que Dios te regala, no usando el tiempo que le pertenece a Dios en cosas vanas que para nada aprovechan, el tiempo es precioso cuando lo sabes usar con prudencia y equilibrio.
Él dinero y los bienes: (2 Corintios 9:6-7), debes administrar todos los bienes que Dios ha puesto en tus manos en la guía y la voluntad del Señor; cuando quieras comprar o vender, recuerda que Él te guiará para hacer lo que mas conviene y no vas a equivocarte.
Dios solo necesita de ti que hagas la parte tuya y lo dejes que el gobierne y guíe tu vida; debes aprender a gastar con prudencia, con inteligencia, distribuyendo bien el dinero que pone en tus manos, no gastar mas de lo que entra en el hogar, controlando tus créditos, no tengas deudas y si las tienes no tardes en quedar a cuenta, las deudas empobrecen y no te dejan prosperar.
Debes dar a Dios lo que a Él le pertenece, obedecer la palabra de Dios te bendecirá y serás prosperada, adora a Dios con tus bienes y riquezas, paga tus votos al altísimo (diezmo, ofrendas, primicias).
No solamente le alabarás y adorarás con tu vida y tu testimonio sino por medio de tu generosidad, no con tristeza sino con alegría en tu corazón; Dios es fiel y justo para recompensar todo lo que das para su obra.
Dones, talento y ministerio: (Efesios 4:11-12), tu has sido llamada para cumplir un propósito de Dios en su obra, ¿Cómo estas ejerciendo tu mayordomía en las riquezas que Dios ha derramado sobre ti para su gloria?.
Dios te ha dado de sus riquezas espirituales para cumplir con una labor y te ha capacitado para realizar trabajos específicos en su obra. El Señor te lo ha dado no para que tu lo guardes o lo desperdicies, debes ser una buena administradora de su gracia, de todas sus riquezas para desarrollarlas y multiplicarlas.
Quizás aún no tienes claro el don o el ministerio que Dios ha derramado sobre tu vida, pero que eso no haga que te estanques en tu desarrollo, trabaja en la obra en lo que te venga a mano. Hazlo conforme a tus fuerzas y es allí que vas a descubrir en lo que Dios te usará.
Si ya tienes claro en lo que Él te quiere usar, avanza, pon manos a la obra; recuerda que lo que el Señor a depositado en ti no es para tu provecho, sino para su gloria y la edificación de su iglesia.
Hoy dejas atrás un año más en tu vida, si no fue muy productivo y tu mayordomía no fue correctamente usada y con sabiduría, sea en tu hogar, en tu familia, en tu tiempo, en tu dinero o en tu ministerio, pide que Dios te guíe para proyectar un año nuevo de éxito, extendiéndote a lo que queda adelante sin retroceder, recuerda que esto no es agradable a Dios, (Hebreos 10:38-39), avanza y proyéctate hacia delante, ponte metas y cúmplelas, Dios está contigo y Él te dará la victoria.
Paz, Amor, Felicidad y Victoria en este año nuevo que comienzas en el único y poderoso nombre que es por sobre todo nombre, Jesucristo, nuestro Señor.
© Elena Torres. Todos los derechos reservados.
