Mirando a la cima

Al igual que ellos cuando comienzan a subir saben que no será un corto viaje que es posible que este se extienda por varias semanas y por esto preparan su cuerpo para soportar grandes dificultades incluso muchas veces requieren descansar por lo que su reserva de alimentos y oxigeno está preparado para un mayor tiempo.

Nosotros como hijos de Dios debemos estar conscientes  que nuestra travesía hacia la cima no es cuestión de un día que todos los días debemos de ir de rodillas pedir la guianza a nuestro Padre, dejar todo en sus manos sabiendo que él conoce el camino y como guía experimentado nos llevará hasta el final.

En ocasiones nos será necesario descansar, no para mirar hacia atrás sino para poder retomar nuevas fuerzas, renovar nuestros recursos, llenarnos de su Espíritu, y alimentarnos de su palabra para emprender nuevamente el ascenso.

Así como el alpinista experimenta gran alegría al concluir su proeza.

Nosotros de igual forma nos regocijaremos cuando alcancemos la meta, pero para ello nos es necesario mantener la mirada en la cima.

Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante,  prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.Filipenses 3:13-14.

Dios les bendiga.

© Osmany Ramón Morales Aguila. Todos los derechos reservados.

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