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En estos me santificaré

Mensajes Cristianos

Prédica de hoy: En estos me santificaré

Texto bíblico: Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, y pusieron en ellos fuego, sobre el cual pusieron incienso, y ofrecieron delante de Jehová fuego extraño, que él nunca les mandó.  Y salió fuego de delante de Jehová y los quemó, y murieron delante de Jehová.  Entonces dijo Moisés a Aarón: Esto es lo que habló Jehová, diciendo: En los que a mí se acercan me santificaré, y en presencia de todo el pueblo seré glorificado. Y Aarón calló.Levítico 10:1-3.

 Introducción:

Ciertamente los hijos de Aarón tenían distinción y prestigio entre el pueblo de Israel por ser hijos del sacerdote.

Siempre debemos tener presente que la santidad no se hereda. Podemos dejar a nuestros hijos ciertos conocimientos, pero nunca pretender que nuestros hijos hereden santidad. Tenemos el mejor ejemplo de un buen padre, es nuestro padre celestial. Queremos y luchamos por las mejores cosas para nuestros hijos, pero por mas que no esforcemos nunca, nunca lograremos que vivan la misma vida que hemos vivido.

I. EN ESTOS ME SANTIFICARÉ – SIEMPRE ES ÉL.

En el verso 10 de referencia, es claro y enfatiza que fue una ofrenda que Dios no les mandó. Mis anhelos, deseos, sueños y demás peticiones no serán correctas si no son con la aprobación del Señor Jesús; Él no se equivoca, no se trata de mis intenciones, no se trata de mi pensar, se trata, se ha tratado y siempre se tratará de cual es la voluntad de Dios ya que es agradable y perfecta y no añade tristeza alguna. Proverbios 10:2.

Como seres humanos hemos buscado siempre el bienestar del otro pero que ojalá el otro no esté mejor que yo. Hubo un hombre conforme el corazón de Dios, pero, su humanidad lo llevó a fallarle, lo llevó a pecar.

David, hombre esforzado que buscó construir el templo de Dios, luchó a favor del pueblo de Dios, pero aun así y a pesar de todas estas calidades y virtudes que podríamos ver en este hombre, pecó.

Primeramente, debemos entender que Dios no busca las virtudes del hombre o lo que posiblemente podría lograr ante los ojos del ser humano. El Señor Jesús, el mismo Dios de amor, el verbo hecho carne Juan 1:1-5, mira lo que el hombre no logra mirar, solo y únicamente Dios es quien pesa el corazón y es el único juez justo.

Cuando Dios llamó a David por medio del profeta Samuel para ungirlo como rey (1 Samuel 16), el padre de David primero llamó a sus hijos mayores, hombres de guerra, hombres fuertes físicamente, pero lo que no logró entender es que Dios hace de aquel a quien llama, a quien ama un hombre (varón y mujer) victorioso y lleno de Su Santo Espíritu para lograr lo imposible.

Nunca se ha tratado de mí, siempre se ha tratado del Señor Jesús, siempre ha sido Él y seguirá siendo Él en todo.

II. EN ESTOS ME SANTIFICARÉ – REVERENCIA A DIOS

Dad a Jehová la gloria debida a su nombre; Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad.Salmo 29:2.

Aunque el Señor Jesús sigue mostrando su gran amor a la humanidad, seguimos siendo necios a Su palabra, seguimos rechazando Su perdón.

En este verso 2 de Salmos, es clarísimo aquello que debemos realizar día a día por una simple razón, porque el Señor Jesús es el creador del universo y toda gloria, honra, alabanza y reconocimiento es debida a su nombre, al nombre de Jesús.

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