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Los cambios de Dios

Mensajes Cristianos Cortos

Mensajes cristianos cortos texto bíblico:Has cambiado mi lamento en baile; desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría.  Por tanto, a ti cantaré, gloria mía, y no estaré callado. Jehová Dios mío, te alabaré para siempre.” (Salmos 30:11-12)

I. Los lamentos del ser humano

Podemos pasarnos la vida entera lamentándonos por las cosas malas que pasan en el mundo, pero con esto no logramos nada. Es mejor conocer cuales son las causas de esas cosas malas.

Sabemos que la raíz de todos los males es el amor al dinero, pero yendo un poco más atrás podemos ver que en el inicio de la vida en la tierra no existía el mal como tal. Pero cuando el pecado entró en el ser humano es cuando fuimos desterrados del huerto del Edén y la muerte entró en el ser humano.

Entonces existe maldad en el mundo no por deseo de Dios sino por desobediencia del ser humano y por el engaño de la serpiente. Porque de Dios viene toda dádiva y todo don perfecto, pero el fruto del pecado es la muerte. Toda la maldad que pasa en el mundo es a causa de la falta de Dios en él.

No es que Dios no esté en el mundo, porque Dios está en todo lugar, sino que el ser humano se ha alejado del Señor creyendo que todo lo puede hacer por sí mismo. Pero la realidad es que alejados de Dios nada podemos hacer.

En lugar de reconocer que el pecado es la causa del mal, el ser humano da vueltas alrededor de una solución y otra, pero no se acerca a la solución de todo el mal, no se acerca a Dios.

El entendimiento de este mundo está entenebrecido y no pueden ver la luz de Dios. Es necesario que el ser humano venga al conocimiento de Dios para que esa venda caiga de sus ojos y vean la luz de Dios. Él tiene el poder para hacernos libres del engaño del mundo y mostrarnos el camino de salvación.

Así es que lo correcto es dejar de lamentarnos por tanta maldad y comenzar a caminar con Dios. Así todo lo bueno será manifiesto por la gracia del Señor. Al caminar con Dios podemos ver su eterno amor por nosotros y sus bendiciones que no nos dejan.

II. Llenos de alegría

En Dios y sólo en Él podemos tener verdadera alegría en nuestros corazones. Porque aún las tribulaciones y las aflicciones sabemos que cumplen con su propósito y podemos estar seguros que traerá una bendición del cielo sobre cada uno de nosotros. 

Estamos llenos de alegría cuando estamos en la voluntad de Dios. Cuando sabemos que hemos sido llamados para trabajar en su obra en la tierra. Somos felices cuando dejamos que Dios nos use como Él quiere para enseñar, para instruir, para ser testigos, para testificar de sus obras y su inmenso amor.

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