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Jesús, el hombre Dios

Mensajes Cristianos

Prédica de Hoy: Jesús, el hombre Dios

Mensajes Cristianos Texto Bíblico: Filipenses 2:6-8

Introducción:

Sin saberlo el gobernador Pilato estaba diciendo la más sublime verdad de toda la humanidad. Las Escrituras no dejan ninguna duda, de que Jesús es Dios encarnado, y la vez no deja ninguna posibilidad de dudar que Jesús es totalmente hombre sin dejar de ser Dios. Y Dios sin dejar de ser totalmente Hombre.

Jesús se llamó a sí mismo el Hijo del Hombre en Filipenses 2:6-8 dice: “el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

Este maravilloso misterio de amor y misericordia. Negado obstinadamente por los hombres, el Todopoderoso, el Creador se digna hacerse como nosotros. Y no tan solo tomó nuestra semejanza, sino que se humilló a sí mismo, y aceptó que la criatura que representaba la autoridad humana, lo reconociera y lo llamara el hombre.

Meditemos este sublime texto del apóstol Juan donde Pilato les dijo ¡He aquí el hombre! No les dijo un hombre cualquiera, les dijo el hombre. Sin quererlo Pilato estaba comunicando, expresando, declarando; ¡he aquí les presento al Mesías, Rey de los judíos al Dios todopoderoso!

I. La Oración de Entrega del Hijo del Hombre (Juan 17:1-5)

Para entender la sumisión de Jesús en su entrega para ser crucificado. Es necesario meditar las palabras de Jesús en su oración de aceptación al cumplimiento del tiempo de su muerte y muerte de cruz. Esta oración sacerdotal de Jesús el cual siempre fue consciente que el propósito de su vida era la cruz.

Es aquí donde recibimos el mensaje inequívoco que la vida eterna consiste en conocer al Padre Eterno y su Hijo Jesucristo. En el capitulo18 Jesús se dirige al lugar donde sería entregado por Judas y se enfrenta a su destino escogido por él mismo. “Pero Jesús, sabiendo todas las cosas que le habían de sobrevenir, se adelantó y les dijo: ¿A quién buscáis?” (Juan 18:4). Dos veces Jesús les responde: Yo soy.

II. Jesús, una entrega voluntaria (Juan 18:4-9)

En el capitulo18 Jesús se dirige al lugar donde sería entregado por Judas y se enfrenta a su destino escogido por él mismo. “Pero Jesús, sabiendo todas las cosas que le habían de sobrevenir, se adelantó y les dijo: ¿A quién buscáis? 5 Le respondieron: A Jesús nazareno. Jesús les dijo: Yo soy. Y estaba también con ellos Judas, el que le entregaba.” (Juan 18:4-5). Dos veces Jesús les responde: Yo soy. “Cuando les dijo: Yo soy, retrocedieron, y cayeron a tierra.” (vers. 6)

Resulta interesante que una guardia de soldados y mucha gente que los acompañaban cuando Jesús de Nazaret les dijo “Yo Soy” retrocedieron y cayeron a tierra. ¿Qué fuerza sobrenatural operó en esta escena? Se manifiesta la revelación divina de la autoridad de Cristo y de la entrega voluntaria de Jesús.

Fue la señal de Dios de la impotencia del poder humano, y la afirmación de la voluntad de Dios en Cristo para entregarse por amor de los perdidos. “Nadie quita mi vida, sino que yo la pongo por mi voluntad.” (Juan 10:18). Eran los ángeles que acompañaban a Jesús a través de todo su ministerio.

Sin embargo, no tomarían ninguna acción si la orden de Jesús de Nazaret.  Recordemos las palabras de Jesús a Pedro cuando lo dijo en Mateo 26:51-54Pero uno de los que estaban con Jesús, extendiendo la mano, sacó su espada, e hiriendo a un siervo del sumo sacerdote, le quitó la oreja. 52 Entonces Jesús le dijo: Vuelve tu espada a su lugar; porque todos los que tomen espada, a espada perecerán. 53 ¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me daría más de doce legiones de ángeles? 54 ¿Pero cómo entonces se cumplirían las Escrituras, de que es necesario que así se haga?

Volvió, pues, a preguntarles: ¿A quién buscáis? Y ellos dijeron: A Jesús nazareno. 8 Respondió Jesús: Os he dicho que yo soy; pues si me buscáis a mí, dejad ir a éstos; 9 para que se cumpliese aquello que había dicho: De los que me diste, no perdí ninguno.” (Juan 18:7-9).

III. Jesús fue entregado en el pretorio de los gentiles (Juan 18:28)

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