¿Cómo hacerlo? Recibiendo al Salvador en su corazón. Es sencillo, en oración dígale: “Señor Jesucristo, reconozco que he pecado. Quiero cambiar. Ayúdame porque en mis fuerzas me resulta imposible. Te recibo en mi corazón. Haz de mi la persona que tú quieres que yo sea. Amén”.
Conclusión
Si tomó esta decisión, lo felicito. Es el mejor paso que puede haber dado. No se arrepentirá. Ahora tengo tres recomendaciones para usted. La primera, que comience a orar. Orar, recuérdelo, es hablar con Dios.
Él le fortalecerá para vencer la tentación que le lleva al pecado. La segunda, lea la Biblia. Allí encontrará principios dinámicos y de éxito que le ayudarán en su crecimiento personal y espiritual, y por último, comience a congregarse en una iglesia cristiana evangélica. Junto con otros creyentes, podrá avanzar en su crecimiento, en todos los órdenes.
© Fernando Alexis Jimenez. Todos los derechos reservados.