Haz lo mismo, pero diferente

Cambia algo (Romanos 12:2)

Por más que nos esforcemos, y aunque pensemos que nuestros proyectos son loables y justos, si Dios no está con nosotros en vano nos esforzamos. Si Dios no está con nosotros el esfuerzo no valdrá la pena. Si lo que hacemos no recibe el apoyo de Dios los recursos serán malgastados y los propósitos no tendrán sentido. Debemos estar seguros que hacemos la voluntad de Dios.

Simón fue humilde. No le importó haber pasado la noche entera tirando la red para pescar y no conseguir nada. No le importó que estaba cansado y sin fruto. No le importó tampoco que un carpintero le diera consejos para pescar. 

¿Qué fue lo que Simón hizo? hizo lo mismo que había estado haciendo toda la noche, tirando la red al mar para pescar. Pero con una diferencia que cambiaría todo. Lo hizo obedeciendo al Maestro y tirando la red en su nombre. Al hacerlo de esta manera Simón consiguió gran cantidad de peces. Todo por obedecer a Jesús.

Bendice con tus bendiciones 

Tanta fue la cantidad de pescados que consiguieron que no fue posible subirlos a la barca por ellos mismos, sino que tuvieron que llamar a otra embarcación para hacerse cargo entre las dos de toda la pesca.

Conclusión 

Dios quiere bendecirte, pero no solamente para que disfrutes de sus bendiciones, sino que también seas de bendición para los demás. Si Dios te da una bendición no es para que la guardes, sino para que seas luz a los demás. Muéstrales el camino. Muestra a los demás que no importa a lo que se dediquen, si lo hacen para la gloria de Dios, en obediencia a Él y con humildad hacen las cosas, obtendrán su gracia.

No te esfuerces si Dios no esta con tu proyecto, será en vano. Replantea tu actuar y asegúrate que Dios está de tu lado. Que Dios esté en tu barca, no hagas lo que quieres, sino lo que Él te manda a hacer. Tira la red en su nombre y disfruta de sus bendiciones. No se te olvide compartirlas con los demás y adorarle.

Simón al ver el milagro que había pasado cayó de rodillas ante Jesús sabiendo que gracias a Él habían pescado tanto. Él es el único digno de gloria, a Él solo adoremos.

© Mauricio Alvarez. Todos los derechos reservados.

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