Despojado de su ropa

PASTOR Walter Moreno Chacón

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Mensajes Cristianos - Un Samaritano llamado Jesús

Despojado de su ropa

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Mensajes Cristianas

Juan 21:7

Hay un refrán que dice: “conforme te ven, te tratan” esto es, de acuerdo a la apariencia que presentes delante de la gente, otro refrán dice, “el hábito, no hace al monje” este también hace referencia a apariencia personal de las personas delante de los demás, y como estos hay otros más, pero tomando estos, podemos darnos cuenta que en el mundo entero muchas personas se dejan llevar por las apariencias de personajes desconocidos y por ende muchas veces sufren asaltos, estafas y aún asesinatos, es por esa causa que muchos se han vuelto desconfiados y reservados, no los culpo pero esa es la realidad.

Si revisamos palabra de Dios, nos daremos cuenta que sucede lo mismo, nuestro Señor Jesucristo nos advierte al respecto: tengan cuidado de los lobos que vienen disfrazados de ovejas, Mateo 7:15, a lo que el Apóstol Pablo nos recuerda que somos cartas de Cristo, 2 Corintios 3:2-3.

Pero el hecho es que muchos “creyentes” desde el principio de la cristiandad hasta nuestros días, siempre estamos despojándonos de nuestros vestidos, no hablo de nuestros vestidos, los que usamos y cambiamos diariamente, hablo de nuestros vestidos espirituales, ¿cómo eso?

Les diré que hay muchas maneras de despojarnos del vestido espiritual, veamos los más comunes: uno de pos primero es la impaciencia, (que es lo opuesto a la paciencia, que es muy necesaria para poder obtener o recibir las promesas de Dios) un alto porcentaje de creyentes sufre del mal de la impaciencia, que es una arma muy poderosa en las manos del enemigo de nuestras almas.

El ser humano se impacienta cuando esta esperando el autobús y este se tarda en llegar, mira insistentemente su reloj y se desespera porque no aparece el citado vehículo, en ese momento, a la impaciencia se le une su “hermana” la ansiedad, que es otra de las armas letales del enemigo, y que al estar unidas causan verdaderos estragos en el ser humano, una vez fusionadas estas dos es decir al impaciencia y la ansiedad, forman el llamado afán, que por cierto es muy poderoso, y puede ahogar y hacer infructuosa la palabra de Dios (Mateo 6:25; 13:22).

Estas armas las utilizó con cierto éxito el enemigo en la persona del insigne Apóstol Pedro, pero por muy poco tiempo, veamos:

No sabemos qué tiempo pasó desde la segunda aparición del maestro en el aposento donde estaban reunidos los discípulos, hasta el momento en que éste, recordando que era pescador, decide salir de nuevo a sus antiguas labores.

Es decir, la pesca, y en unión de otros impacientes (perdón) discípulos, (Juan 21:2-3), esto lo hicieron pues no sabían el paradero del maestro, al tomar esa decisión es que entran en acción la impaciencia, la ansiedad y el afán, a los que se une la desesperación, quizás estaban pasando por una situación económica muy precaria, como sucede en la actualidad con muchos seres humanos llámese creyentes en el Señor o no, y como los discípulos ya no tenían esos recursos, lo buscarían de la manera antigua, tal parece que Pedro y compañía habían olvidado las palabras DEL maestro dichas luego de la pesca milagrosa, “no temas, desde ahora, serás pescador de hombres” (Lucas 5.10).

Así, Pedro y los demás, llenos de desesperación, se hace a la mar, y dice: voy a pescar peces, es decir retornó al mundo antiguo y no esperó en Dios, el Apóstol Santiago nos recomienda: “no seáis oidores olvidadizosSantiago 1:22, Juan 15:5 dice: “separados de mi, nada podréis hacer“.

Por esta razón, aunque trabajaron toda la noche, no pudieron pescar absolutamente nada, ni siquiera una sardina, y es que Pedro a más que se había quitado su vestido espiritual, también se había despojado de su vestidura material, valla, que predicamento, así hay muchos que están completamente desnudos, Dios quiera que usted, no sea uno de ellos.

Aquí entran en función otras armas del enemigo, él tiene un gran arsenal para usarlo, y lo hace todo el tiempo, y esas armas son: el desconsuelo, la frustración y la angustia, es que al no haber pescado nada, el pensar que habían trabajado inútilmente, estaban fatigados, extenuados y sin nada.

Estas armas los tenían muy angustiados, y, cuando estas armas estaban haciendo su funesto “trabajo”, llega el nuevo amanecer cuando Jesús hace su aparición en las playas de la incertidumbre acompañado por la esperanza y además trae consigo sus poderosas armas: la confianza, el consuelo y paz, con estas armas, Jesús da la victoria.

Es aquí que uno de los discípulos se da cuenta del personaje que está en esa playa y logra reconocerlo, se lo comunica a Pedro quien estaba completamente desnudo, y procede a vestirse nuevamente, pues ya esta nuevamente con ellos el rey de reyes y señor de señores.

Conclusión.

No despojarse de la ropa espiritual implica vivir en la presencia de Dios todo el tiempo, no dejándose atrapar por la letales armas del enemigo, y siempre confiando que “mi Dios pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo JesúsFilipenses 4:19.

© Walter Moreno Chacon. Todos los derechos reservados.

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