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¿Quien Pastorea al Pastor?

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Dice el evangelio de Marcos 6:34 lo siguiente: “…Y salió Jesús y vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas que no tenían pastor…” Todos sabemos que Jesús es el Buen Pastor (Juan 10: 11) y también es el Príncipe de los pastores. Esto lo encontramos en 1 Pedro 5:4.

También sabemos que Jesús “…constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo…” (Efesios 4: 11-13). Y en Hebreos 13:7, el apóstol Pablo nos recomienda: “…Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la Palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta e imitad su fe…”

Nuestros pastores han sido escogidos por Dios como instrumentos de Él para perfeccionarnos y hacernos mejores cristianos, y es casi innecesario destacar su trabajo, porque creo que todos sabemos de la dedicación que tienen estos siervos delante de Dios, de la congregación, de su familia y de sus responsabilidades seculares.

Veamos la labor de estos siervos de Dios en la óptica de algunos creyentes:

  • “Si es muy joven, le falta experiencia; Si su pelo es canoso, es muy viejo. Si tiene más de” “tres niños, tiene muchos; Si no tiene ninguno, está dando mal ejemplo.”
  • “Si habla con notas, sus sermones son enlatados y secos. Si habla de improviso, no es” “profundo.”
  • “Si es atento con los pobres, está tratando de impresionar a la congregación; Si con los” “ricos, está tratando de ser un aristócrata.”
  • “Si usa muchas ilustraciones, descuida la Biblia; Si no las usa lo suficiente, no se hace” “claro.”
  • “Si condena el mal, es caprichoso; Si no lo hace, es por conveniencia.”
  • “Si predica por una hora, es vano y pomposo; Si menos, es haragán.”
  • “Si predica la verdad, ofende a muchos; Si no, es hipócrita.”
  • “Si se descuida en agradar a todo el mundo, está hiriendo a la iglesia; Si agrada a todos,” “no tiene convicciones.”
  • “Si predica acerca de los diezmos, es amante del dinero; Si no, se descuida del desarrollo” “de la gente.”
  • “Si predica todo el tiempo, la gente se cansa de oír a un mismo hombre; Si invita a” “predicadores visitantes, está esquivando la responsabilidad.”

¡Y todavía dicen que el pastor lleva una vida fácil! (1)

LA SOLEDAD DEL PASTOR

No es bueno que el hombre esté solo». (Génesis 2.18). Al más espiritual de los hombres, que alguna vez vivió (Adán, antes de la caída), a pesar de que caminaba en perfecta comunión con Dios, el Señor lo consideró solitario y esto, para el Creador, no era bueno. Aunque el principio en este contexto se refiere al matrimonio, bien puede aplicarse a cada uno de nosotros en nuestro rol de pastores. Puedo ver mi necesidad de estar con otros pastores con quienes consigo compartir mi vida; y sin ellos no podría experimentar la interdependencia y plenitud que Dios quiere para mí”.

«Al volverme hacia otro lado, vi otra vana ilusión en este mundo: un hombre solo, sin amigos ni hijos ni hermanos» (Eclesiastes 4.7–8ª). Yo trabajo largas jornadas y, al final, me encuentro completamente solo. Realmente, no he formado un hijo espiritual, un «Timoteo», tampoco un hermano que sea como un escudo para protegerme y defenderme, y no solo eso, sino que también me ame lo suficiente como para confrontarme cuando sea necesario.

«Al ver a la gente, sintió compasión de ellos, porque estaban angustiados y desvalidos, como ovejas que no tienen pastor» (Mateo 9.36). Reconozco que los pastores somos ovejas.

Cuando no recibimos cuidado pastoral, fácilmente podemos angustiarnos, sentirnos desvalidos y vulnerables. Puedo percibir que el corazón de Cristo sufre por esto. (2)

Hemos de convenir que los pastores no son perfectos, tampoco su familia y que están expuestos al natural estrés que produce la sobrecarga de responsabilidades en la obra y en su vida secular, incluso algunos se culpan por tomarse algún tiempo con la familia. Deben sonreír y ser amables no importando como sean tratados. Y es cuando llegan a casa que suelen “explotar” o comentar sus sentimientos y/o frustraciones… sobre sus familias.

No es importante el éxito obtenido al ayudar a otros a solucionar sus problemas de relación, pues si no pueden solucionar los suyos se sienten que son un fracaso. A esto le agregamos el tiempo de estudio y preparación en la Palabra; antiguamente el día lunes se lo consideraba “el día del pastor” descanso merecido, después del intenso fin de semana en la iglesia, hoy es ocupado en las grandes ciudades como Buenos Aires en reuniones de trabajo y de programación en las obras que sostienen las asambleas.

1 comentario en «¿Quien Pastorea al Pastor?»

  1. Buen mensaje para los pastores que tanta falta le hace, ya que a este ministerio es muy sacrificado y se le exige mucho dejando en ocasiones a sus seres queridos en segundo plano.

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