No perdamos la Biblia

Esto sucede cuando la religiosidad y el misticismo comienzan a tomar lugar en la vida de los creyentes, la Palabra de Dios va siendo desplazada hacia el cuartito del fondo de la vida, ese lugar donde no es fácil de llegar y por lo tanto no es tampoco fácil que las cosas que allí están lleguen a afectarnos.

Para comprender mejor, veamos el significado de estos términos:.

  • Religiosidad nos dice la RAE que es el cuidado y rigurosidad en el cumplimiento de las obligaciones religiosas.

  • Mientras que el Misticismo nos dice que es el estado de las personas que viven en la contemplación de Dios o dedicada a las cosas espirituales; también nos dice que es la doctrina religiosa y filosófica que enseña la comunicación directa del hombre con la divinidad a través de la intuición o el éxtasis.

Por un lado vemos que cuando la religiosidad ingresa en el creyente, éste comienza a someterse a ciertos  ritos o rituales que si bien poseen conceptos bíblicos hacen que el resto de la Biblia sea desplazado, o de alguna manera disminuya su importancia; es por esto que hay quienes dejan de cumplir con sus obligaciones terrenas como podría ser el trabajo, o el atender al marido o los hijos, o hacer la comida o cosas en el hogar porque tiene que estar mas tiempo en la iglesia o haciendo las cosas de Dios.

En cuanto al misticismo, y para dar un ejemplo gráfico, podríamos decir que hace que las personas vivan flotando en una nube, y según ellos, en comunicación directa y constante con Dios, situación que les lleva a un cierto grado de enajenamiento de la realidad terrenal que les introduce en una situación similar a lo dijimos de la religiosidad, entonces resulta lógico que estas situaciones lleven a la pérdida del trabajo y a la destrucción familiar, y nos damos cuenta de qué manera sutil el diablo lleva a la destrucción a la primera institución formada por Dios que es la familia, a través de un aparente celo de las obligaciones religiosas, y consecuentemente también a la destrucción de la iglesia.

Y al pueblo le sucedió lo mismo que sucede cada vez que un creyente se olvida de la Biblia y deja de leer la Palabra de Dios, o en todo caso la lee pero no la pone por obra, y fue así que adoptaron los valores y prácticas de las personas mundanas que les rodeaban y terminaron adorando a los dioses de otras naciones, provocando, como también sucede siempre, una cantidad de discusiones y luchas, descendiendo a un nivel moral muy bajo y corrompiendo la justicia; y cuando los creyentes se olvidan de la Palabra de Dios comienzan a establecer alianzas con las naciones o familias mundanas que están a su alrededor y de continuar en la iglesia sin prestar atención a la Palabra, la iglesia misma va cayendo gradualmente cada vez más bajo en lo espiritual y moral.

Fue precisamente a esta nación a la que fue Jeremías, y el mensaje que le fue ordenado que proclamase fue uno de juicio ya que la rebeldía les conduciría a la ruina nacional, para lo cual Dios estaba levantando a un pueblo impío y cruel, que destruiría todo cuanto hallase a su paso, sería implacable y terminaría destruyendo las murallas y el templo, además de llevarse aquellas cosas que la nación valoraba e Israel sería llevada cautiva.

Algo similar le ocurre a aquellos que en su rebeldía dejan la Palabra de Dios en el cuarto del fondo del corazón y se dejan llevar por sus deseos personales, o se integran a las filas de los religiosos o místicos, pues el enemigo se vuelve implacable en contra de ellos destruyendo todas la murallas de protección que como cristiano posee

Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazónHebreos 4:12

Además de destruir la fe, ya que “la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de DiosRomanos 10:17, de manera que luego queda cautivo del pecado, perdiendo todos los tesoros espirituales que tenemos en Cristo, y las bendiciones materiales que nos llegaron de su mano.

Pero Jeremías también deja perfectamente claro que el juicio mediante el cual Dios juzga lo hace con un corazón afligido, entonces el profeta mira más allá, y Daniel se dio cuenta de que Dios había anunciado que la cautividad duraría exactamente 70 años; así fue como Daniel supo que estaba llegando el fin del tiempo y podía esperar ver el restablecimiento de la nación y cómo regresaba de nuevo a la tierra.

Y con ese mismo corazón afligido es con el cual el Señor corrige nuestras rebeliones y faltas, nuestros olvidos de Su Palabra; y rescatemos además esto, el Señor puede permitir que tengamos pruebas y que volvamos a ser cautivos, pero solamente por un tiempo, y ese tiempo es el suficiente para que nos arrepintamos, para que busquemos en ese cuarto del fondo de nuestra vida y volvamos a hallar Su Palabra, es allí donde seremos restaurados y volveremos a disfrutar de las bendiciones plenas del Señor, volvemos a ser verdaderamente hijos de Dios, obedientes y sujetos a lo que Él ha establecido, regresando a la tierra de bendición prometida.

© Julio Torres. Todos los derechos reservados.

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