La soledad y el cristiano

Cuando tu salud te hace desfallecer, recuerda que en tu congregación habrán personas dispuestas a orar por ti y contigo en todo momento (Santiago 5: 14-15). Si es tu fe la que se está desvaneciendo, recuerda que es Dios quien te fortalece (Efesios 6:10).

III. Reencontrémonos con Él

Como sabemos, Jesús dijo que Él dejaría la tierra, pero en su lugar quedaría el Espíritu Santo (Juan 14:26). Él sería nuestro amigo, quien nos daría consejos y sería consuelo para nuestro espíritu. Sin embargo, muchos creyentes pueden estar alejados de él. Y si este es tu momento de tribulación de prueba, cuando llega ese sentimiento de soledad, entonces es Cristo llamando a tu corazón y diciéndote que retomes esa comunión con el Espíritu Santo.

Y si Jesús dijo que el Espíritu Santo estaría ahí para nosotros en todo momento, ¿qué nos impide acercarnos a él? Lo único que debemos saber es que nos va a recibir con su amor y nunca más nos sentiremos solos. Pero de igual manera es nuestra tarea acercarnos a Su presencia. Porque Él siempre está ahí, quienes nos alejamos somos nosotros.

Si antes no lo hacías, esta es la oportunidad para iniciar una relación espiritual con el Señor. Si ya lo has hecho, pero te alejaste de Dios, también es el momento ideal para regresar al camino. 

La soledad – ¿Qué podemos concluir?

Aunque nos sintamos solos, sin nadie a nuestro lado, ahí está Dios. Él es un ser omnipresente, está en cualquier lugar, siempre nos acompaña. Si te sientes solo en algún momento, habla con Él, ora, lee la Biblia para que encuentres una palabra de aliento que te de fortaleza.

No es fácil levantarse de este tipo de situaciones, pero es en Dios donde está nuestra fortaleza. Él es quien nos da aliento, nunca olvidemos que tenemos al Espíritu Santo en nuestro interior. Jesús dijo que él sería quien nos consolara en momentos de tribulación. Así que ¿por qué no hablar con él y pedirle que nos acompañe durante la prueba?

© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.

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