Mensajes Cristianos
Reflexiones Cristianas.. Lectura Biblica: Mateo 10:22 “Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo”.
¿Alguna vez te han rechazado? Muchas veces hemos experimentado el rechazo, cuando un niño ofrece algo a un adulto y recibe como respuesta un “no”, en la escuela en ocasiones no somos aceptados en algún grupo de amigos, en el trabajo somos rechazados para algún puesto deseado o en la vida amorosa sin dudarlo por alguna novia o novio.
El sentimiento no es muy agradable y entristece, pero llega el momento en que conocemos a Cristo y nuestra vida cambia, nos embarga una verdadera paz, amor y queremos salir corriendo a contarle a todo el mundo lo que acabamos de experimentar ¡la salvación! (Efesios 2:8), queremos que nuestros familiares, amigos y conocidos experimenten lo mismo que Dios ha hecho a nuestra vida.
Cualquiera que ha ido a comprar un hermoso regalo, lo envuelve con los mejores decorados con emoción para alguien especial y al momento que lo entregamos, notamos desinterés o a veces un “no me gusta” y posiblemente termine en la basura; sepamos que no hemos sido los únicos que han rechazado.
Recordemos que Dios envió a su Hijo unigénito Jesucristo al mundo, para creer en Él, no perdernos más tengamos vida eterna (Juan 3:16), pero el mundo lo rechazó (Juan 1:10-11) y lo sigue rechazando. ¿Se imaginan rechazar al hijo del Rey de reyes?
Lo primero con lo que nos enfrentamos en el mundo es el rechazo a lo que es bueno y puede transformar las vidas de las personas, la humanidad rechaza el regalo de la salvación (Jeremías 6:16).
Cada vez que el creyente comparte a un grupo de amistades o familiares del testimonio de Cristo, podemos experimentar que el tema no es bien recibido, ¡aunque sea lo mejor para ellos! no están dispuestos a escuchar.
El creyente comienza a experimentar en carne propia lo que vivieron tantos hombres y mujeres que predicaban del nombre de Jesús y del arrepentimiento. Hoy en día experimentamos lo que vivió el mismo Hijo de Dios, Jesucristo hace muchos años (Lucas 6:22).
Es importante que siempre recordemos la hermosa promesa de parte de Dios en Hebreos 11:1-40 la FE, vivir por fe. Aunque las personas nos dejen de hablar o se retiren de nuestras vidas, tengamos bien claro que no nos rechazan a nosotros, sino a Aquél que mora en nosotros, a Jesucristo (Hebreos 12:2-3).
Tengamos nuestros ojos puestos en Jesús (Mateo 24:13), aunque el mundo nos deje solos, Dios siempre estará en nuestro corazón y no nos dejará (Deuteronomio 31:6). Sigamos la buena batalla de la fe (1 Timoteo 6:12) siendo testigos de la resurrección de Cristo y dando testimonio de Aquél quien nos amó que se entregó así mismo en la cruz por mis pecados.
Cada vez que alguien nos rechace un folleto del Plan de Salvación, no nos quieran escuchar o empiece a discutir sobre el tema o experimentemos de la persecución donde no se nos permita hablar de Jesucristo (Salmos 118:6), recordemos que todo esto está escrito que habría de pasar en la Palabra de Dios (Mateo 10:22), así que continuemos con la gran comisión (Marcos 16:15) para lo que hemos sido llamados (Juan 5:24) y escuchemos las preciosas palabras al haber recibido el regalo de Dios en Mateo 25:21.
El regalo de Dios nunca debe ser intercambiado por nada de lo que ofrece el mundo, no vendamos nuestra primogenitura por un plato de lentejas (Génesis 25:34), es decir nunca perdamos nuestro testimonio y desviemos nuestro propósito eterno. Todo lo que está en este mundo es pasajero (1 Juan 2:17) y llega el momento en que tenemos que ser firmes en nuestras convicciones y en nuestro objetivo eterno (2 Corintios 9:15).
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